- Sociedad
- 13.07.2016
COMUNA 4
El asesino de El Oso Cisneros volvió a La Boca
Los vecinos de La Boca están con temor porque se instaló Juan Carlos Duarte, el asesino de El Oso Cisneros en 2004.

El asesino de Martín “El Oso” Cisneros eligió vivir a media cuadra del lugar donde mató a ese reconocido dirigente social del barrio de La Boca. Los vecinos pusieron carteles por todo el barrio a modo de escrache, para alertar que Juan Carlos Duarte, alias “Colchón”, está libre y circulando a pocos metros del paseo de economía social que lleva el nombre del militante popular asesinado el 25 de junio de 2004.
“Golpear a dirigentes y militantes pareciera ser el signo de la época, estamos alertas porque no creemos que sea una casualidad, imaginar que vino acá porque no tenía otro lugar sería ingenuo”, dijo a Página 12 el coordinador del comedor Los Pibes, Ángel “Lito” Borello.
Cisneros murió por varios disparos que efectuó a quemarropa Duarte, un delincuente protegido por la policía. El crimen derivó en una protesta de compañeros y vecinos de la víctima ante la Comisaría 24.
“Es fundamental denunciar esto y que no pase como hace doce años, cuando seis meses antes de la muerte del Oso se inició un sumario interno por amenazas y una causa por el robo de documentación del comedor”, apuntó el dirigente en diálogo con Página 12. De hecho, en aquel momento Duarte se fue de La Boca pero al poco tiempo regresó armado y dijo “volví para quedarme”.
Borello, quien había encabezado aquella toma de la comisaría, explicó que hay una “gran preocupación en el barrio porque está a 50 metros del mercado social que levantamos en estos 20 años de trabajo, es una provocación para nuestra organización en medio de este tiempo extraño y confuso que estamos viviendo”.
Duarte fue condenado a 18 años por el crimen de Cisneros, y estaría libre en forma condicional. “No tenemos certezas sobre por qué salió de la cárcel porque no somos querellantes en la causa, aunque seguro que no fue por buena conducta”, indicó el dirigente.
En una recorrida por el barrio pueden verse los afiches que alertan sobre la presencia de un “asesino suelto”, y el señalado Duarte seguiría “en la pesada, con fierros y falopa”, según comentan. “Es una acción provocadora que puede terminar en un hecho de violencia como el que ya protagonizó, algunos nos creen que viene a generar precisamente eso”, destacó Borello.
Duarte estaría alojado en lo que llaman “edificio Zanchetti”, donde se producía ropa de trabajo pero que terminó ocupado por unas veinte familias. “Ellos no tienen nada que ver, esa no era su vivienda, pero el hecho es que está a 200 metros de donde mató al Oso, a menos de 50 de donde funciona el mercado todos los sábados, donde vendemos mercadería de la economía popular, y a 100 metros de un edificio de 33 familias creado por cooperativa de autogestión”, describió el coordinador de la organización social y política Los Pibes.
“Es un hecho grave que conmociona a todo el barrio, porque Duarte tiene una causa por violación en el puente Nicolás Avellaneda, y porque aún es reciente la agresión en la sede comunal 4 donde fueron atacados dos militantes sociales con un cuchillo, algo que no fue esclarecido. Es imposible no conjeturar que hay un hilo conductor”, agregó Borello que teme que Duarte pueda agredir a las familias de su organización, o que vuelva a actuar con el amparo que parece seguir teniendo.
“Estará en libertad condicional, no creemos que sea ilegal su liberación pero sin duda le han creado las condiciones y lo llamativo es que se haya venido a instalar tan cerca de donde asesinó a Martín, vamos a tomar contacto con la justicia porque él tiene derecho a su libertad pero nosotros tenemos derecho a estar en calma y no con miedo de que nos vengan a provocar”, enfatizó el dirigente.
A criterio de Borello, el regreso de Duarte es parte de un contexto de eventos: el ataque en mayo a cuchillazos a un integrante de la agrupación Boca es Pueblo, un incidente reciente en un restorán de la zona que sería un caso de gatillo fácil, el encarcelamiento de dirigentes populares como Milagro Sala y el ataque a tiros frente al local de Nuevo Encuentro. En ese sentido, Borello concluyó que “esto no tendría que haber sucedido, no puede estar acá el autor de un asesinato que fue un mensaje mafioso y político contra las organizaciones populares”.
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