PSTRIMONIO

¿Cuáles son las cinco casas más antiguas de la Ciudad?

Tienen más de dos siglos y conservan desde fachadas hasta pisos originales, en buen estado y no tanto.


La Casa del virrey Liniers, ubicada en Venezuela 469, en Monserrat, es de fines del siglo XVIII y una de las más antiguas en pie en la Ciudad. Su fachada es de muros gruesos blanqueada con cal, sus rejas sencillas y su puerta ancha de madera son un pasaje directo a la época colonial, explican a Clarín desde la Gerencia de Casco Histórico porteña.
 
La casa de los Ezeiza, de Defensa al 1100, realizada en 1880 para esa familia, con estilo italiano, organizada sobre la base de tres patios, esta casona fue inquilinato en la década de 1930 y desde 1981 es una galería comercial, donde ofrecen antigüedades y artesanías. Conserva columnas de hierro, baldosas origianles, pisos de pinotea y un aljibe de mármol.

La Farmacia de la Estrella, inaugurada en 1834 y erigida como se la ve hoy con mosaicos venecianos y frescos en el techo. El pintor Carlos Barberis (1793-1859) creó el fresco del techo: figuras femeninas que representan a la "farmacopea" y la salud, con un libro y la llave de la vida entre las manos, triunfantes sobre la enfermedad, rendida a sus pies.
 
La vivienda de Defensa y Alsina, que ocupa una de las pocas esquinas sin ochava que quedan todavía, fue construida alrededor de 1812. Es una de las primeras de “alto” del periodo post-colonial y “una de las pocas que certifican que éste era el lugar elegido por la elite local para vivir, preferencia que se extendió hasta 1885”, indican desde Casco Histórico. Está en el corazón de la zona porteña más codiciada hasta la epidemia de fiebre amarilla de 1871, que mató al 8 % de los porteños (unos 14 mil) e hizo que los que podían, se mudaran hacia el norte.
 
La Casa de José Hernández, de México 524, donde Felicitas Guerrero vivió y luego de su asesinato, el padre abrió su colección de libros para consultas y así se empezó a esbozar la biblioteca nacional. En cambio, Hernández, el autor del Martín Fierro, le prestó el nombre al lugar, pero nunca lo habitó. Se sabe que lo visitaba y se piensa que lo compró para alquilarlo.
 
La Casa de José Hernández es ahora sede de la Sociedad Argentina de Escritores, también funciona el restaurante El Histórico. El patio tiene un aljibe, uno de los pocos que existen en la Ciudad.


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