COMUNA 5

Yamila Iphais Fuxman: “Muchas de las funciones comunales aún no han sido descentralizadas”

Presentamos a Yamila Iphais Fuxman, militante de Peronismo por la Ciudad. En las elecciones generales de octubre pasado fue elegida para formar parte de la Junta Comunal 5 por Unión por la Patria.


Dafne Strobino

Yamila Iphais Fuxman forma parte de la flamante Junta Comunal 5 desde el pasado 10 de diciembre junto a sus compañeros de bancada por Unión por la Patria Maru Acuña y Hernán Gorretta. Nos contó su trayectoria, cómo ve a la comuna y sus proyectos para la misma.
 
¿Cuál es tu trayectoria política y social? ¿Cómo llegaste a la política?
 
A la política partidaria llegué en 2013. Un amigo y compañero de trabajo del Banco Ciudad de Buenos Aires me presentó a un grupo de militantes del sur de Boedo, barrio en el que vivía en ese momento y hasta hoy con mi hijo. En ese local encontré la confluencia de la militancia gremial y territorial, y desde ahí fuimos construyendo siempre buscando la transversalidad.
 
Mi interés político, no podría decirte cuando surgió, creo que lo mamé. En mi casa siempre fue un tema muy presente. Ambes viejes militantes, me llevaban a la Plaza (de Mayo) desde bebé. Mi mamá es sobreviviente de la última dictadura cívico militar y mi viejo se tuvo que esconder en el interior profundo. De alguna manera, todes lo somos, ¿no?
 
El viernes en un ciclo de debate que estamos haciendo una amiga me recordaba que la primera marcha a la que la invité fue la marcha estudiantil contra López Murphy. Estamos usando la serie “2001” como disparador. En ese momento, estábamos terminando el secundario, sin expectativas, con mucha angustia por lo que ocurría a nuestro alrededor. Sacarnos la gratuidad de la Universidad pública era el fin de todas nuestras esperanzas de autonomía y desarrollo personal.
 
Poco después me acerqué a la Casa de la Amistad Argentino Cubana, los valores solidarios, latinoamericanistas me motivaban. Nos acercamos a la comunidad boliviana radicada en Argentina para apoyar el voto simbólico. Una experiencia de lucha y transversalidad que me impactó. Acompañamos a la hermana y familia de Luciano Arruga. Teníamos diferencias políticas; en ese momento, estaba estudiando en Madres (de Plaza de Mayo), varies nos sentíamos cercanes a Néstor (Kirchner) y veíamos en él la posibilidad de cambio en nuestro país. Con algunes armamos una cooperativa de distribución de productos orgánicos y cooperativos que todavía existe “Caracoles y Hormigas”, de la que me tuve que alejar a fines de 2010, ya era madre y laburaba en el Banco; donde empecé una incipiente militancia gremial aún en tiempos donde luchábamos por la renovación sindical bancaria que finalmente trajo Sergio Palazzo.
 
Haber vivido la transformación macrista del Banco Ciudad, que era una entidad sustentable, de carácter público y desarrollista y fue convertida en una institución comercial, dirigida, ni más ni menos, que por Federico Sturzenegger, me volcó a la política local. A fines del segundo mandato, me acercan a Tenemos Patria, espacio con el que compartía la vocación de recuperar el territorio porteño. Desde ahí con el apoyo de mi compañeres, construimos la Asamblea Popular Feminista. La APF, como le decimos, es un espacio de confluencia transversal en el que participábamos militantes políticas, activistas, artistas y vecinas.
 
Durante la gestión de Alejandra Gils Carbó frente al Ministerio Público Fiscal, nos formamos como promotoras territoriales en género a través del programa Re.Te.GER e inventamos junto a estudiantes de la escuela de Cerámica un dispositivo para señalizar femicidios, lesbicidios y travesticidios. Todavía nos reúnen gestas solidarias y las manifestaciones feministas. En medio de todas las batallas que se libran actualmente, queremos generar una expresión comunal para el 8M.
 
¿Cómo ves a tu Comuna en este momento?
 
La Comuna es una cosa y la gestión comunal o del GCBA, otra. Almagro y Boedo comparten una acentuada impronta cultural, tanguera y murguera. Aloja a artistas plásticos de renombre internacional, como mí querida amiga Mariela Scafati y Alberto Morales. A la vez, posee un circuito teatral y de centros culturales maravillosos e inagotable. La oferta deportiva, de clubes de barrio, mayormente ubicados en el bajo  autopista que la atraviesa. La variedad de la oferta gastronómica y el empuje comercial y productivo de la zona de cueros, calzado y marroquinería, por la Av. Boedo.
 
Amo los barrios de mi comuna, te podría decir que tienen casi todo lo que se necesita para vivir plenamente. Pero “casi”, no es lo mismo que “todo”. Porque, de hecho, “casi” no tenemos espacios verdes, sólo dos plazas en los respectivos centros de cada barrio y luego pequeñas plazoletas, en pequeñas esquinas o bordeando la autopista.
 
