JUSTICIA

Liberatori: “Los jueces no podemos suplir la falta de voluntad política”

La jueza durante una entrevista con Nueva Ciudad aseguró: “Las sentencias que condenan al GCBA permanecen incumplidas todo lo posible”.

Por Leila Lobos

Elena Liberatori es la titular del Juzgado Contencioso, Administrativo y Tributario número 4 de la ciudad de Buenos Aires. Por sus manos pasaron causas como la del Parque Indoamericano y la urbanización de la villa Rodrigo Bueno. En diálogo con Nueva Ciudad habló sobre vivienda, su relación con los distintos jefes de Gobierno porteño y las causas más importantes de su carrera.

¿Qué opinión le merece que la Justicia deba obligar con sentencias al gobierno porteño a llevar adelante políticas concretas en vivienda?

Es realmente lamentable que este tipo de cuestiones estén y deban ser judicializadas.

Esto ocurre en la Ciudad de Buenos Aires porque no hay política pública en materia de vivienda, y los jueces no podemos suplir esa falta de voluntad política al respecto. Los mandatos constitucionales son muy claros en la materia, lo cual se aprecia en la Constitución porteña en la cual los derechos no son meramente reconocidos; están garantizados en su eficacia a través de las acciones que la propia Constitución determina. Esto es muy claro en vivienda, salud, educación, todos los derechos fundamentales. Por eso siempre digo que la Constitución es un verdadero programa de Gobierno y una extraordinaria herramienta jurídica.

Ahora bien, esto no debe llevar a parcializar y pensar que todas las omisiones son del Ejecutivo, los derechos son factibles si el Legislador les asigna un presupuesto. Esa es la “madre” de todas las leyes, la ley presupuestal anual.

¿Cómo se trabaja desde la Justicia cuando un gobierno no cumple con las sentencias judiciales en su contra?

Pese a que en el caso de la Ciudad, el jefe de Gobierno postula el fiel cumplimiento de las sentencias a nivel nacional o internacional como el caso del Juez Griesa de Nueva York, que es un juez de primera instancia local, lo cierto es que las sentencias que condenan al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires permanecen incumplidas todo lo posible. Hay que imponer sanciones pecuniarias pero ni eso finalmente surte efecto.

Entonces viene la dilación, es así que el hospital de Lugano se dice que estará para el 2020 cuando la ordenanza que lo creó es de los 80 y luego en los 2000 la Legislatura porteña achicó de 250 a 100 camas para internación. Lo mismo sucede con la remediación del predio de Lugano, que fuera objeto de la toma el pasado año y terminara en un desalojo violento, data de hace nueve años. Hoy la gente de la Villa 20 se pregunta si al final lo que mueve un poco las cosas no depende precisamente de las vías de hecho que llevan adelante.

Se va creando un descreimiento en la eficacia de la Justicia, la verdad es que la Justicia solo alcanza para poner en foco una situación durante un tiempo pero luego no se arriba a la concreción, y esto es muy difícil en materia de salud y vivienda.

Durante su carrera judicial tuvo enfrentamientos con todos los jefes de Gobierno porteños, en mayor o menor medida, producto de diferentes fallos, ¿en algún momento eso afectó su trabajo y/o su vida personal?

Yo no utilizo la palabra enfrentamiento porque induce a pensar en algo personal. El Juez contencioso tiene este riesgo inherente en su actividad ya que en todo expediente una de las partes es el GCBA. Desde luego entonces que ello no me afecta en lo personal lo cual es bueno porque, en consecuencia, no afecta mi independencia funcional.

Lo que sí me ocurre con frecuencia es que se incrementa en mi ánimo una fuerte sensación de impotencia y me duele constatar la decepción de los justiciables. Porque la Justicia es la última instancia en la resolución pacífica de los conflictos, ¿qué queda si la Justicia no es eficaz?

Lo que sí me ocurre con frecuencia es que se incrementa en mi ánimo una fuerte sensación de impotencia y me duele constatar la decepción de los justiciables. Porque la Justicia es la última instancia en la resolución pacífica de los conflictos, ¿qué queda si la Justicia no es eficaz?


A lo largo de su carrera profesional dictaminó sentencias rupturistas para la época, como el reconocimiento de la maternidad de un niño a dos mujeres, ¿cómo fueron esas tomas de decisiones?

Es la primera vez que veo esa calificación de sentencias “rupturistas” para la época, una vez dije a propósito de las sentencia de matrimonio igualitario que todo esto iba a ser ridículo en pocos años. Tal como es inconcebible hoy siquiera discutir que todos los humanos no seamos iguales para la ley. Aunque los debates siempre están porque hay rastros o vestigios de pensamientos antiguos y, de cierta manera, los encuentro útiles para no descuidarnos.

Los casos aludidos en la pregunta fueron muy emotivos. En todos ellos, las personas me dijeron algo tremendo que les había devuelto la dignidad de sus vidas. Por eso escribí hace un tiempo un artículo sobre cómo los jueces impactamos en la vida de las personas. Eso no hay que perderlo de vista nunca. En cuanto a lo de rupturista, reconozco, no fue casual de mi parte, supe que era una oportunidad para “correr la alambrada” y así resultó.

Como mujer, ¿cómo es el trato actual dentro del aparato judicial? ¿Observa avances desde sus comienzos a la actualidad en materia de igualdad de género?

Veo muchos avances en lo que hace a la mujer en los altos cargos judiciales e incluso en el Consejo de la Magistratura. Cuando tenía 40 años era todavía muy difícil acceder a esos cargos. De hecho, en ese momento tan sólo dos mujeres estaban al frente de gremios. Uno era el docente: un ámbito en el que la presencia de la mujer es descontada pero no en los altos puestos; y el otro caso fue el de la diputada y hoy embajadora en el Reino Unido Alicia Castro. De manera que el Poder Judicial en general ha sido uno de los lugares donde también se fue reflejando el acceso de la mujer.Recuerdo que hacia finales del gobierno de Alfonsín nombraron por vez primera a una mujer jueza de primera instancia en lo contencioso federal, la Dra. Marta Herrera, a quien tengo en gran estima.

Por desgracia, hay temas pendientes como el acoso laboral y también la violencia de género, me refiero a mujeres que trabajan aquí y sufren en su vida personal ese flagelo. Hay ámbitos en los que la incorporación de la mujer no ha significado la incorporación de la perspectiva de género, como es el caso de las Fuerzas Armadas o de Seguridad. Es una deuda muy grande la que perdura allí.

Cabe decir que en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet en Chile se incorporó la perspectiva de género en la obra pública, por lo tanto, los baños debían tener para cambiar a bebés y los pisos resistir los tacos altos.

En nuestro poder judicial la licencia por paternidad es por dos meses lo que es una buena medida a fin de que el cuidado parental no esté enfatizado en la mujer y soslayado en el hombre. Habría, también, que incorporar medidas respecto a los hombres.


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