COMUNA 5

Polémica por la vuelta de San Lorenzo a Boedo

Una agrupación vecinal se opone a que haya un estadio sobre la Av. La Plata.


La vuelta al barrio de Boedo de la cancha de San Lorenzo avanza por estos días con paso firme. La Legislatura porteña aprobó en la sesión del pasado jueves una prórroga por dos años de la vigencia de la llamada ley de restitución histórica, que vencía el 18 de este mes. La norma establece el procedimiento legal para posibilitar el regreso del estadio al barrio.
 
El club realizó una oferta económica al supermercado Carrefour hace unos días para recomprar los terrenos sobre Av. La Plata, entre Las Casas e Inclán, que debe ser respondida antes de fin de año. Las buenas noticias para la gestión Lammens-Tinelli no lo son para los vecinos congregados en la agrupación "No al estadio en Boedo" ante la posibilidad cada vez más cercana de que los partidos vuelvan a jugarse a metros de sus casas, como no ocurre desde 1979.
 
"A diez cuadras a la redonda los vecinos tienen una férrea postura en contra", sostiene en diálogo con La Nación uno de los referentes de la agrupación, que prefiere resguardar su nombre porque en el pasado recibieron amenazas por su oposición. "Nosotros contra el club no tenemos nada lo que no queremos es la violencia que circula alrededor de los estadios”, continúa el vecino.
 
Quienes alientan la posibilidad de que San Lorenzo vuelva a Boedo sostienen que el barrio se beneficiará porque se incrementará el comercio.
 
Entre los principales argumentos que esgrimen en contra, figura la caída del valor del metro cuadrado. "Las personas van a perder una parte importante del valor de sus propiedades, que representan en su mayoría el 90% de su patrimonio", afirman a La Nación desde "No al estadio en Boedo". Las torres de la calle Inclán pegadas al supermercado, albergan a 800 familias que quedarían a 20 metros de las tribunas.
 
"Los vecinos que convivieron con el estadio comentan que en sus terrazas, alguna vez, cayeron personas desde las tribunas. Eso, 40 años después y con el incremento de la violencia, es una situación peligrosa para las familias", dicen a La Nación.
 
En cambio, si el club optase por utilizar el terreno para agrandar su sede social con canchas de tenis, una pileta o un museo, los vecinos no se opondrían. "No tenemos ningún problema con revivir el fervor sanlorencista, sólo que no queremos la construcción del estadio", concluyen.


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