GASTRONOMÍA

Reabrieron 15 bares notables con mesas en la vereda

Son parte del patrimonio cultural de la Ciudad, volvieron a funcionar con la instalación de decks y mesas en las veredas.


A la reapertura de los bares, cafés, y restaurantes, ahora se suman 15 Bares Notables de la Ciudad en los distintos barrios. Estos clásicos culturales, cuentan con más de 55 espacios linderos exclusivos para atender clientes de forma segura en el espacio público. Los denominados “decks”, son intervenciones realizadas en el carril de estacionamiento de la calle delimitando la zona apta para la colocación de mesas y sillas con el objetivo de respetar el distanciamiento social exigido por los protocolos.
 
Por antigüedad, o por relevancia histórica, o su singular arquitectura son considerados “notables” y forman parte oficial del patrimonio cultural de la Ciudad. Estuvieron casi cinco meses sin poder recibir a los vecinos, y ahora volvieron ofrecer cafés, cervezas, o tapeo en sus nuevas veredas.
 
Estamos trabajando para que, pese a la pandemia, estos espacios estén cada vez más cerca de los vecinos. Pensamos y trabajamos para tener una ciudad que sea una plataforma y en la cual el espacio público sea protagonista. Queremos que la gente pueda encontrarse con oportunidades de participación cultural en diversos lugares de la ciudad", destacó el ministro de Cultura porteño Enrique Avogadro.
 
Esta acción desarrollada en conjunto con el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño favorecerá a estos espacios de forma directa. "Los Bares Notables constituyen nuestro patrimonio cultural ya que han permanecido en el tiempo durante años y forman parte de la identidad porteña. Es por eso que decidimos incluirlos en esta apertura progresiva del espacio público para que puedan funcionar con mesas al aire libre", afirmó Clara Muzzio, ministra de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad.
 
Estos son los Bares Notables que estarán abiertos:
 
-Bar El Sur, ubicado en Estados Unidos 299, San Telmo: especialidad en tapas, pizzas, empanadas, cazuelas de pollo y de lomo, tartas de verdura. En 1967 abrió sus puertas, en la esquina de Estados Unidos y Balcarce (ubicado en el Casco Histórico e integrante del Circuito Turístico Oficial de San Telmo). Es un lugar para escuchar tango.
 
-Bar El Federal, ubicado en Carlos Calvo 595, San Telmo: hoy funciona el café-bar, anteriormente lo hizo como almacén con despacho de bebidas, clásica tipología comercial porteña de fines del siglo XIX y principios del XX.
Los dos salones que conforman El Federal, con un mobiliario tradicional, poseen una interesante exposición porteña, que incluye viejas publicidades, fotografías de los años 20 y 30. En sus paredes obras de arte relacionadas con personajes de la música ciudadana (como el incomparable Roberto Goyeneche, Edmundo Rivero, Homero Manzi, Osvaldo Pugliese y Héctor “Chupita” Stamponi.
 
-Miramar, ubicado en Sarandí 1190, San Cristóbal: fundado en 1950 por la familia Ramos, proveniente de Galicia que contagiaron de sabor y tradición el lugar. Ofrecen tortilla española, osobuco con polenta, milanesa a la fugazzeta, suprema Gran Golf, sorrentinos de jabalí, pollo al spiedo con fritas, costillitas de cerdo.
 
-Bar De Cao, ubicado en Av. Independencia 2400, Balvanera. Inaugurado por los hermanos Cao, desde entonces con la exitosa dupla de almacén y despacho de bebidas. Después de su retiro, el bar logró reabrir sus puertas en el año 2005, en un barrio como San Cristóbal.
 
-La Buena Medida, ubicado en Suárez 101, La Boca. Frente a la plaza Solís, donde fue fundado el Club Atlético Boca Juniors en 1905. Mantiene intacto el espíritu del barrio y, con el paso del tiempo, se ha constituido en uno de los refugios genuinos de La Boca.
 
-El Buzón, ubicado en Esquiú 1393, Nueva Pompeya: Comparte la esquina con un antiguo buzón rojo, que le da el nombre. Su fachada simple con detalles verdes y cortina metálica como si fuera un comercio cambió a lo largo de los años.
 
