OPINIÓN

“Más sola que Pato Bullrich en la interna”, por Werner Pertot

La presidenta del PRO se quedó sin opciones en su enfrentamiento con Larreta. Recibió presiones de todos lados antes de bajarse.

Werner Pertot
Luego de que ella se bajara, Larreta y Bullrich se mostraron juntos en un bar.


Acompáñenme en esta triste historia. Primero le soltó la mano Mauricio Macri. Temeroso de quedar como el perdedor en una interna, el ex presidente se tomó el avión hacia Europa y aclaró desde allá que él no disputaba cargos. Después la presionó el Grupo Clarín, con una noticia falsa el viernes de que ya se había bajado, que la obligó a salir a aclararle a su ejército de trolls que no era (aún) el caso. Patricia Bullrich no estaba pasando su mejor momento. La presidenta del PRO quería enfrentar en internas a María Eugenia Vidal pero esa posibilidad se veía cada vez más remota. Cada vez estaba más sola y sin apoyos. Así que finalmente resolvió bajarse y no ser ni siquiera tercera en la lista –la magra oferta que le había hecho Horacio Rodríguez Larreta-. Bullrich no jugará a nada. Larreta gana. Fatality.

El fin de semana pasado, Macri tuvo dos conversaciones que lo decepcionaron, una con Larreta y otra con Vidal. Cansado de la interna, hizo lo que cualquier multimillonario de bien haría: irse a Europa. Y, ya instalado allá, mandó un mensaje sobre las internas: "Quiero ser bien claro: soy una persona de consulta desde mi experiencia, pero no peleo lugares ni me meto en discusiones internas". Fue un torpedo directo a la línea de flotación de Bullrich, que acotó severamente sus chances de negociar. Sin el apoyo de Macri, no le queda mucho más que la amenaza a la presidenta del PRO. Todo indicaba que si intentaba igual ir contra Vidal,  Macri se iba a declarar prescindente. Después de 2019, el ex presidente le huye a la derrota más que la peste. Si quedaba como el derrotado en  la interna –y hay que tener en cuenta que Bullrich es considerada su lugarteniente- temía ser desplazado para siempre de cierto lugar de liderazgo y consulta que todavía pretende ocupar.

En medio de la disputa, le ofrecieron a Bullrich el tercer lugar en la lista de Diputados detrás de Vidal (el segundo lugar sería para un radical). La cabeza de la lista de Legisladores sería para un hombre de confianza de Larreta: su secretario general Fernando Straface. Mientras ella negociaba con Larreta, hubo una intensa actividad de los trolls del PRO para plantear que no se debe bajar y que deben darle un lugar en las listas al profesor de voley Fernando Iglesias, que -en caso contrario- concluiría su mandato.

A esto se sumó una extraña serie de notas el viernes afirmando que Bullrich ya se había bajado. La presión, dicen desde las usinas del PRO, vino del Grupo Clarín, en un intento de ordenar la interna del principal frente opositor. Que se haya bajado el viernes me lo desmintieron todas las partes, incluido el entorno del jefe de Gobierno, que llevaba personalmente las negociaciones. Otros imaginaron que la operación tenía como fin, justamente, embarrar los acuerdos a los que se intenta llegar y que todo naufrague. En el medio de las versiones,  Bullrich tuvo que salir a aclarar: "No renuncio a acompañar a cada argentino para que cumpla sus sueños". Como dije en su momento, hay que notar que era una frase ambigua, que le permitía recalcular y bajarse en cuestión de días. Pero no fueron unos días: fue al día siguiente. Y el comunicado que le permitieron redactar lleva el mismo título que ese tuit.

En suma: presiones del holding mediático, un Macri que ya la dejó a su suerte, pocos apoyos internos, más allá de la campaña de trolls. Todo conspiraba contra los intereses de la presidenta del PRO. En el texto en el que se baja, intentó disfrazar su debilidad con grandilocuencia: “Yo decido no ser candidata para potenciar mi responsabilidad y mi compromiso político. Para hacer mío, con más libertad y fuerza, el afianzamiento de la esperanza de una sociedad que quiere salir, de una buena vez, del populismo y trabajar para superar la pobreza”. En un reportaje con un medio amigo, en cambio, destiló veneno hacia el jefe de Gobierno: “Yo ganaba esta elección, pero si lo hacía, el kirchnerismo le entraba por todos lados a Horacio Rodríguez Larreta”.

Así que en verdad lo hizo por él… Dale. No se lo cree ni ella. Del lado de Larreta y Vidal, hubo felicitaciones por su decisión de bajarse que sonaron a alguien que está retorciendo el cuchillo en la herida. "Felicitaciones a Patricia Bullrich por tu decisión a favor de la unidad en esta elección tan importante y de recorrer la Argentina defendiendo los valores de Juntos por el Cambio", le escribió Vidal, quien probablemente ahora, con una lista de unidad,  sea la candidata de Larreta en la Ciudad.

El otro escenario, donde Bullrich enfrentaba a los candidatos de Larreta, hubiera sido visto como un desafío al jefe de Gobierno. Y no parecía contar con demasiados respaldos dentro del PRO: después de todo es una de sus opciones a presidente en 2023 y no parece inteligente limarlo. La otra opción es Vidal, contra la que Bullrich tendría que haber competido llegado el caso. No va a suceder. Bullrich se bajó. Larreta ganó. Flawless victory.

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