MOVILIDAD

¿Cómo es circular en bicicleta en la Ciudad?

Aunque la mayoría de los ciclistas está conforme con la red de ciclovías, dicen que hay problemas que se repiten como recorridos que se cortan e invasión.


La red porteña de ciclovías tiene 159 kilómetros que conectan distintos puntos de la Ciudad. Algunos tramos, como los de avenida Libertador, son placenteros: el ciclista avanza por un camino bien señalizado y contenido por espacios verdes de uno y otro lado. Pero otros son odiosos.
 
Si bien la mayoría de los ciclistas está conforme con la llegada y la ampliación de las ciclovías en la Ciudad, desde el inicio del proyecto se escuchan los mismos problemas. “Muchas aún no están comunicadas y terminan en forma abrupta, lo que obliga en algunos tramos a compartir y competir por el espacio con vehículos de mayor tamaño, poco conscientes de la presencia de los ciclistas”, se queja a Clarín Magdalena Ferrari.
 
Néstor Sebastián, titular de la Asociación de Ciclistas Urbanos, suma: “En Billinghurst, una de las ciclovías más usadas, la mitad del ancho del carril transcurre sobre cemento con una pendiente inclinada, mojada y llena de pozos. Además, ya está saturada. Se necesitan caminos alternativos”.
 

Mientras avanza por la ciclovía de Uriburu, en el barrio de Balvanera, Sebastián Lucca se predispone. Sabe que entre Rivadavia y Córdoba tendrá que esquivar contenedores, camiones que descargan mercadería y hasta algún vendedor de garrapiñadas que usa el carril exclusivo como su mostrador.
 
En la bicisenda de Juan Domingo Perón, en su cruce con Castelli, Teresa Montes esquiva a un peatón que aparece de golpe en el medio del camino. Esquivar, cuando se maneja una bicicleta en un carril protegido, se traduce en abrirse hacia la calle, en ese punto está poblada de manteros sobre la vereda y la esquina, angosta para su caudal de tránsito.
 
Entre los ciclistas, los enemigos están identificados. Son los autos particulares que se adueñan del espacio, camiones de distribución de alimento que usan el carril como punto para despachar mercadería, o los motociclistas que invaden para evitar el tránsito. También están los peatones que cruzan sin mirar, los contenedores dispuestos sobre el camino por el mismo Gobierno de la Ciudad y los conductores que no contemplan a los ciclistas cuando la bicisenda va en contramano al tránsito.

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