CIUDAD

Ecoparque: cuando el afán privatizador mata animales

Los negociados inmobiliarios porteños también tienen sede en el exzoo. Este jueves, el oficialismo se prepara para la aprobación definitiva de una normativa que autoriza al Poder Ejecutivo a concesionar el uso y explotación de 21 edificios en el predio de Palermo hasta 20 años. Se trata de inmuebles históricos como el templo Hindú de los elefantes, la leonera, la confitería El Águila y el Museo de Arte Infantil, entre otros.


  El exzoológico de la Ciudad, que ocupa una superficie total de casi 17 hectáreas y está delimitado  por las avenidas Las Heras, Santa Fe, Sarmiento, Del Libertador y República de la India, cerró sus puertas en 2016. A partir de esa fecha se crearía la Ley N° 5.752, que dispone “la transformación progresiva del Jardín Zoológico”. No obstante, el proyecto original –presentado por el ex legislador Andrés Freire– fue  reformulado por los altos costos de mantenimiento y la mudanza de los animales. Ahora, el Gobierno porteño busca concesionar el equivalente a casi 4 manzanas o 33.050 m2 de espacios que quedarán ociosos más algunos nuevos. El proyecto causó el repudio de organizaciones ambientales y especialistas en cuidado animal.

 Qué dice el proyecto de ley que se votará este jueves 

La iniciativa autoriza al Poder Ejecutivo a concesionar el uso y explotación de 21 edificios y otros espacios en el predio del Jardín Zoológico por un plazo de hasta 20 años. Se trata de inmuebles históricos como el templo Hindú de los elefantes, la Casita Bagley, donde se solían comprar las galletitas para los animales, la leonera, el chalet de  los ciervos, el de los rinocerontes, la confitería El Águila y el Museo de Arte Infantil, entre otros.

Según el texto, las actividades que se realicen en el marco de las concesiones deberán tener por objeto “propuestas educativas, recreativas y de concientización en materia de conservación y preservación del ambiente”, así como también “servicios y propuestas complementarias que mejoren la experiencia del visitante y, en general, todas aquellas que permitan posicionar al predio como paseo familiar”.

 Las principales críticas

Las organizaciones ambientales advierten que las obras para las concesiones comenzaron antes de que esté aprobada la ley y estarían teniendo un impacto negativo sobre los animales que aún habitan ahí. En este marco, desde 2016 a la fecha murieron 195, según datos oficiales. Entre ellos, una jirafa y una rinoceronta que se encontraban en perfecto estado de salud. Así, los especialistas denuncian que las concesiones del predio de Palermo no están priorizando el derecho de los animales y que sus traslados a otros zoológicos o santuarios se realizan de forma precipitada y con poca planificación.

Otro de los puntos poco claros de la ley es el objetivo que se le dará a los edificios y qué manos privadas serán beneficiadas. Aunque hasta el momento no hay precisiones, muchos hablan de planes de apertura de un posible patio gastronómico, y hasta de la construcción de estacionamientos subterráneos. Los sectores privados serían pagos y habrá una sola área de acceso gratuito, que sería la del lago Darwin.

Además, el predio se encuentra integrado por diversos edificios, obras de arte y conjunto de árboles notables, cuyo conjunto edilicio paisajístico —declarado Monumento Histórico Nacional—  constituyendo un paseo único en su tipo, según declara el proyecto de ley. No obstante, al concesionar los edificios y las zonas que lo circundan por separado, cada concesionario podría disponer de los espacios según sus intereses. 

 Qué dicen los especialistas  

Carlos Balboa, Coordinador de Educación Ambiental de la Fundación Vida Silvestre asegura que el sistema de concesión “no funciona salvo que sea con organizaciones que estén vinculadas con el manejo de la conservación” animal. “Tener un control sobre 21 concesionarios individuales es un trabajo complejísimode gestión y de control. No lo han hecho sobre una sola concesión ¿por qué lo harían sobre 21? Y eso que es el mismo Gobierno y del mismo color político el que no supo controlar la concesión anterior, que fue una sola”, detalla. 

Mónica Capano, ex secretaria de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural porteño, advierte sobre el destino de los diferentes edificios y vegetación del lugar. “Estamos en contra de que se concesiones porque convierte en 21 pedazos algo que era una totalidad. Hay una agravante. A modo de ejemplo, la casita Bagley tiene 49 metros cuadrados, pero se concesiona como de 400 metros cuadrados. La diferencia es que, seguramente, se concesione también el espacio que está alrededor. Esto multiplicado por 21 quiere decir que, además de enajenar los edificios, estarían enajenado el espacio que los rodea”, detalla.

El defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad, Gabriel Fuks, insistió en la obligatoriedad de la evaluación previa del impacto ambiental: “Las remodelaciones edilicias comenzaron hace rato y avanzan, sin un estudio previo. “El debate tiene que girar en torno a varios puntos en cuestión”, sostuvo, y agregó: “El proceso de concesión; el banco genético; la mortandad de los animales, que se vienen sucediendo. En los últimos días se puso en foco tras la muerte de dos de ellos que se encuentran en cautiverio”.

Según Francisco Sarria, asesor y estudiante de veterinaria de la UBA, “ningún actor del Ecoparque dentro del proyecto construyó algún vínculo o asesoramiento con alguna institución o universidad que venga trabajando con el bienestar animal”. Para el joven, “es imposible determinar si el proyecto que están llevando es un proceso consiente y responsable sobre el bienestar animal. No hay ningún artículo en pos de construir una comisión de bienestar animal con un equipo científico y con las instituciones. No podemos descansar en las buena intenciones que plantea el equipo del Ecoparque”    

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