OPINIÓN

Larreta nos propone una ficción de participación ciudadana que subestima a los porteños

Con la participación a través de una instancia virtual quedan afuera una enorme cantidad de vecinos que no tienen internet, y con la presencial, sólo pueden hacerse "sugerencias" sobre algunas obras que ya fueron previamente planificadas (sino realizadas).

Paula Penacca
Desde hace un tiempo ya el Gobierno de la Ciudad viener realizando una costosa campaña de difusión en vía pública, medios gráficos, audiovisuales bajo el lema “Vamos Buenos Aires”, donde, de manera vaga y difusa, se convoca a los vecinos de la Ciudad a la “participación ciudadana”, utilizando videos caseros combinados con filmaciones profesionales de la “vida cotidiana” de los vecinos porteños. En su página web, se convoca a “votar en proyectos” y “participar en reuniones”. En dicho sitio, el gobierno anuncia orgullosamente que 327.595 porteños ya han votado. Un 10% de la población de la ciudad, no es un dato menor. Pero, ¿qué es lo que están votando? ¿Cómo se contabilizan esos votos?

Las votaciones que promueve el Gobierno de la Ciudad, a través de sus redes sociales, no son otra cosa que encuesta del orden de: “¿Cuál te parece la mejor plaza para realizar una Campaña de Concientización sobre heces caninas?”, o “¿En qué lugar te gustaría que se haga el entrenamiento especial de agosto del ‪#‎BuenosAiresCorre?”, o "¿Cuál de estas películas de animación te gustaría que inaugure la nueva edición del #BAFICI en Parque Centenario?". En otros casos, se convoca a vecinos de una zona a una reunión donde se presenta una pequeña obra o puesta en valor previamente planificada y se “toman las sugerencias de los participantes”. La participación de los vecinos para este Gobierno se ve reducida en gran medida a una instancia virtual de la cual quedan afuera una enorme cantidad de vecinos que no tienen internet; o a una instancia presencial, donde las pocas obras que se dan a conocer ya fueron previamente planificadas (sino realizadas) por la administración de Larreta.

En su última exposición ante la Legislatura Porteña, el Jefe de Gabinete de la Ciudad, Felipe Miguel, reforzó este desdén por la participación al afirmar que "el presupuesto participativo en las comunas ya existe. [Los vecinos] están totalmente involucrados en la forma que se asignan los recursos en cada comuna." Simplemente, eso no es cierto.

Más allá de las frecuentes reuniones que realiza el Jefe de Gobierno con vecinos y vecinas en diversos barrios, a las que saludamos como una política de cercanía entre representantes y representados, la participación de la ciudadanía en los asuntos públicos, según rige la Constitución de la Ciudad, no se trata de encuestas en Twitter ni charlas informativas, sino que se hace a través de mecanismos y leyes concretas. Dice la carta magna que el control de la gestión, el seguimiento de contratos y licitaciones, y fundamentalmente el presupuesto de la ciudad y de las comunas, debe ser abierto a la deliberación ciudadana. En cada comuna funcionan -con periodicidad- hoy Consejos Consultivos en los cuales se deberían debatir prioridades presupuestarias, auditar la gestión, construir propuestas concretas para resolver cuestiones barriales. Lejos de esto, los Consejos están abandonados por el oficialismo ó, aún peor como en el caso de la Comuna 4 utilizados -como vimos recientemente- cómo un ámbito donde quiso amedrentar a aquellos que se oponían al uso de las tierras públicas para proyectos privados.

En otras ciudades del mundo, donde se fomenta la participación ciudadana, se adjudica un porcentaje del presupuesto a proyectos presentados, debatidos y votados por la propia comunidad; donde el Estado es un simple promotor y veedor del proceso. París destina 5% de su presupuesto, Madrid y Montevideo alrededor del 1%, y más cerca, en Rosario se adjudica más del 2% del presupuesto anual a la participación. La participación virtual, a través de redes sociales es un componente fundamental en esas ciudades, pero se complementa con la participación presencial, donde nos vemos las caras, debatimos, y buscamos consensos.

Resulta fundamental para nosotros, para el Frente para la Victoria, poner blanco sobre negro en este aspecto tan importante que incide de manera directa en la vida de todos los porteños. En el distrito con mayor presupuesto de toda la Argentina, donde aún hay tanto por hacer, es inadmisible que marginen a la participación ciudadana a elegir donde se debe correr una maratón. La subestimación del porteño es lo que nos preocupa y lo que se encuentra presente en esta y en la mayoría de las acciones gubernamentales de Larreta. El origen de las Comunas tiene mucho que ver con la historia de vecinos y vecinas que participaron de las asambleas barriales de los CGP en el 2001, 2002, 2003. Llegar a la Ley nº 1777 y las elecciones de las Comunas fue una larga lucha del pueblo de la Ciudad que se ve menospreciada por la ficción que nos propone el PRO.

Hace unos meses, presentamos con las diputadas del FPV Conde y Tiesso, un proyecto para reglamentar el Presupuesto Participativo para las Comunas de la Ciudad de Buenos Aires. En él mismo, intentamos potenciar los ámbitos de participación ciudadana que ya existen en la Ciudad y que están estipulados por diversas leyes como los Consejos Consultivos Comunales. Creemos que tenemos que trabajar en esa dirección. Desde la Legislatura de la Ciudad y, desde el rol que me toca como Presidenta de la Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana vamos a trabajar fuertemente para que los porteños puedan, alguna vez, decidir realmente en la Ciudad que quieren vivir.

Paula Penacca
Legisladora FPV
Presidenta de la Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana

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