Javier Milei y Mauricio Macri cenaron en la Quinta de Olivos en medio de los cambios en el Gabinete

El encuentro entre el Presidente y el líder del PRO tuvo lugar en un contexto de reacomodamiento interno y tensiones en la Casa Rosada. La reunión, que se extendió por casi dos horas, coincidió con la renuncia del jefe de Gabinete, Guillermo Francos , y con el alejamiento del ministro del Interior, Lisandro Catalán.

Durante la cena, en la que se sirvieron milanesas, ambos dirigentes discutieron el futuro de la coalición legislativa y el rol que el PRO podría desempeñar en el Congreso. El encuentro se produjo tras el triunfo electoral de La Libertad Avanza (LLA) y en medio de la búsqueda de apoyos para avanzar con tres ejes centrales de la agenda oficial: reformas laboral, impositiva y del Código Penal.

El clima político se vio alterado por la decisión de siete diputados del PRO, cinco en ejercicio y dos que jurarán sus cargos el 10 de diciembre, vinculados al sector de Patricia Bullrich, de abandonar el bloque que preside Cristian Ritondo para sumarse a La Libertad Avanza. Damián Arabia fue el primero en anunciar su pase, seguido por Sabrina Ajmechet, Silvana Giudici, Marilú González Estevarena, Carlos Almena, Laura Rodríguez Machado y Patricia Vázquez. “No se trata de sellos ni de colores, se trata de convicciones y nitidez”, expresó Arabia en  su cuenta X.



Horas antes de la reunión, Macri había reivindicado la vigencia de su partido durante un seminario en Chile, al afirmar que “el PRO está más vivo que nunca” y anunciar que su espacio tendrá candidato propio en las presidenciales de 2027. Sin embargo, la fuga de legisladores hacia el bloque libertario redujo la bancada amarilla y profundizó las tensiones entre macrismo, bullrichismo y ritondismo.

Con la salida de Francos y Catalán y la implosión parcial del bloque del PRO, el oficialismo inicia una nueva etapa de negociaciones con los gobernadores y los aliados legislativos. En este tablero en movimiento, Milei busca consolidar su poder y ampliar su base de apoyo, mientras Macri intenta preservar la identidad y la influencia del partido que fundó hace dos décadas.