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Líder opositor o primus inter pares

Hasta el momento, se presagia una campaña totalmente diferente a la del 2011: una elección “táctica” y cerrada en donde dos o tres puntos pueden ser decisivos.

María Esperanza Casullo

Al contrario de lo que a veces se lee por ahí, la elección de octubre se presenta como objetivamente pasible de ser ganada para el mejor posicionado de los candidatos opositores. Daniel Scioli no obtuvo en las PASO un resultado tan contundente como el 50% que logró Cristina Fernández de Kirchner en el 2011. La diferencia entre el FPV y la alianza Cambiemos resultó de menos de 9 puntos: alta, pero no irremontable. Y tal vez el dato que debería esperanzar más a la oposición es que la performance de Daniel Scioli en su propia provincia resultó mucho más bajo de lo que se esperaba: sacó 39% cuando en el 2011 CFK obtuvo el 56%. Daniel Scioli es un buen candidato pero no extraordinario, y existen tensiones entre la necesidad de cuidar el voto kirchnerista y ampliar la apelación a votantes más independientes que no son fáciles de resolver. Cerrar la brecha entre Cambiemos y Scioli podría ser difícil pero no es imposible. Estas dos semanas pasadas mostraron que la base de sustentación de Scioli en los gobernadores lo expone a groseros manejos como los cometidos por José Alperovich.

El dato más complicado, sin embargo, para pensar una victoria opositora hoy no está en el Frente para la Victoria sino en la propia estructura de la oferta opositora.

Para decirlo rápidamente, la clave de la cuestión radica en que los candidatos opositores son tres más dos, es decir, cinco. (Digo tres más dos porque dos de ellos, Nicolás Del Caño y Adolfo Rodríguez Saá, no han manifestado interés ninguno en coordinar con los demás, mientras que Mauricio Macri, Sergio Massa y Margarita Stolbizer parecen tener ciertos vasos comunicantes entre sus campañas.) No hay vuelta que darle a una realidad: cinco candidatos que se presenten de manera no coordinada dividirán el voto–justamente lo que puede ayudar a Daniel Scioli a conseguir los diez puntos de diferencia con el segundo que necesita. A esta altura del partido no hay manera de que ningún candidato “se baje” de una manera legal que le entregue automáticamente sus votos al candidato opositor más votado, como sí habría sido si todos hubiesen participado en las PASO.

Para ganarle a Scioli en primera ronda, tiene que crecer Mauricio Macri en votos. Pero la clave está que no quedan tantos votos disponibles.

RESULTADOS PASO

Daniel Scioli:                                        38%
Macri (+Sanz+Carrió)                          30%
Massa (+De La Sota)                          20%
Stolbizer                                                3%
Del Caño                                               3%
Rodríguez Saá                                      2%

TOTAL                                                   96%

Los seis candidatos que pasaron las PASO sumaron en total el 96% de los votos, es decir, no hay una masa disponible de votantes “independientes” a la que recurrir. Conseguir más votos implicará necesariamente ir a disputar en territorio de algún contrario.

Si cada candidato opositor simplemente “hace la suya” y cada uno apunta a fidelizar los votos que recibió en las PASO, es improbable que se produzca la polarización que sería necesaria para que Mauricio Macri pueda conseguir los nueve o diez puntos que le faltan para alcanzar a Scioli. Pero, paradójicamente, si los tres candidatos opositores coordinan sus apariciones de campaña, como sucedió la semana pasada con la conferencia conjunta denunciando fraude en Tucumán, esto podría no ayudar tampoco.

La conferencia de prensa que dieron Mauricio Macri, Sergio Massa, Margarita Stolbizer y Ernesto Sanz tenía por fin, se supone, fortalecer la figura de Macri como líder opositor y de enunciar algunos compromisos programáticos. Pero quien parece haber salido fortalecido de la misma (a juzgar por lo menos por su hiperpresencia mediática en los días subsiguientes) no fue Mauricio Macri sino Sergio Massa. Mauricio Macri debería poder constituirse como único líder de la oposición para que ésta se polarice, pero el sólo hecho de presentarse en público compartiendo escenario con su competidor más directo (Massa) y con una candidata que obtuvo una décima parte del voto de Cambiemos (Stolbizer), por no mencionar a Ernesto Sanz que hoy no es candidato a nada, lo posiciona en un rol de primus inter pares. Esa conferencia no reforzó la imagen de Macri como “candidato natural” opositor sino el dato evidente de la fragmentación opositora.

La buena noticia es que el acercamiento de Margarita Stolbizer debería acercarle algunos de sus votantes al Macrismo: es probable que Stolbizer vea disminuido su caudal de votos en octubre cuando sus votantes recurran al voto útil. Pero la gran cuestión es la capacidad que tenga Macri de quedarse con parte del voto de UNA: de esto depende el resultado de octubre. Pero Macri no va a lograr quedarse con TODO este voto ya que la permanencia de Massa en la campaña retendrá necesariamente otra parte. Y si Daniel Scioli logra quedarse con una fracción de los votos de De La Sota (la ausencia del gobernador cordobés en la conferencia de prensa parece decir que esto es posible), podría evitar así una segunda vuelta.

Hasta el momento, se presagia una campaña totalmente diferente a la del 2011: una elección “táctica” y cerrada en donde dos o tres puntos pueden ser decisivos.

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