VIOLENCIA POLICIAL

Un conflicto que no es nuevo: meses de persecución a los artesanos de San Telmo

Los feriantes denuncian que el Gobierno de la Ciudad los desaloja para favorecer negociados inmobiliarios y en connivencia con “los sectores más privilegiados de la zona, representados por los anticuarios”.



La represión contra artesanos y artesanas causó indignación, pero no sorpresa. No sólo porque los episodios represivos se vienen repitiendo cada vez más seguido en territorio porteño. Sino también porque la intención del Gobierno de la Ciudad de desalojar a toda costa a los feriantes de la calle Defensa se manifiesta en una puja que lleva meses.

Desde principios de año, artesanas y artesanos de la histórica feria de San Telmo vienen denunciando que están siendo “avasalladxs como consecuencia de la presión que ejercen los sectores más privilegiados de la zona, representados por los anticuarios”.

En ese contexto, la zona permanece llena de policías desde hace semanas. “Esta es la décima semana que no podemos trabajar”, dijo a Página 12 Asunción Prado, artesana ceramista e integrante de Artesanxs Unidxs de la calle Defensa.

Uno de los antecedentes a la represión de ayer fue el domingo 3 de febrero, cuando la Policía de la Ciudad impidió con gas pimienta que los artesanos pudieran trabajar sobre la calle Defensa.

A fines del año pasado el gobierno decidió “ordenar” el sector y “reubicar” los puestos en la calle Defensa al 700, donde ya trabajaban otros feriantes. En rechazo, feriantes protestan con bombos y redoblantes todos los domingos. Denuncian que el gobierno porteño quiere impulsar un proyecto inmobiliario en Defensa al 1000.

Artesanxs Unidos presentó un recurso de amparo colectivo, aunque no todos los feriantes tienen igual postura.

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