-El Estaño 1880, ubicado en Aristóbulo del Valle 1100, La Boca: concurrido por trabajadores portuarios y obreros provenientes de Casa Amarilla. Se cuenta que, al poco tiempo de inaugurado, el ex presidente Domingo Faustino Sarmiento pasó varias veces por el local, porque muy cerca de allí solía visitar a una de sus últimas novias.
En su salón se filmaron escenas de algunas películas, entre ellas: “Evita”. Los pintores Benito Quinquela Martín y Eduardo Alonso Casellas; el escritor Rubén Rodríguez Ponziolo y el poeta Héctor Miguel Ángeli, autor de “Voces del primer reloj”, se destacan entre los vecinos que lo frecuentaron.
 
-Esquina Homero Manzi, ubicado en Av. San Juan 3601, Boedo. Aquí fue donde el gran Homero Manzi, en una de sus mesas escribió el tango Sur en 1948, al que luego puso música Aníbal Troilo.
En la ochava y sobre el acceso, la inconfundible cara de Homero, dibujada por Hermenegildo Sábat, preside la esquina. La fachada continúa como antes, condecorada con numerosos blasones: un fileteado de Luisito Zorz, en homenaje a Manzi, de la Asociación Gardeliana Argentina o la del Senado, declarando a la esquina Sitio Histórico Nacional.
 
-Café Margot, ubicado en Av. Boedo 857, Boedo: El imponente edificio genovés resalta por su belleza arquitectónica. En su interior se distingue por su hospitalidad y gastronomía, en la que destacan los clásicos sandwiches de pavita en escabeche, los de lomito, y las excelentes medialunas y pastas caseras.
Según cuentan, por los años 50, el entonces presidente Juan Domingo Perón, que circulaba junto a su comitiva por la Avenida Independencia, al llegar a Boedo hizo doblar a los vehículos para comerse un sándwich de pavita.
 
-El Viejo Buzón, ubicado en Neuquén 1100, Caballito: A pocas cuadras de la cancha de Ferro Carril Oeste, bautizado por sus propios dueños como un pedazo de “tablón” en Caballito, donde hinchas verdolagas, jugadores y ex-jugadores ocupan las mesas de este café como si fuera una extensión del Club. En 1993, la Legislatura porteña lo declaró “Esquina Histórica de la Ciudad de Buenos Aires” y a partir de entonces el lugar tomó relevancia ya no sólo para el barrio. No todo es fútbol en este bar notable, declarado como tal en 2014 debido a su aporte cultural.
 
-Stylo Café, ubicado en Fernández de Enciso 3934, Villa Devoto. Fundado en 1976, es uno de los pocos bares notables que no está sobre la calle. Es gran punto de encuentro del barrio. Ideal para tomar cerveza y acompañarlo con tapas.
 
-Café de García, ubicado en Sanabria 3302, Villa Devoto: tiene una colección incomparable de reliquias, máquinas de coser, espejos, registradoras, botellas de gaseosas viejas y hasta un frasquito de gomina Brancato lo que le otorga un ambiente agradable. Más allá de las piezas, otro atractivo de este bar es su célebre picada, como bien dice en su cartel.
 
-Café El Tokio, ubicado en Av. Alvárez Jonte 3550, Villa Santa Rita. En 1930, se inauguraba el Café Jonte en la esquina de Álvarez Jonte con el “pasaje” Tokio. A partir de entonces allí paró no sólo “la barra de la esquina”, sino la de todo el barrio.
Las paredes del local presentan una iconografía tan variada como interesante: una copia al óleo, de gran tamaño, del cuadro “Los borrachos de Velázquez”; seis coloridas chaquetillas de jockeys; una foto de Pappo; la tapa de un menú de Maxims ilustrada por Sem; una foto de Alberto Olmedo como el Capitán Piluso
 
-Bar Cooperativa Alé Alé, ubicado en Cabrera 4270, Palermo. Su especialidad es la parrilla y las pastas. Nació luego de un proceso de vaciamiento que los titulares de la firma Alé Alé SRL llevaron a cabo durante los últimos dos años, 2011 y 2012. Desde 2014 funciona como un bar siendo un ícono de la zona por su modelo de economía solidaria.
 
-Café Palacio, ubicado en Av. Federico Lacroze 3902, Chacarita: En octubre de 2005 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires lo declaró Sitio de Interés Cultural por su valioso aporte a favor de la preservación del patrimonio.
Alejandro Simik fundó en el año 2001 el Museo Fotográfico Simik en el conocido Café Palacio, local ubicado en la esquina de Federico Lacroze y Fraga, barrio de Chacarita. Rápidamente se transformó en un lugar de encuentro para los coleccionistas y amantes de las cámaras. La idea de instalar el museo dentro del café fue con la intención de que cualquier persona pudiera descubrir y conocer en forma didáctica y atractiva la evolución de la fotografía.


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