VIOLENCIA DE GÉNERO

Sordas sin violencia, el primer programa del país que asiste a personas sordas que sufren violencia de género

La iniciativa promueve la asistencia, contención y acceso a la información para mujeres y disidencias sordas e hipoacúsicas víctimas de violencia de género.

Las campañas contra la violencia de género recurren a métodos como el llamado a la línea 144, que dejan por fuera a quienes son sordas o hipoacúsicas y no hablan el idioma español, el idioma de los oyentes. Por ello, las agrupaciones “Enlaces territoriales para la equidad de género”, que brinda atención a mujeres oyentes en situación de violencia de género, y “Fundasor”, que trabaja con familiares de personas sordas para su integración, crearon Sordas Sin Violencia.

Desde hace 3 años brindan asistencia, acompañamiento y acceso a la información para mujeres sordas e hipoacúsicas víctimas de violencias machistas. Ester Mancera , una de las fundadoras habló con el portal Minuto Uno y explicó que “del problema de la violencia hacia mujeres sordas es un tema del que no se habla. Hay poca conciencia de las necesidades que pueden tener quienes atraviesan esas circunstancias”.

Además, agregó: “Las mujeres sordas además de sufrir violencias en su relación de pareja sufren la violencia institucional. No pueden hacer libremente una denuncia por violencia de género y muchas veces no pueden ni atenderse en un hospital, ni recibir información por las barreras de comunicación que existen”.

Sobre el acceso a las políticas públicas que ofrece el estado, Mariana Reuter, mediadora sorda en el programa, contó que “los profesionales de diferentes servicios no cuentan con una formación especializada en violencia de género para mujeres sordas. No hay intérpretes de lengua de señas o mediadores sordos. No hay acceso a la información ni a la justicia. A la hora de hacer la denuncia otra barrera es que el formulario es en español. Las mujeres sordas a veces no saben escribir y leer al 100% porque la lengua de señas no tiene escritura”.

El programa funciona a través de una videollamada donde las mujeres pueden comunicarse con una mediadora sorda, que las contiene, les da información y orienta para hacer una denuncia, en caso de que quieran acceder a la justicia. “Buscamos que las mujeres que son sordas sepan a dónde dirigirse para hacer las denuncias. Nuestro trabajo es desde el momento que la mujer detecta que está en una situación de violencia hasta que puede alcanzar su propia autonomía”, explicó Reuter.

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