Un docente porteño quedó entre los 50 mejores del mundo

Miguel Alejandro Rodríguez de 57 años, profesor de la Escuela Técnica N°3 “María Sánchez de Thompson”, ubicada en el barrio de Palermo, fue seleccionado entre los 50 finalistas del Global Teacher Prize 2026, el reconocimiento internacional más importante a la labor docente, otorgado por la Varkey Foundation en colaboración con UNESCO.
Este logro lo ubica entre los 50 educadores más destacados del mundo, luego de ser elegido entre más de 5.000 postulaciones provenientes de 139 países, y vuelve a poner en escena a la educación pública de la Ciudad de Buenos Aires en el ámbito educativo internacional.

Rodríguez, suma más de 27 años de esperiencia en escuelas públicas porteñas y actualmente enseña Ciencia y Tecnología en la Escuela Técnica N.° 3. Su trabajo se caracteriza por integrar la educación técnica con la innovación, la inclusión social y el compromiso ambiental, a través de proyectos orientados a resolver problemas reales de la comunidad.
Este año, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, lo reconoció y le entregó el Premio Docentes de la Ciudad, una distinción que destaca a educadores que transforman las trayectorias educativas de sus estudiantes mediante prácticas innovadoras y con impacto concreto en la comunidad.

Uno de los proyectos más destacados es “Más Agua limpia, más vida”, una iniciativa que consiste en el diseño y construcción de un kit tecnológico de bajo costo. A través de un proyector láser, una webcam y una plataforma web que utiliza inteligencia artificial, el sistema permite analizar muestras de agua, detectar microorganismos y generar mapas hídricos en tiempo real.

La propuesta tiene un doble impacto: por un lado, ofrece a comunidades vulnerables una herramienta accesible para evaluar la calidad del agua; por otro, fortalece la formación técnica de estudiantes urbanos, acercándolos a la programación y a la aplicación de la IA en problemáticas concretas.

En 2012, Rodríguez fundó el Club de Ciencias Cóndor, un espacio educativo independiente con habilitación de la Red Nacional de Clubes de Ciencia. Desde allí acompañó a cerca de 80 jóvenes, muchos de ellos en situación de vulnerabilidad o con trayectorias educativas interrumpidas, brindándoles mentoría personalizada y un entorno de aprendizaje basado en proyectos reales.

 

Junto a sus estudiantes, desarrolla iniciativas tecnológicas creadas mayoritariamente con materiales reciclados, que luego se transforman en soluciones concretas: paneles solares, dispositivos de alfabetización para personas con discapacidad, biodigestores para escuelas rurales, kits para detectar contaminación del agua y herramientas de monitoreo ambiental.

Los proyectos no se quedan en el aula: docentes y alumnos viajan a distintas provincias para instalar los dispositivos, capacitar a las comunidades y garantizar su uso. Además, participan en ferias científicas y espacios de formación docente, fortaleciendo aprendizajes profundos y valores como la solidaridad, el compromiso y la ciudadanía.

Esta nominación representa un reconocimiento al rol central de los docentes y al valor de la escuela pública de la Ciudad de Buenos Aires, que impulsa experiencias educativas innovadoras, con impacto social y mirada de futuro. Desde el Ministerio de Educación de la Ciudad celebraron la distinción y destacaron que se trata de un logro que “llena de orgullo a toda la comunidad educativa y reafirma una convicción: cuando se pone el aprendizaje en el centro, el impacto trasciende fronteras”.

Tras la definición de los 50 finalistas, el certamen avanzará ahora en la selección de los 10 mejores docentes del mundo. El ganador será elegido por la Academia del Global Teacher Prize, anunciado durante la World Governments Summit y recibira un millón de dólares, que se celebrará en Dubái del 3 al 5 de febrero de 2026.

La otra docente argentina nominada es Gloria Cisneros, maestra y directora de la Escuela N.° 793 “Don Carlos Arnaldo Jaime”, ubicada en el paraje La Sara, en pleno Impenetrable chaqueño. Cada lunes recorre más de dos horas en moto desde Taco Pozo para llegar a la escuela, donde permanece toda la semana asumiendo múltiples roles y sosteniendo la educación en un contexto de extrema ruralidad.