MEMORIA

Se colocó una baldosa en homenaje a Pipo La Bruna

El sábado pasado se colocó una baldosa en la vereda del hospital Lagleyze en homenaje al militante popular desaparecido José “Pipo” La Bruna.


Con un cielo que amenazaba lluvia, el sábado pasado se homenajeó al militante popular desaparecido por el terrorismo de Estado, José “Pipo” La Bruna, con la colocación de una baldosa en la vereda del hospital oftalmológico Pedro Lagleyze, ubicado en Juan B. Justo 4151, en el barrio de Villa General Mitre.
 
La Bruna fue secuestrado de la oficina de Personal del Hospital el 15 de agosto de 1977. El homenaje fue organizado por La Paternal No Olvida, familiares y amigos de Pipo.
 
La Bruna nació el 2 de febrero de 1954. Estaba casado, tenía un hijo de meses y otra hija por venir, era estudiante de medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Trabajaba en el hospital Ramón Carrillo de Ciudadela y en el Instituto de Oftalmología Pedro Lagleyze como empleado administrativo. Al momento de su desaparición tenía 23 años.
 
Del acto participó mucha gente. Alejandro, de La Paternal No Olvida, comenzó relatando cómo se fue armando este homenaje. Lidia, compañera de Pipo en Lagleyze, se acercó a La Paternal No Olvida para contar lo que había sucedido ese día, a partir de ese momento empezaron a buscar a los familiares y encontraron a los hijos Jerónimo y Jimena. La baldosa se construyó el sábado 4 de agosto en la plaza de Pappo, donde muchos vecinos ayudaron en el armado.
 
Lidia se acercaba al Hospital cada 15 de agosto y dejaba algún recordatorio para que los trabajadores, trabajadoras y pacientes sepan lo que pasó ese día, “yo era compañera de trabajo de Pipo y ese 15 de agosto de 1977 estaba con él en la oficina de Personal cuando vino una patota a buscarlo. Desde ese momento siempre sentí la responsabilidad de contar lo que había pasado. Cuando yo venía a dejar algún cartel, me daba cuenta que el Hospital no sabía lo que había pasado, esto me parecía tremendamente injusto, ahora esta la baldosa viene a saldar en parte esa deuda que yo siempre tuve con Pipo”, narró Lidia.
 
Luego Alejandro agradeció especialmente al director del hospital, Dr. Fernando Scattini, que los atendió en varias oportunidades “una persona muy gentil, amable y comprometida que nos abrió las puertas del hospital y nos dijo que hagamos lo que queramos, que él compartía este tipo de iniciativas”. También agradeció a los gremios UPCN, ATE y Sutecba.
 
Lidia contó que “Pipo era muy responsable, me lo hacía de más edad, tenía sólo 23 años, ya estaba casado, tenía a Jerónimo de meses y una nena por venir que no había nacido que era Jimena. Él trabajaba y estudiaba medicina. Se enojaba mucho con todas las injusticias que sucedían en el Hospital, tenía una actitud muy generosa, le importaban los demás. El deseaba una sociedad mejor”.
 
“La baldosa va a resistir el paso del tiempo y les va a contar a todos lo que acá pasó ese día a los trabajadores de hoy, a los futuros trabajadores que se incorporen al Hospital, a los pacientes y a todos los vecinos que pasen por esta vereda. La baldosa va a ser un acto de memoria y de justicia que se va a renovar cada día acá”, opinó Lidia.
 
También hablaron los amigos de Pipo, entre ellos Cambá: “yo lo conocí cuando ambos teníamos 16 años, Pipo no jugaba muy bien al futbol, era muy picaflor. Fue un militante y un hombre de esa época, se entregó y luchó por la libertad. Pipo militó y vivió en Tres de Febrero, en el barrio San Eduardo de Ciudadela. Fue militante de Montoneros, él se reconocía en esa historia, él junto con otros compañeros intentaron cambiar el mundo y por eso lo tuvieron que desaparecer. Pipo va a ser recordado siempre. Éramos familia, por eso siempre estamos buscándonos, los que sobrevivimos, con nuestros hijos, los que son nuestros y los que son de los otros, son todos nuestros hijos, somos todos hermanos. Pipo quedó en la historia para siempre, no lo pudieron borrar, seguramente lo mataron, pero Pipo sigue viviendo en todos nosotros”.
 
Continúo otro de los amigos, Javier Velázquez: “yo lo conocí en 1973, entré a trabajar en el hospital Carrillo de Ciudadela y el primer día que llegué se acercó un chico de mi edad, melenudo, charlatán, muy expresivo. Armamos la JTP (Juventud Trabajadora Peronista), empezamos a trabajar para ganar la lista del sindicato en el Hospital y ganamos la elección con la lista Verde de ATE. Pipo entraba a las 7.15 y nos íbamos del Hospital a las 12 de la noche porque teníamos que hablar con los compañeros de todos los turnos, Pipo no faltaba nunca. Era muy discutidor, cuestionaba todo, era muy luchador y muy querido por todos en el Hospital y en el barrio”.
 
“Pipo merece estar presente, la baldosa nos lo va a recordar siempre, pero es importante que lo veamos como un militante político que se jugó siempre la vida, que ayudó a muchos y que no pasó por esta vida sin dejar señal, dejó a sus hijos, pero además dejó un trabajo político que nos acompaña siempre y que ojalá podamos imitar”, cerró Javier.
 
Estuvo presente en el acto la comunera por Unidad Ciudadana Delfina Velázquez.
 
La Paternal No Olvida se reúne todos los martes a las 19 horas en el bar La Histórica Andaluza: Av. San Martín 2462.


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