EMERGENCIAS

Ambulancias que atienden en las villas van con enfermeras vecinas

Las ambulancias que atienden a las villas porteñas van con enfermeras que son vecinas de esos barrios y con choferes que también viven allí, son cinco camionetas que llegan al interior de los asentamientos porteños, donde el SAME sólo ingresa acompañado con custodia policial.


Cinco ambulancias están destinadas a atender las emergencias de las villas y barrios carenciados de la Ciudad de Buenos Aires, son atendidas por enfermeras y choferes vecinos de esos barrios.
 
La camioneta de la Corriente Villera Independiente (CVI) lleva imágenes del Che Guevara y el Padre Mujica, los cuatro profesionales son vecinos de la Villa 1-11-14. La ambulancia siempre está de guardia a media cuadra de la villa, garantizando, también gracias a un chofer que es vecino y conoce el lugar, la rapidez en el servicio.
 
Esta es una de las cinco ambulancias que funcionan en la Ciudad desde febrero de 2015. La mayoría de los casos son intervenciones en las villas porteñas, donde el SAME sólo puede ingresar con custodia policial y eso lleva tiempo, minutos que no sobran en un accidente.
 
Valeria Chaparro, es enfermera, es de un pueblito de Salta y llegó a la ciudad a los 14 años. Al tiempo dejó sus estudios. Pero trabajando con cama adentro dice que su patrona la incentivó a retomar la secundaria. Después comenzó a cursar Enfermería. Se recibió, se juntó y se mudó a la villa. Cinco años después de recibirse pudo vivir de su profesión. Es enfermera en la 1-11-14 y en la Villa 31.
 
Su jornada laboral tiene un horario, pero su trabajo no. “Los vecinos me vienen a tocar la puerta a cualquier hora y me dicen ‘trae tu ambulancia’”, cuenta Clarín. “Y uno actúa igual: voy y hago la primera atención con el botiquín que tenemos las enfermeras del barrio. Trabajar con los vecinos es muy lindo; antes no sabía las necesidades del barrio. La gente es muy agradecida y nos dan tarjetas de Fin de año y nos preparan bolsas de Navidad”.
 
María Acosta tiene 47 años. Es viuda y mamá de Octavio, de 18, que sufre una enfermedad que le produce deficiencia mental, motriz y sensorial. Vive en Barrio Rivadavia 1, pegado a la 1-11-14. Eso es un problema para ella, en cuanto a la enfermedad de su hijo, que se mueve en silla de ruedas: “Figura como zona peligrosa y mi obra social no me envía los autos para los traslados ni las ambulancias”, dice a Clarín. Y recuerda la mañana que su marido se descompuso y desde OSECAC le respondieron que era complicado que el mandaran una ambulancia a su casa. “Un poco los entiendo porque yo también tengo miedo, pero mi hijo tiene todo en contra y no puede progresar”, comenta.
 
Hoy la ambulancia traslada a su hijo dos veces por semana, gratis. Y llegó a hacerlo de lunes a viernes cuando fue necesario. “A mí, la ambulancia villera me generó muchas soluciones. Si la obra social cumpliera mi hijo podría ir a un colegio y yo salir a trabajar”.
 
“Si en el barrio dictaran Enfermería muchas elegirían la carrera”, dice a Clarín Viviana Serrano, vecina de la Villa 1-11-14 y enfermera. Ya se inscribió en la Licenciatura y aspira a convertirse en docente y formar a sus vecinas. En la CVI comenzó como rescatista, después de hacer los cursos. Hasta que tuvo la oportunidad de trabajar como enfermera. “Siempre me gustó ayudar y sé la necesidad del barrio. Más allá del horario, está bueno que haya vecinos que sepan hacer primeras atenciones. A nosotras no nos importan los horarios. No nos desentendemos. Si hay una necesidad en el barrio, ahí vamos a estar”

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