OPINIÓN

“No aclares que oscurece”

El jefe de Gobierno eludió una pregunta sobre el acatamiento de las medidas dispuestas por la Nación. Pero no pudo evitar que le pregunten por la compra de vacunas. Dos fuegos amigos de Patricia Bullrich.

Werner Pertot


Fue un intento de esquivar una pregunta molesta. Transcurría lo último de la conferencia de prensa que dio Horacio Rodríguez Larreta por las medidas sobre la segunda ola. El jefe de Gobierno ya había conseguido diferenciarse del Gobierno nacional (dijo que no estaba de acuerdo con restringir la circulación nocturna y, de hecho, les dio un changüí para cerrar a los restaurantes) y no le había quedado otra que dar marcha atrás con el regreso del estacionamiento medido (una decisión que tomó hace pocos días y le valió muchas críticas: ¿cómo desincentivar el uso del auto cuando se quiere descomprimir el transporte público?). Pero entonces llegó la pregunta sobre el “acatamiento” de las medidas nacionales. La pregunta venía de una frase de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, quien llamó a “resistir” las medidas. Larreta la esquivó lo mejor que pudo, pero dejó en claro las diferencias internas que tiene. En cambio, no pudo evitar que les pregunten por la compra de vacunas, algo que es inviable, pero con lo que Bullrich viene insistiendo pese a los pedidos de Larreta de que la corte. Curiosamente, el mismo jefe de Gobierno emprendió una campaña mediática al día siguiente para decir que va a intentar adquirir vacunas fantasma.

El mismo día que se conocieron las nuevas restricciones a la nocturnidad, Bullrich hizo un llamado a “resistir” aquellas medidas que resulten irracionales. Ese mismo día, en el Gobierno porteño ya me habían dicho que no iban a hacer tal cosa. Pero lo tuvo que explicitar Larreta, que aprovechó que el periodista de Cadena 3 mezcló eso con el comunicado de Juntos por el Cambio de esa semana para salir por la tangente. Luego de un notorio silencio, Larreta dijo: "Si te referís al comunicado de la mesa de Juntos por el Cambio de hace dos días, en ningún momento ahí llama a incumplir una norma, de ninguna manera", dijo Larreta, visiblemente incómodo. Y no dejó repreguntar al periodista, ni a otros que le querían aclarar que se referían a lo que había dicho Bullrich. Larreta dejó en claro que no coincide: "Las normas están para cumplirlas y nuestra responsabilidad es hacer cumplir las normas". Y evitó mencionarla.

No tuvo tanta suerte Fernán Quirós, quien debió contestar sobre la compra de vacunas. Ese tema lo tiene a maltraer a Larreta y lo hizo explícito en las últimas reuniones de Juntos por el Cambio. Allí el jefe de Gobierno insistió  con que había que dejar de decir que el Gobierno nacional debía permitir que compren vacunas. Detalló por qué eso no era práctico y no iba a terminar siendo posible: no hay quien les venda.

Bullrich –que era la que proponía esto, por lo que se sintió aludida- le discutió y tuvo que intervenir Mauricio Macri… a favor de Larreta. Pero ni entre los dos consiguieron que Bullrich dejara de repetir que debían permitir que los gobiernos provinciales compren vacunas, como si pudieran ir a un supermercado y conseguir algo que el Gobierno nacional no puede.

Textualmente, en la semana de mayor pico de casos, Bullrich tuiteó: "Yo se lo dije 20 veces al presidente: dejen que las provincias compren la vacuna. Dejen que los laboratorios compren. Dejen que las farmacias compren. El sistema más efectivo de distribución de la vacuna en los Estados Unidos son las cadenas de farmacia".

Rápido para retrucar, el jefe de Gabinete nacional, Santiago Cafiero, vio la oportunidad y los invitó a que fueran a comprar vacunas. Dijo que la ley no se los impedía. Esto los opositores ya lo sabían, dado que la votaron y hasta la modificaron. Pero actuaron sorpresa. Todo terminó en una pregunta en la conferencia de prensa sobre esa famosa compra que tanto pedía Bullrich. Larreta debe haber tenido ganas de golpearse la mano con la frente. El que contestó fue su ministro de Salud: "Esto no encuentra una solución en el mercado, por eso es un debate abstracto. Las empresas han comprometido toda su producción. Las contrataciones serían a fin de año o el año que viene". Es decir que Quirós terminó siendo el que desmintió a Bullrich. Dato divertido: Quirós y Bullrich podrían verse las caras en las PASO de este año como los candidatos de dos listas internas.

Pero el circo no termina acá. Luego de que Quirós diera por cerrada la posibilidad de comprar vacunas, el que la volvió a abrir fue Larreta (sí, el mismo que le discutía a Bullrich que eso fuera factible). Con un despliegue de medios amigos, el viernes pasado el Gobierno porteño hizo un giro de 180 grados y salió a decir que va a “tratar” de compra vacunas.

Una de las que quiere adquirir es la de Pfizer, que le pedía al Gobierno nacional que pusiera como garantía las reservas del Banco Central. ¿Qué les va a ofrecer Larreta? Se los dejo a su imaginación. ¿Y de dónde va a sacar los dólares para pagarlas, en el improbable caso de que alguna farmacéutica les venda? También sería interesante saberlo. Y por último: ¿ahora Bullrich es la jefa de Gobierno? La están siguiendo en su idea, a la que hace pocos días Larreta consideraba disparatada.

Es llamativo el equilibrio que intenta hacer Larreta entre diferenciarse del Gobierno nacional –bien visto, se diferenció muy poco… solo en lo que respecta a la circulación por las noches- y con las disputas al ala dura del PRO, que le pone condiciones permanentemente y logró que terminen diciendo que van a “intentar” comprar vacunas.

Pero las contradicciones son cada vez más notorias: el mismo día que Larreta decía que las normas hay que cumplirlas, en su espacio político estaban fogoneando el hashtag #DesobedienciaCivilYa. Por suerte para él, nadie le preguntó por eso en la conferencia de prensa.

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