CONTRATACIONES IRREGULARES

El enigmático caso Niembro

¿Qué sumaba Niembro a la campaña? Ser muy conocido no es sinónimo con ser popular.

María Esperanza Casullo
Todo lo que rodea al escándalo que derivó en la renuncia de Fernando Niembro a su candidatura a primer candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires por el Pro es, parafraseando la frase de Winston Churchill sobre Rusia, “un acertijo, envuelto en misterio, dentro de un enigma”. No es que sean un misterio los hechos supuestamente ilícitos de los que se lo acusa a Niembro (estos son bastante claros) pero sí lo es todo el manejo político de la situación, que era francamente evitable. Lo que siguen son algunos de estos interrogantes.

¿Por qué Niembro fue candidato? Esta es la primera pregunta, y tal vez la más difícil de contestar. Es sabido que en estas elecciones el PRO, un partido nuevo que sólo recientemente decidió competir a escala nacional y que por eso mismo no cuenta con una gran cantidad de dirigentes propios fuera de la CABA, ha recurrido a un buen número de extrapartidarios provenientes del deporte y los medios: Miguel Del Sel, Martiniano Molina, Héctor Baldassi. Fernando Niembro es una persona universalmente conocida y que viene del mundo del deporte. Sin embargo, hay una enorme diferencia entre Miguel Del Sel o Martiniano Molina y Fernando Niembro: los primeros son figuras conocidas y queridas en sí mismas, mientras que Fernando Niembro en la pantalla más bien era una especie de impuesto que los televidentes tenían que aceptar para ver fútbol en su casa. Es muy dudoso que, de poder optar, los televidentes lo hubiesen elegido para ver el clásico del domingo en su compañía. Fernando Niembro construyó abiertamente su carrera televisiva como una figura abrasiva y polémica, constantemente envuelto en discusiones y polémicas con jugadores y técnicos y siempre sospechado de otorgar arbitrariamente sus críticas y elogios; además se identificó con modelo corporativo que, aunque eficiente, siempre fue antipático. ¿Qué sumaba Niembro a la campaña? Ser muy conocido no es sinónimo con ser popular, como quedó en evidencia.

¿Por qué Niembro no fue tercero o cuarto en la lista? Suponiendo que la decisión estaba tomada, podrían haberle dado un lugar que asegurara su entrada en el Congreso con menos visibilidad. En la provincia de Buenos Aires ni siquiera se necesitaba una cabeza de lista conocida como manera de conseguir votos ya que se vota con boleta de papel encabezada por Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Más aún, el problema con poner a alguien tan conocido al frente de una lista es justamente que todo el mundo lo conoce: aún los que no siguen la política conocen y tienen opiniones sobre Niembro. A veces más anonimato es mejor.

¿Por qué el PRO no tenía preparado un discurso de respuesta a las acusaciones? Esto es tal vez lo más llamativo. Las actividades reveladas hasta ahora parecen indicar lazos de confianza de Niembro con figuras del más alto nivel del gobierno de CABA. Para decirlo de una manera tal vez cínica, Niembro no ha de ser el único en su espacio con problemas, ni es el PRO el único partido que ha realizado manejos así. Pero el PRO ha hecho de la planificación de su comunicación un mérito. El PRO se ha revelado hasta ahora como un partido minucioso y cauto a la hora de presentarse al público: son famosas sus puestas en escena que hiperdiseñan desde la música hasta el color de las remeras y lo globos. Lo más llamativo del caso no fueron las acusaciones sino el silencio del partido (y de Macri) sobre ellas. Seguramente Durán Barba sabría que era posible hacer “oppo research” sobre La Usina. Debería haber habido una explicación de los servicios prestados por La Usina preparada mucho antes, aún una extravagante (es más, tal vez mientras más extravagante, mejor).

¿Por qué el PRO decidió hacer renunciar a Niembro? Otra vez, a riesgo de dar una opinión aparentemente cínica, hay que señalar que todos los partidos importantes de Argentina tienen o han tenido escándalos similares. La clave es que no todos los escándalos son iguales. Este esćandalo tuvo una característica especialmente grave en términos políticos: fue en contra de una promesa simbólica que el PRO le había hecho a su propia base electoral. El PRO prometió renovar la política y “no ser lo mismo”, por lo que era más vulnerable a este tipo de escándalos. Y paradójicamente la renuncia de Niembro ahora vuelve imposible negar los cargos: frente a la opinión pública, el riesgo es que se imponga la idea de que si fuera inocente no habría renunciado.

¿Quién tomó estas decisiones? El enigma final es el rol de Mauricio Macri en todo esto. Niembro no viene de una ONG, ni del peronismo o radicalismo porteño, ni tampoco era un ejecutivo empresario con experiencia de gestión. Tampoco, como se dijo antes, era especialmente popular en sí mismo. ¿Cuál era la constituency de Niembro? Se dice que Fernando Niembro es amigo personal de Mauricio Macri desde hace dos décadas y uno de los responsables de animar a Macri a saltar a la política. Alguien tomó la decisión de otorgarle un papel de importancia en nada más y nada menos que la campaña en la provincia que contiene el 38% de los votos del país, a pesar de sus potenciales vulnerabilidades como candidato. Alguien debería haber contenido la situación una vez aparecidas las acusaciones. Sin embargo, en este último mes Mauricio Macri optó por el silencio.

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