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Buscan a una joven de Villa Crespo: fue vista por última vez hace cuatro días

Se trata de Yamila González Pecotiello, tiene 21 años y es mamá de tres nenes. El lunes por la noche salió a encontrarse con una amiga y no se la volvió a ver.

Yamila González Pecotiello de 21 años salió el lunes pasado a encontrarse con una amiga y nunca volvió. Su hermana Jennifer, con quien vive en la calle Darwin al 900 en el barrio porteño de Villa Crespo, fue quien comenzó la búsqueda cuando se levantó el martes y su hermana no había regresado.

Tras enviar mensajes a sus conocidos, supo por medio de un vecino que le dijo que la había visto con la amiga en la esquina de Corrientes y Fraga cerca de las medianoche. Hasta hoy, Yamila no regresó y su paradero es un misterio. “Es muy extraño que haya desaparecido así. Ella nunca fue de tener este tipo de comportamientos. Nunca ocurrió que se haya ido de casa de esta forma. Sin sus documentos y sin dar ninguna tipo de explicación”, dijo a Infobae Elizabeth, tía de Yamila.

La denuncia fue radicada ayer en la comisaría 15B de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y a la que accedió Infobae, cerca de las 14 horas del martes ocurrió algo llamativo. En la casa de la calle Darwin se hizo presente la amiga con la que había quedado encontrarse la noche anterior, una mujer de 30 años identificada como Antonella Batruni, quien aseguró que nunca se había encontrado con Yamila.

Desde ese momento y con ayuda de la ONG Madres de Víctimas de Trata comenzaron una intensa campaña en las redes sociales. Yamila es mamá de tres nenes de 1, 4 y 5 años. Vive junto a su hermana y sus sobrinos y desde hace un año está separada del padre de sus hijos, un hombre identificado como Matías, quien al ver la campaña de búsqueda en las redes sociales se acercó inmediatamente para colaborar.

“De lo que sabemos, ellos nunca tuvieron ningún problema. Nunca hubo denuncias ni de violencia de género ni maltratos. Sí estaban separados desde hace un año pero nada más. Él es un padre presente que responde por sus hijos. Nosotros igual no descartamos ninguna hipótesis. Ya no sabemos qué pensar”, agregó en diálogo con Infobae Elizabeth.

Al momento de la desaparición, la joven -de cabello rubio, con dos tatuajes (uno con el nombre Mateo y otro de un pájaro color celeste y 1.60 de altura- llevaba puesto una musculosa gris con rayas blancas y un pantalón corto de jean. La investigación quedó en manos de la Fiscal Nacional en los Criminal y Correccional 29, a cargo del fiscal Lucio Herrera.

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