NOMENCLATURA URBANA

Sarmiento es el presidente más homenajeado en las calles porteñas

Domingo F. Sarmiento es el presidente que más calles tiene en la Ciudad. Perón fue el último en incorporarse a la nomenclatura urbana.


Desde su fundación, Buenos Aires les rindió homenaje a destacados escritores, dramaturgos, deportistas, actores y funcionarios, entre ellos, a políticos y presidentes ya fallecidos. De las 2208 arterias con nombres de personas que integran los 48 barrios porteños, 12 calles, 9 avenidas, 2 puentes, 1 túnel y 1 dársena corresponden a mandatarios y, entre ellos, Domingo Faustino Sarmiento es el más mencionado.
 
Por momentos es calle como la paralela a Av. Corrientes; en otros avenida, ubicada en Palermo; y hasta toma forma de un túnel en Balvanera, que comunica Rivadavia con Bartolomé Mitre, según revela La Nación.
 
Por otro lado, se suma a esta seguidilla la Fragata Presidente Sarmiento y aquella que recuerda a su madre, Paula Albarracín de Sarmiento. El círculo familiar se cierra con la arteria que recuerda la fecha de su muerte, es decir, el 11 de septiembre de 1888.
 
Juan Domingo Perón fue el último presidente en devenir calle, en 1984 la imposición de su nombre a la vieja Cangallo levantó polvareda. Un dato curioso es que varios presidentes constitucionales pasaron al olvido porque ninguna ley obliga a reconocerlos en calles o algún espacio público, como Miguel Juárez Celman y Agustín P. Justo.
 
En la Ciudad, además, cinco arterias consecutivas rinden tributo a mandatarios argentinos: Hipólito Yrigoyen, Bernardino Rivadavia, Bartolomé Mitre, Juan Domingo Perón y Domingo Faustino Sarmiento, que recorren Monserrat y San Nicolás. En ese listado, también, sobresale el único gobernante homenajeado en vida: el propio Mitre. El 26 de junio de 1901, cuando el ex presidente cumplía 80 años, la calle De la Piedad fue rebautizada y recibió esta denominación.
 
Durante el tercer gobierno de Perón, la avenida Monroe llevó el nombre Juan Manuel de Rosas. Se extendió hasta 1976, cuando le fue restituido el anterior. Actualmente, ninguna calle lo recuerda.
 
Ninguna calle conmemora a Nicolás Avellaneda. La avenida Avellaneda, en Caballito y Flores, recuerda a su padre, Marco, ejecutado en Salta en 1841. Al ex presidente, sin embargo, lo evocan el espacio verde que dio origen al barrio de Parque Avellaneda, y el tradicional puente que cruza el Riachuelo en el barrio de La Boca.
 
Entre los presidentes argentinos que incluyen en las calles a miembros de sus familias, figuran Bartolomé Mitre, su hermano Emilio y su hijo Bartolomé Mitre y Vedia; los primeros mandatarios Luis Saénz Peña y su hijo Roque; los Pellegrini: Carlos y su padre Carlos Enrique; Hipólito Yrigoyen y su tío Leandro N. Alem; Bernardino Rivadavia y su nieto Martín, conocido como "el Comodoro"; Julio Argentino Roca y su padre, José; y los Uriburu; José Evaristo y su padre, Evaristo, además de su hermano Napoléon, y uno de sus consuegros, el también presidente Julio A. Roca, según consigna el libro “Las mil y un curiosidades de Buenos Aires”, de Diego Zigiotto.
 
En 1914 murieron los ex presidentes Roque Sáenz Peña, el 9 de agosto, y Julio A. Roca, el 20 de octubre. Eran dos destacados representantes de la llamada Generación del Ochenta, y por esa razón se les dio sus nombres a las dos avenidas que proyectaban abrirse en dos años: las diagonales Norte y Sur, respectivamente.
 
La ley porteña N°83, sancionada en 1998, determina en su artículo 4 que "los nombres que se impongan a las calles y lugares públicos deberán estar directamente relacionados con la ciudad de Buenos Aires, o bien revestir una importancia indiscutida en el orden nacional o universal".
 
Dentro de las consideraciones, algo que se advierte con claridad en el documento titulado: "Barrios, calles y plazas de la ciudad de Buenos Aires, origen y razón de sus nombres", es la Legislatura la encargada de consultarle a la Comisión Permanente de Nomenclatura Urbana acerca de cualquier intervención o cambio. "En ningún caso deberán designarse calles o lugares públicos con nombres de personas antes de haber transcurrido diez (10) años de su muerte, su desaparición forzada o de haber sucedido los hechos históricos que se trata de honrar", como tampoco "se podrán designar con nombres de autoridades nacionales, provinciales o municipales que hayan ejercido su función por actos de fuerza contra el orden constitucional y el sistema democrático", reza el texto.
 
En este sentido, según la ley, sólo se le podrá cambiar el nombre a una calle en caso de que se descubran duplicaciones o que "se presenten dificultades por conformación topográfica". El texto autoriza a darle nombre a las calles que no los tuvieren, como ocurrió en Puerto Madero, donde sólo se impusieron nombres de mujeres, pero habla de "resguardar la permanencia" y exige "sólidas razones de naturaleza institucional, histórica o cultural".

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