SINDICAL

Un delegado de ATE es despedido por tercera vez

El delegado de la Dirección de Estadística Diego Glasman fue reincorporado hace un año por una medida judicial. Ahora, a pesar de sus fueron gremiales, volvieron a despedirlo.

Diego Glasman fue despedido por tercera vez consecutiva aunque es delegado de la Subdirección Sociodemográfica de la Dirección General de Estadística y Censos porteña. El lunes 4 recibió un telegrama que le comunica su “desvinculación” a partir del 2 de mayo, una vez cumplido el mes de preaviso.

Hace un año, había sido reinstalado en su puesto por una orden cautelar dictada por la Justicia. Glasman, junto a sus compañeros de la Junta Interna de ATE, denuncia “una persecución gremial”, motorizada por la directora Laura Mendoza. La historia se remonta a fines de 2013. Diego había ingresado a la Dirección de Estadística por contrato y rápidamente se ligó a ATE.

“A los encuestadores los mandan a trabajar con contratos de dos años, sin viáticos y con poca preparación. Por eso la rotación de la gente es tan grande, es un problema muy serio”, apunta. Diego dice que las estadísticas son confiables, pero que todo el andamiaje “es muy precario”. Cuando levantó cabeza, comenzó la persecución.

“Me presenté a un concurso para pasar a planta y había sacado buenas notas, pero en la entrevista –que se realizó sin veedor gremial– me pusieron una nota baja. Además me excluyeron de la orden de mérito. Si no me excluían, aun con esa nota, hubiera entrado”. A raíz de esto, Diego inició un juicio por discriminación en el fuero laboral, del cual aguarda sentencia.

A fines de ese año, todos sus compañeros renovaron sus contratos por un año, pero a Diego se lo renovaron por sólo tres meses. “Mi jefa de ese momento, Laura Mendoza, directamente me apretó por estar militando con ATE”. Finalmente, por una acción gremial, la Junta Interna logró su continuidad. Pero a fines de 2014 lo volvieron a despedir. Poco tiempo después, una cautelar lo repuso y sus compañeros lo eligieron delegado. Cuando cayó la cautelar, a pesar de contar con inmunidad gremial, las autoridades volvieron a despedirlo.

“Estamos discutiendo qué curso seguir. Mientras tanto, estamos esperando la sentencia del juicio”, explica. “El clima en Estadística y Censos es de mucho miedo y también impotencia. Tenemos otro compañero que hace unas semanas sufrió una golpiza en la calle y luego lo amenazaron de muerte llamándolo, a través del conmutador, al teléfono de la oficina mientras trabajaba. En este cuadro desarrollamos nuestras tareas”, denunció.


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