NI UNA MENOS

Pisión perpetua para un doble femicida: asesinó a su pareja y a la hija de ella en Lugano

Usando un cuchillo con una hoja de 30 centímetros de largo, Rolando Choque asesinó a su mujer y a la hija de ella, de siete años. Fue condenado a prisión perpetua, en ambos casos por homicidio agravado por violencia de género.



El doble femicidio ocurrió el 7 de julio del año pasado, en un departamento de Villa Lugano. Rolando Javier Choque, de 43 años, mató a cuchillazos a su pareja, Isabel Tapia, y a la hija de ella, Jazmín. A casi un año del doble crimenn y a días de una nueva movilización bajo la consigna “Ni Una Menos”, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°16 condenó a prisión perpetua a Choque, en línea con lo solicitado por el titular de la Fiscalía General N°16 ante los TOC, Fernando Fiszer.

Según informó el Ministerio Público Fiscal, Choque fue condenado por los delitos de “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido contra la persona con la que había mantenido una pareja y perpetrado contra una mujer mediando violencia de género”, por el crimen de su pareja, y por “homicidio agravado por haber sido cometido contra una mujer mediando violencia de género” por el asesinato de la nena de siete años. La fiscalía había considerado que el caso de la niña se trataba de un femicidio vinculado ya que consideró que “el propósito era causar sufrimiento a la persona con la que mantuvo una relación de pareja”.

Los asesinatos ocurrieron alrededor de las seis de la mañana del 7 de julio de 2017, tras una discusión entre el acusado y su ex pareja, en el departamento que compartían en Villa Lugano. Tapia le planteó al imputado que debía irse de la casa. Fue entonces cuando Choque fue a buscar el cuchillo –que tenía una hoja de 30 centímetros de largo- y la atacó, causándole lesiones en el antebrazo.

La víctima salió de la cocina y se dirigió al comedor. En ese momento, se despertó la niña y se acercó hasta su madre. La mujer le dio la espalda a su agresor, para defender a su hija, y Choque aprovechó para darle seis puñaladas por la espalda. Luego, apuñaló a la niña a la altura del esternón. Tras ello, Choque acomodó los cuerpos, los tapó con un acolchado e intentó remover con un trapo la sangre que había quedado en el pasillo y en la puerta de la cocina.

Los cuerpos los encontró horas después un hermano de Isabel -sargento de la Policía Federal Argentina (PFA)-. Como nadie le respondía en el departamento de Lugano, decidió derribar la puerta. Halló los cadáveres de su hermana y su sobrina tirados en un pasillo y cubiertos con el acolchado. Desde una habitación escuchó gritos de auxilio: era Choque que estaba herido, había intentado suicidarse cortándose el cuello.

“La muerte de Isabel es por proteger a su hija. Las dos estaban indefensas. Una, por enfrentarse a un hombre que tenía conocimiento sobre cuchillos y la otra porque tenía siete años y acababa de despertarse”, dijo durante los alegatos el fiscal Fernando Fiszer –según consignó Cosecha Roja- ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOC) 16 de la ciudad de Buenos Aires, compuesto por los jueces Gustavo González Ferrari, Inés Cantisani y Hugo Decaria.

Isabel Tapia era salteña, oriunda de La Ciénaga. Vivió en Villa Los Sauces, en la zona oeste de la ciudad. Más tarde, decidió probar suerte a Buenos Aires, donde con mucho esfuerzo logró comprar el departamento de Villa Lugano. De visita en su Salta natal durante unos carnavales, conoció a Choque. Antes había estado casada con el padre de su hija Jazmín. El de Isabel y Jazmín fue el tercer femicidio doble de 2017 en el país, tras casos en Córdoba y Provincia de Buenos Aires.

COMENTARIOS