TRADICIÓN

Reabriría Harrods luego de 20 años

Hay un proyecto para reabrir la histórica tienda. Conservará los espacios tradicionales y sumarán terrazas de acceso público.


La gran tienda Harrods, ubicada en Florida al 800, luego de dos décadas cerrada, volverá a abrir con su tradicional tienda por departamentos, tal como lucía hace más de un siglo, pero adaptada a estos tiempos. Además, sumará locales gastronómicos, boutiques, viviendas y oficinas con terrazas verdes de acceso libre. Y la barbería del subsuelo, una de las zonas mejor conservadas, será reabierta.
 
El proyecto, que ya fue presentado al Gobierno porteño, demandará tres años y una inversión de 60 millones de dólares. Mientras tanto, ya está en marcha la venta del edificio que aún conserva sus espacios amplios, su calesita en el segundo piso, sus incontables lamparitas, máquinas de escribir, mesas y sillas, y materiales hechos para durar: hierro, roble, mármol y bronce.
 
Harrods abrió en 1914 en la manzana de Florida, Paraguay, San Martín y Córdoba. Era la única sucursal fuera de Inglaterra de la firma nacida en Londres, en 1849. Luego de décadas de esplendor y otras de decadencia, terminó cerrando sus puertas en 1998. Hubo varios proyectos para revivirla, pero quedaron en la nada.
 
Pero hoy dentro del edificio vuelve a haber movimiento. A las tareas de limpieza se les sumaron trabajos de reparación de filtraciones de agua y tareas de mantenimiento de "algunos elementos de gran valor arquitectónico", cuenta a Clarín el restaurador, Ángel Piccolo. El inmueble de más de un siglo, tiene siete pisos y subsuelo, y más de 48.000 metros cuadrados. Se conservan bien las escaleras de mármol, los pisos de roble de Eslavonia y los ascensores de hierro forjado.
 
La venta del edificio se negocia a un fondo estadounidense a través del grupo de banca de inversión Goldman Sachs. La operación se concretaría antes de fin de mes. Mientras tanto, ya fue presentado al Gobierno porteño el proyecto de recuperación del lugar. Un plan que va en línea con la mixtura de usos promovida por el nuevo Código Urbanístico y lleva la firma del arquitecto Rodolfo Miani, del estudio Bodas-Miani-Anger, y también el sello de su colega británico Norman Foster.
 
Así es como en un mismo predio convivirán una tienda por departamentos -en la mitad de la planta baja, del primer piso y del segundo-, boutiques y un mercado gastronómico donde podrán comprarse ingredientes o bien quedarse a comer, al estilo de la cadena italiana Eataly o de los instalados en la galería francesa Lafayette y otros grandes almacenes europeos.
 
En los pisos superiores se creará una zona de coliving -sistema de viviendas con gran cantidad de áreas compartidas-, oficinas para empresas y espacios de coworking. Esas oficinas contarán con terrazas verdes escalonadas, que serán de acceso público.
 
La barbería del subsuelo y el denominado "salón de belleza" para mujeres del segundo piso, que tiene una gran calesita en un sector anexo, son dos de las áreas de mayor valor patrimonial, fueron preservadas por completo y, cuando reabra Harrods, volverán a tener su uso original.
 
Las fachadas fueron restauradas en 2015, cuando se limpiaron los muros exteriores, la cúpula y el basamento; se barnizaron las aberturas de madera, se esmaltó la carpintería y se renovó la puerta de entrada.
 
Los proyectos para reabrir el edificio comenzaron al poco tiempo del cierre de Harrods. En 2003 se planeó instalar locales de 80 marcas de ropa, una cafetería y una librería. En 2011, el Financial Times anunció la reapertura si se lograba que un fondo de inversión británico desembolsara US$ 280 millones para comprar el inmueble y la marca local. Un año después, la idea fue instalar un shopping dirigido particularmente al colectivo LGBTIQ. Todo eso quedó en la nada.
 


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