EMERGENCIA SANITARIA

Del sándwich a la caja quincenal: nuevo régimen de reparto de alimentos en escuelas porteñas

Tras las quejas por la mala calidad de las viandas durante la cuarentena, que se tradujeron incluso en una denuncia ante la Justicia, comenzará el reparto quincenal de una caja de alimentos en las escuelas públicas de la Ciudad.



Sólo sándwiches. Hasta para bebés de un año. En eso consiste el menú dado por el Gobierno de la Ciudad en las viandas de escuelas públicas porteñas durante la cuarentena de coronavirus. Ante las quejas, que se tradujeron incluso en una denuncia ante la Justicia, comenzará el reparto quincenal de una caja de alimentos.

Es “lo mejor que se pudo hacer, sin llegar a ser lo ideal” ante la emergencia, justificaron desde el Ministerio de Educación porteño la calidad de la comida repartida desde que se interrumpieron las clases por la pandemia. La vianda se completa con un pan con una feta de queso en el medio y otro con una feta de fiambre tipo salchichón, o un solo pan con dos fetas. Una naranja o manzana pequeña. Una barrita de cereal y un paquete de cuatro galletitas. las quejas no tardaron en multiplicarse por parte de familias, docentes y cooperadoras.

Además, tal como consignó Página 12, hubo reclamos por la modalidad de distribución, ya que ante la cuarentena hubo que centralizar las entregas de varias escuelas en una, por zonas o por concesionarias, algo que alejó a muchas familias de su punto de entrega. Por caso, a las familias del jardín del barrio Ramón Carrillo de Soldati se les pedía que fueran hasta Cobo y Curapaligüe a buscar su comida.

Para estas dos primeras semanas de emergencia, se armó un cronograma que nuclea en 333 edificios escolares la comida que se entrega normalmente en 1145. “No se entendió nunca con qué lógica se agrupó la entrega. Los supervisores presentamos propuestas el viernes, y en el cronograma que se publicó el martes aparecieron otras, sin previo aviso. Y por eso después las familias no sabían adónde era la entrega, o iban a una escuela anunciada y no estaban las viandas. Los docentes tampoco tenían la información. Reconstruyendo lo que hicieron, el criterio fue por empresa concesionaria. Siguieron la lógica comercial, antes que la humana”, dijo –en diálogo con Página 12- Fabián Álvarez, supervisor del distrito octavo, que abarca parte de los barrios de Parque Chacabuco, Caballito y Boedo, en el límite con la 1-11-14.

“La situación fue muy triste y angustiante para todos y todas, a los docentes les llegaban Whastapps de las familias con preguntas que no sabían responder, en los asentamientos las mamás contaban que las paraba Gendarmería preguntando por qué salían del barrio. En las escuelas sabemos muy bien que si una familia se moviliza para buscar una vianda, es porque realmente lo necesita. Esto tiene que ver con la dignidad de las personas. Y en un momento tan crítico, el Estado tiene que estar a la altura de las circunstancias. Eso no está sucediendo en la ciudad de Buenos Aires. Necesitamos menos marketing y más acciones concretas”, reclamó, sumando la advertencia de la falta de elementos de higiene y seguridad para el personal que está yendo a las escuelas.

Ante la consulta de Página 12, Sebastián Tomaghelli, subsecretario de Administración de Recursos del Ministerio de Educación porteño, respondió: “No es lo que queríamos, esta situación provisoria no era la ideal, era la que podíamos hacer ante la emergencia. Y argumentó que “teníamos en nuestra mente la migración hacia una 'canasta escolar nutritiva' quincenal, que es lo que vamos a implementar a partir del 1° de abril”.

Así, entre el miércoles y jueves próximo, se implementará la entrega quincenal que, según Tomaghelli, consistirá en “Desayuno: Dos litros de leche larga vida, 5 unidades de té, 5 de mate cocido, 10 unidades de sólido (paquete de magdalena o de 4 galletitas o barrita de cereal). Refrigerio: un sándwich, dos litros de leche larga vida, 5 unidades de té, 5 de mate cocido, 10 de sólido y 5 de fruta. Almuerzo: 500 gr. de fideos, 500 de lentejas, 1 kilo de arroz, una lata de arvejas, 900 cm3 de aceite, 520 gr. de puré de tomate, 500 de zanahoria, 500 de cebolla, 1 kilo de zapallo, 5 unidades de fruta, 1 lata de conserva de pescado, atún, caballa o jurel según disponibilidad, 1 caja de flan o gelatina, 1 kilo de azúcar, 40 gramos de queso rallado”.

El funcionario señaló que "el almuerzo se basa en un esquema de recetas que armó el equipo de nutricionistas, que se fue descomponiendo en materia prima". Y agregó: "Queremos aprovechar el momento para que el alumno pueda cocinar con sus padres que esto sea una actividad educativa, que sigamos fomentando la incorporación de frutas, verduras y legumbres. En la caja irá también material educativo, sobre todo para aquellas familias que no tienen posibilidad de la plataforma on line, juegos, trivias”. Con este esquema proponen distintos menús de lunes a viernes, similares a los que se organizan en los comedores de las escuelas. Las cantidades están pensadas para cumplir con este menú, pero aclarando que se entrega una cantidad pensada por niño o niña, no por familia.

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