Otra demanda muy recurrente durante la campaña fue la subsede comunal en Almagro, para facilitar el acceso de sus habitantes. Por ejemplo, ahora en la sede de Plaza Boedo se registran las tarjetas SUBE, pero no resulta práctico para adultes mayores, ni las familias que necesitan tramitar el boleto estudiantil de Almagro. Por otro lado, tampoco tenemos efectores públicos de salud de complejidad. Es más, el único efector de salud pública, el CeSaC 38, ubicado en la Av. Medrano 350, no cubre toda la Comuna. Depende del hospital Durand y según tengo entendido, su área programática, no cubre siquiera el 100% de Almagro. Una lucha histórica de la Comisión de Salud del Consejo Consultivo es que se le otorgue todo el edificio, ya que podría ampliar no sólo la capacidad de atención, sino también las especialidades que se brindan.
 
En Boedo existen carencias estructurales de larga data. A la carencia sanitaria se le suma la ausencia de Jardines Maternales, Centros Integrales de las Mujeres (CIM). El único que tenemos en la Comuna, el “Elvira Rawson” que se encuentra en Salguero 765, supo ser un CIM modelo, lamentablemente, la falta de personal, recursos y el desmantelamiento de la Dirección General de la Mujer, han repercutido muy negativamente en sus posibilidades de atención. Incluso esta semana nos cancelaron la reunión con sus autoridades por la rotura de un caño que hace imposible su uso.
 
¿Qué análisis haces de estos 12 años de descentralización?
 
Sin duda es un proceso inconcluso, con idas y vueltas, contrario a lo que se plantea en la Ley de Comunas, y eclipsado por “desconcentraciones” que limitan la efectiva descentralización. Es un problema generalizado en las 15 comunas que requiere no sólo de la voluntad política del oficialismo, sino de la construcción de consensos mínimos respecto del bienestar de los habitantes porteños. Actualmente, ni si quiera están homogeneizados los servicios que se brindan en cada comuna. Por eso de repente ocurre que vecinas de Almagro y Boedo tengan que hacer trámites en otras comunas. Por otro lado, se superponen distintos criterios de subdivisión distrital; entonces, los distritos escolares no coinciden con las comunas, lo mismo ocurre como te comenté con las áreas de injerencia de los efectores de salud.
 
¿Pensás que la Ley 1.777 se cumple?
 
No, muchas de las funciones comunales aún no han sido descentralizadas, pero sobre todo, el principal problema es que las poquitas que sí se descentralizaron se hicieron con escaso presupuesto y parcialmente. Las y los vecinos requieren que podamos afrontar la representación de sus problemas cotidianos, pero sin un efectivo proceso de descentralización esto no es posible. Por eso es fundamente hacer valer que nuestro rol como comuneras y comuneros está inscripto en la Constitución porteña, un capítulo entero se nos dedica y tenemos que encontrar los mecanismos formales para afrontarlo.
 
¿Cuáles son tus proyectos para la Comuna?
 
Aunque nuestras incumbencias no se limitan a las áreas de trabajo que hayamos elegido, si tenemos mayor responsabilidad en estas. En lo personal, me estoy abocando a tres áreas: Participación Ciudadana, cuyo principal órgano de representación es el Consejo Consultivo Comunal, pero que cuenta con otras instancias como los encuentros de Comisaría Cercanas o el FOSEP (Foro de Seguridad Pública).
 
Respecto a esta dimensión de mi labor comunal me he planteado dos objetivos, por un lado, que el Consejo Consultivo vuelva a ser presencial, la merma de la participación y la virtualidad están directamente relacionados. Por supuesto que fue una gran herramienta en la pandemia; ahora ya no tiene sentido, desgasta. Pero, además, he recibido numerosos reclamos por el funcionamiento de este espacio en relación a la frustración que trae muchas personas respecto a sus posibilidades de participación.
 
Otra de mis áreas de trabajo, muy relacionada son los foros que antes te mencioné, es Seguridad y Derechos Humanos. Nos hemos reunido con los comisarios responsables de la Comuna, de cada barrio y con la comisaria zonal (aborda la Comuna 3, 5 y 6) porque es notorio el aumento del delito. La falta de personal, de recursos y de formación hace muy compleja su tarea y las posibilidades de estar presentes en las calles previniendo los delitos que es lo que concretamente las y los vecinos queremos.
 
Por último, pero no por eso menos importante, el orden no es jerárquico, también me comprometí con el área de Salud y Tercera Edad. A demás de las cuestiones que fuimos charlando, es fundamental que la cobertura sanitaria pública llegue al 100% de la Comuna. No sólo porque ante la urgencia la cercanía es clave, sino porque mejorar la salud de las personas depende de la posibilidad de realizar controles preventivos, acompañamientos de cercanía en los casos de consumos problemáticos o situaciones de salud metal. Sólo construyendo un sistema integral de salud pública podremos brindar el servicio que las y los vecinos se merecen (y por el cual aportan con sus impuestos) sino que también lograremos bajar los costos sanitarios y la afluencia de personas a los centros de alta complejidad que en muchos casos brinda servicios que la salud privada no posee.
 
 


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