EMERGENCIA SANITARIA

Tras el reclamo del Durand, trascienden más renuncias masivas en hospitales de CABA

Medio centenar de enfermeros dejaron el Durand. Alrededor de 100 renunciaron al Pirovano en los últimos tres meses. Hubo 30 bajas en el Ramos Mejía y 48 en el Rivadavia. Denuncian que, por las malas condiciones sanitarias y salariales, el personal se vuelca al sector privado.



Luego de que personal del Hospital Durand difundiera que más de medio centenar de enfermeros y enfermeras renunciaron por las malas condiciones de trabajo y salariales en plena pandemia, la legisladora porteña del Frente de Todos María Rosa Muiños presentó un pedido de informes al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, que fue aprobado en la Legislatura. En tanto, desde otros hospitales porteños difundieron situaciones similares.

Desde el Hospital Pirovano, trabajadores y trabajadoras denunciaron que desde los inicios de la pandemia renunciaron alrededor de 100 enfermeros y enfermeras, que estos últimos 3 meses hubo 30 bajas más, “por la falta de entrega de ropa de trabajo, falta del pago de los plus de Insalubridad, área crítica, presentismo, ticket canasta, el no reconocimiento a la carrera Profesional de Salud -Ley 6035- y los bajos salarios, que oscilan los $44.000, cuando la canasta básica en la ciudad es de $140.000”. Estos factores, enumeraron desde ATE, “hacen que los trabajadores se vayan a instituciones privadas”.

En el Hospital Ramos Mejía, delegados denunciaron que entre los meses de mayo y junio hubo 30 renuncias “por la falta de entrega de ropa de trabajo, falta del pago del plus de Insalubridad, el no reconocimiento a la carrera Profesional de Salud -Ley 6035- y salarios de $44.000”. Advirtieron que así “no pueden mantener a sus familias, por lo tanto los trabajadores optan por irse a instituciones privadas, donde son bien remunerados y valorados por el esfuerzo que realizan ante la pandemia”.

Algo similar difundieron desde el Hospital Rivadavia. Trabajadores aseguran que “renunciaron 48 enfermeros y enfermeras por la violencia institucional que vivían cotidianamente, la falta de ropa de trabajo, bajos salarios, el no reconocimiento como Profesional de Salud y la falta de pago de diferentes plus”.

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