SALUD

Denuncian el intento de desmantelar el servicio de salud de la UBA

Trabajadores de la Dirección General de Salud y Asistencia Social de la UBA, se manifestaron en la puerta de la institución, ubicada en el barrio de Caballito, por el intento de desmantelar el servicio de salud que queda en Hidalgo 1067.


La Universidad de Buenos Aires tiene un servicio de salud, ubicado en la calle Hidalgo 1067, en el barrio de Caballito. Es donde se hace el famoso examen médico que es requisito obligatorio para terminar cualquier carrera de la UBA.
 
Los trabajadores de la Dirección General de Salud y Asistencia Social denuncian que el rectorado de la UBA está avanzando en un plan para desmantelar el servicio y transferir el edificio a la Facultad de Psicología, justo en momentos en que se acercan las elecciones de rector y Alberto Barbieri está buscando su reelección. El titular de la institución ya habló del tema como un hecho en la última sesión del Consejo Superior, diciendo que el edificio se va a "refuncionalizar".
 
“Desguazar la Dirección General de Salud y Asistencia Social y derogar el examen médico constituiría un ataque muy importante, no solo a nosotros, los trabajadores, que no se sabe a dónde nos transferirán, sino a los cientos de miles de alumnos que cursan sus carreras de grado en la institución”, declaran los y las trabajadoras a La Izquierda Diario.
 
El caso de la UBA es ejemplar. Que la propia Universidad ofrezca todo el examen médico preventivo gratuitamente y dentro de la propia universidad, sin derivar a hospitales u otros centros médicos es una excepción que no existe en ningún otro lugar del país. Allí también pueden atenderse los estudiantes que no cuenten con cobertura médica.
 

Los trabajadores del área denuncian que desde antes de la pandemia vienen sufriendo recortes y no pueden funcionar en su máxima capacidad. Pero además, cuando empezó la cuarentena el conjunto del servicio dejó de funcionar y quedó sin presupuesto. “Un lugar con especialistas médicos, técnicos de laboratorio, extraccionistas, y personal administrativo calificado en esas tareas quedó en desuso en medio de una pandemia y por decisión exclusiva del rectorado”, dicen los trabajadores.
 
El conjunto de la comunidad educativa no contó con este centro de salud preventivo para asistirlos ante las consecuencias del aislamiento, o frente a los contagios por Covid-19. Pero además, un centro con esa capacidad podría haber brindado un servicio más allá de los integrantes de la UBA.
 
“Este movimiento del rectorado se puede interpretar de forma sencilla: es un área que no genera ganancias para la Universidad, sino un servicio a la comunidad y gastos”, cierran los trabajadores.


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