CULTURA

Lopérfido: "Pasamos de estar manejados por una secta a vivir en un país normal”

En una de sus últimas declaraciones el ministro de Cultura porteño había puesto en duda el número de desaparecidos durante la última dictadura militar. Ahora comparó al gobierno kirchnerista con una secta en la apertura de un festival de cine.

En la presentación de la 18va edición del Bafici, que se desarrollará del 13 al 24 de abril, el ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido, realizó una polémica declaración sobre la situación de la Argentina bajo el gobierno de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner.

"Es raro tener que destacar que el presidente del Instituto de Cine esté presente en la apertura de un festival de cine. Eso, y que la inauguración sea en el Gaumont, me da la impresión de que pasamos de estar manejados por una secta a vivir en un país normal”, aseguró Lopérfido despertando la silbatina de parte de los presentes, unas 300 personas entre periodistas, cineastas y empleados del festival.

Lopérfido protagonizó una nueva polémica, luego de haber negado públicamente que los desaparecidos por la última dictadura militar hayan sido 30.000 al argumentar que dicha cifra había sido “arreglada” para “conseguir subsidios”. “Ya lo dije varias veces, y no sólo yo, sino también gente valiosa de este país, como Luis Alberto Romero, Tomás Abraham o Pablo Sirvén, que, por un lado, fui víctima de una operación política. Y, por otro, que defiendo a los que me piden la renuncia porque tengo sentido republicano. Muchos de ellos están acá o fueron programados en el Centro Cultural San Martín. No les mandaron a la AFIP ni los echaron de sus trabajos. Puedo no estar de acuerdo con usted, pero daría la vida por su derecho a expresarse y pedirme la renuncia. Eso cambió en la Argentina”, respondió a la pregunta sobre sus dichos.

Y agregó: “En una solicitada me califican de representante de la cultura. No lo soy: soy representante del Estado. Es un pensamiento estalinista considerar que los representantes del Estado representan a sectores. Se instaló otra idea estalinista, que no se iba a programar a los que firmaron el pedido de mi renuncia. Y a muchos de ellos los llamé para confirmarles que estaban programados. Piden mi renuncia: yo no renuncio, yo los respeto. Ustedes deberían respetarme”.

Luego fue consultado si estas declaraciones no contribuían a expandir la grieta dentro de la sociedad: “No hablo con eslóganes; no sé qué es la grieta. Creo en el mundo de las ideas, y las ideas se expresan. Soy una persona que opina. Nunca llamé ‘asesinos’ a periodistas ni les hice un juicio público en Plaza de Mayo, como otros, pero digo de todo porque creo en la libertad, que parece un concepto abstracto y cuando se aplica, a muchos les llama la atención”.

Y concluyó: “Que no haya grieta es no enojarse, no entrar en la lógica estúpida del fanatismo de una sociedad binaria. A los que firmaron la carta pidiéndome la renuncia no les tengo ningún desafecto”.


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