LUCHAS TRANSFEMINISTAS

Por quinta vez, el masivo grito de Ni Una Menos copó las calles de la Ciudad (y el país)

Para exigir basta de femicidios pero también para seguir luchando por el aborto legal y contra las violencias económicas. El documento apuntó además a “visibilizar a las mujeres indígenas, originarias, afroargentinas y negras en pos de empezar a saldar la deuda histórica con ellas y todas las identidades vulneradas por el capitalismo patriarcal y el modelo económico de Macri”.



“Estamos acá para decir basta de violencia económica, sexista, racista y clasista contra las mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, no binaries, gordes e intersex; de la clase trabajadora; ocupades, desocupades, precarizades, piqueteres y de la economía popular”, se leyó en el acto de la masiva movilización por Ni Una Menos, que por quinto año consecutivo copó las calles porteñas con una marcha de Congreso a Plaza de Mayo, en un reclamo que se replicaba en distintos puntos del país.

El documento, en lenguaje inclusivo, fue un grito también por la legalización del aborto y para “visibilizar especialmente a las mujeres indígenas, originarias, afroargentinas y negras en pos de empezar a saldar la deuda histórica con ellas y todas las identidades vulneradas por el capitalismo patriarcal y el modelo económico de Mauricio Macri y la Alianza Cambiemos”.

“Es la quinta vez que salimos a la calle pidiendo Ni Una Menos”, le dijo al periódico cooperativo Tiempo Argentino la escritora y periodista Marina Mariasch, integrante de Ni Una Menos y Latfem. “No queremos que nos maten, como lo venimos pidiendo desde el 3 de junio de 2015, ni que las violencias económicas recaigan sobre nuestros cuerpos, ni que la falta de empleo que está cundiendo actualmente en el país nos afecte, como lo está haciendo, principalmente a mujeres, lesbianas, travestis y trans”.

La iniciativa “marca una forma de hacer política, tomando las reivindicaciones” que surgen de “todos los grupos y organizaciones sociales”, destacó ante ese medio Marta Rosenberg, representante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. “Estamos construyendo un movimiento comunitario que no tenemos que dejar caer y debemos profundizar”, planteó.

Desde la cabecera de la marcha, la legisladora porteña Myriam Bregman (PTS) le dijo a Página 12 que “hay que seguir acompañando a las pibas que salieron el 28 (de mayo) a pedir que se apruebe el proyecto de ley de aborto legal, porque ya no podemos seguir esperando”. Agregó que “así como nunca se pudo unir esclavistas con esclavizadores, opresores y oprimidos, no puede haber ninguna comunidad entre pañuelos celestes y verdes”. Llamó a “seguir en la calle, peleando juntas, para que de una vez por todas dejemos de tener una bota sobre nuestras cabezas y hay que decirle basta porque las que mueren siempre son las más pobres; por eso que no nos digan, en nombre de la pobreza, que tenemos que esperar”.

En el documento se pidió la libertad de todas las presas políticas: Patricia Cabana, Mirtha Guerrero, Mirta Aizama, Gladis Díaz, María Condorí, Mariana Condori, Milagro Sala y la absolución de Highi de Jesús.

En el marco de una movilización masiva y llena de glitter verde, hubo intervenciones e interpelaciones fuertes como cada año. Esta vez, se representaron los 1193 femicidios que hubo desde la primera marcha de Ni Una Menos, que implicaron 1182 niñxs huérfanxs, con pares de zapatos de todas las víctimas que faltan. Cada par representa a una mujer asesinada, en un contexto donde las marchas crecen pero las cifras de femicidios no bajan.


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