EDUCACIÓN

Por falta de fondos, el bachillerato trans Mocha Celis no comenzó las clases

Desde el espacio aseguraron que hablaron con el Gobierno porteño pero negaron la ayuda económica. “Nos dicen que como somos un espacio de autogestión ellos no deben darnos apoyo económico”, indicaron. El establecimiento es el único del país pensado por y para trans.

El Bachillerato Popular Mocha Celis es el primer espacio educativo pensado por y para personas trans. “Mocha Celis es el único espacio educativo de este estilo y el primero en el mundo (Paraguay está abriendo otra escuela con este modelo), hemos sido referencia y este año se cumplen nueve años de nuestro trabajo con mucha experiencia en la temática trans, LGBT+, población migrante, madres solteras y más”, relata Francisco Quiñones, director del bachillerato.

El ciclo lectivo del espacio debería haber comenzado el 17 de febrero pero no tienen dinero para cubrir los gastos de las instalaciones en la Mutual Sarmiento. En diálogo con Agencia Presentes, el directos del establecimiento explicó: “Los gastos en el edificio de la Mutual Sentimiento se han elevado mucho. Si bien siempre nos han esperado porque después hacíamos eventos como el MochaFest para pagar, ya no pueden prorratear esos gastos ya que somos más de 120 personas todos los días utilizando los servicios”.

La escuela secundaria es pública y gratuita cuenta con un plan de estudios de 3 años con el título oficial de "Bachiller Perito Auxiliar en Desarrollo de las Comunidades"; ofrece además la articulación para obtener la terminalidad de los estudios primarios. Viviana González, presidenta saliente del centro de estudiantes, destacó: “Mí experiencia con la Mocha Celis fue completamente empoderadora, me ayudó a verme y reconocerme. Aprendí a aceptar el presente pero a buscar el cambio, a tomar mi nombre y hacer de él mi mayor orgullo y con mi identidad un estandarte, una bandera”, dijo.

Sin embargo, al Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta poco le importa el cierre de este establecimiento. Quiñones indicó: “Hemos hablado con distintos ministerios. Reclamamos al Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al área de adulto y adolescentes, coordinado por Jaquelina Cichero, que corresponde que sostengan este espacio. Nos dicen que como somos un espacio de autogestión ellos no deben darnos apoyo económico. Mocha Celis es el único espacio educativo de este estilo y el primero en el mundo (Paraguay está abriendo otra escuela con este modelo), hemos sido referencia y este año se cumplen nueve años de nuestro trabajo con mucha experiencia en la temática trans, LGBT+, población migrante, madres solteras y más”.

Por su parte, Quimey Ramos, activista trans y docente del bachillerato, criticó: “Me produce grave preocupación. Es paradójico que mientras ocurre un gesto del gobierno nacional -inédito a nivel internacional- como la entrega en mano del DNI 9000 y el abrazo a una persona trans, peligre uno de los pocos espacios que ha funcionado como garante del acceso al estudio para una población que no tiene acceso al mismo. Esperamos que llegue pronto una ayuda del Estado para que el Mocha siga existiendo con un presupuesto fijo y aún más, un espacio físico propio”.

Sobre los recursos, Quiñones explicó: “A diferencia de otros bachilleratos que se dictan por la noche, quienes son parte también trabajan en otras cosas y juntan el dinero para sueldos docentes y costos. Esa modalidad a nosotros no nos sirve porque también promovemos el empleo trans entonces no podemos sacar el dinero de las compañeras ni a los trabajadores y trabajadoras de la educación. Nosotres no tenemos otro empleo porque funcionamos por la tarde pensando en la población travesti y trans que tiene como ingreso la prostitución todavía, en muchos casos algunas se consideran trabajadoras sexuales y otras en situación de prostitución y no tienen otro empleo, entonces el horario que se piensa es este”.

El gobierno de la Ciudad sólo cubre 75 horas docentes. “Es injusto no solo para nosotres sino también para les estudiantes que no pueden empezar sus clases o tendrían que mudarse sobre el inicio de clases a un lugar incierto porque no tenemos donde ir”, concluyó Quiñones.

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