11 DE SEPTIEMBRE

Las nueve docentes que le hicieron la primera huelga a Sarmiento y fueron despedidas

Una directora y ocho maestras fueron las protagonistas de la primera huelga docente de país hace 137 años atrás. La respuesta del padre del aula fue el despido.

Por Leila Lobos

“Honra sin par para andar entre los grandes, padre del aula Sarmiento inmortal”, dice una estrofa del himno a Domingo Faustino Sarmiento. Sin embargo, las nueve maestras puntanas no deberían pensar lo mismo luego de ser despedidas por reclamar mejores salarios bajo el mandato del padre del aula.

Era noviembre de 1881, el presidente del país era Julio Argentino Roca y Sarmiento era superintendente general de Educación. En la provincia de San Luis gobernaba el roquista Zoilo Concha. En un contexto donde los hombres ocupaban los cargos de autoridad y la mayor aspiración profesional de las mujeres era la docencia, nueve mujeres se jugaron su carrera para exigir salarios dignos.

Ellas eran Enriqueta Lucio Lucero, directora del establecimiento, Luisa Saá, Rosario Figueroa, Tomasa Fernández, Josefina Saá, Bernabé Moreno, Urbana Moreno, Gregoria Sarmiento, y Rosario Adaro. El 20 de noviembre de 1881, las maestras envían un reclamo al gobernador de la provincia con copia a Sarmiento en el que informan la realización de una huelga, argumentan los motivos y realizan una descripción del estado de la educación.

En la carta se explica que pasaron “8 meses sin que se nos hayan pagado nuestro haberes devengados” y que de lo cobrado meses y años anteriores una parte es en “vales a Tesorería” que “no valen casi nada en los comercios”. Además, “en las planillas figuran sueldos de un valor mucho más elevado de los que en realidad se nos paga”, denuncian.

Según consigno el Partido Comunista Revolucionario en una nota de 2010, ésta era una práctica común ya en aquellos años y consistía en que el gobierno provincial se quedaba con una parte sustancial de los fondos girados por la Nación para sueldos docentes, destinándolos a “gastos corrientes”. Las docentes finalizan el reclamo informando: “Suspendemos las tareas de la Escuela a nuestro cargo hasta que el Excmo. Gobierno nos haga justicia y nos pague”.

En el detalle de la situación, las docentes dan el ejemplo del sueldo de la directora que aparece con 136 $f mensuales. Cabe destacar que “van incluidos en esta cantidad 35 $f de alquiler de casa, lo mismo resulta con el sueldo de la Profesora del 2º año”. Sin embargo, de la totalidad que debería cobrar la directora, el sueldo sufría descuentos “por comisiones, cambios de moneda, etc., un 10, 12 y un 18%”. De resultas de esto, la directora cobraba efectivamente, cuando lo hacía, “61 $f. 50 cts de sueldo mensual, en lugar de los 136 $f. que figuraban en planilla… igualmente sucede con los demás haberes”.

Para rematar el reclamo, las maestras recordaro que “hace 4 años que el Excmo. Gobierno de la Provincia, nos paga tres meses de cada cuatrimestre, dándonos un vale por el mes restante, el cual lo vendemos por un ínfimo precio”. En una mención especial a Sarmiento, exigen: “Apelando por nuestra parte ante el país entero y la ilustración y sentido justiciero del señor superintendente D. Domingo F. Sarmiento a quien la Nación debe la fundación de su instrucción pública”.

El padre del aula decide publicar la carta en el Monitor de la Educación Común extendiendo la denuncia a las otras provincias y diciendo que de los dos mil quinientos maestros que había en esos momentos “no haya habido uno en mil, en diez años a que les escamotean sus salarios” pagándoles “con papeles sin valor” y “nunca íntegro” su “pobre salario”. Y afirma que “no invocarán en vano” al Superintendente, quien “se siente responsable de haber inducido con su ejemplo, con su palabra, con sus leyes y decretos a tantos millares de hombres y de mugeres (sic) a dedicarse a la enseñanza de la juventud”.

Por último, Sarmiento garantiza: “Los maestros de todas las escuelas recibirán sus salarios! Si es que hay un Superintendente, un Consejo Nacional de Educación, un Ministro de Instrucción Pública, un Presidente, una ley de subvenciones y una partida de 200.000 duros en el presupuesto para contribuir la nación a la mitad, la tercia, o las tres cuartas partes del salario de cada maestro, maestra, ayudante o monitor, de las dos mil y más que están educando ciento veinte mil argentinos” y remata con un “hemos de corregir los abusos, y hacer llegar a quien de derecho pertenecen las sumas del presupuesto de cada Provincia”.

Justas palabras del Padre del Aula, sin embargo, el historiados puntano Juan W. Gez aseguró: “El personal directivo y docente de la Escuela Superior de Niñas, había sido destituido porque reclamaron ocho meses de sueldos”. La nota es del 25 de noviembre, cinco días después de presentada la nota de reclamo.

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