¿LAVADO DE DINERO?

Proveedor del GCBA en la Villa 31 es investigado por la UIF tras aumentar su patrimonio 1.700%

Se llama Oscar Remorino y es conocido en el barrio como El Gitano. Es el dueño de la empresa de venta de materiales para la construcción CEMACO y tiene jugosos contratos con la administración de la Ciudad.

 
Oscar Remorino, uno de los principales proveedores del Gobierno de la Ciudad en la Villa 31 y dueño de la empresa de venta de materiales para la construcción CEMACO, es investigado por la Unidad de Información Financiera (UIF), que concluyó que “su patrimonio creció en cuatro años un 1.700%.

Según un informe del diario Clarín, la principal actividad que declara Remorino es la de “venta al por menor de materiales para la construcción”. Además, declara como actividad secundaria el “cultivo de yerba mate”. Sólo registró siete empleados entre 2011 y 2015, el período de mayor crecimiento de su patrimonio.

Entre 2012 y 2016, CEMACO resultó adjudicataria de varias contrataciones y licitaciones públicas por servicios (relleno de calles, poda de árboles, mejoramiento de áreas verdes, entre otras). Percibió del Gobierno de la Ciudad $ 51 millones, según el informe de la UIF al que accedió Clarín.

Consultados para ese medio, en el Gobierno porteño confirmaron que "La empresa CEMACO presta servicios de mantenimiento en el Barrio 31". Entre los contratos que se le otorgaron, se encuentran "arreglos de baches, poda de árboles, arreglos en luminarias, destapes en la red cloacal y pluvial, limpieza de la tierra que se genera por obras y reparaciones, tanto de vecinos como de cooperativas del barrio".

"La forma de auditar que los trabajos se realicen es a través del Registro Único de Reclamos (RUR). Se trata de una herramienta a través de la cual los vecinos del Barrio 31 son atendidos por un operador para realizar su reclamo. Posterior a la llamada, se realiza un seguimiento para constatar que la demanda haya sido resuelta", indicó un comunicado del gobierno de la Ciudad tras la consulta de Clarín.

Sus acreditaciones bancarias entre 2012-2014 no se condicen con las ventas”, remarcan en la UIF. El organismo determinó que “los gastos operativos de CEMACO superaron copiosamente los gastos inherentes al negocio”. El excedente generado fue superior a los $ 2 millones en 2015.

Además, en 2013 exteriorizó ingresos “por su explotación personal por $ 9.942.615 mientras que los gastos eran $ 9.790.184”. Ante estos números se consultó a cinco proveedores sobre las transacciones con Remorino. Al menos dos de las firmas informaron “no haber operado” con El Gitano, a pesar de que se las involucraba en transacciones por $ 1.300.000.

Para el organismo antilavado, las prestaciones de servicios al gobierno de la Ciudad para las Villas 31 y 31 bis "representaron un incremento en sus actividades como proveedor estatal”. Los ingresos de CEMACO pasaron de $ 392.652 (2010) a $ 15,5 millones (2015). El patrimonio neto pasó, en tanto, de $ 162.445 a $ 5.631.340.

La UIF llegó a Remorino luego de que se emitieran una importante cantidad de Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS), uno de ellos fue por la compra de un avión en 2013 que recién incluyó en sus declaraciones juradas de bienes ante la AFIP dos años después. Entonces, El Gitano dijo que su avión con el que viajaba frecuentemente a Misiones, donde tiene un campo yerbatero y se construía una casa, valía sólo $ 160.000. La cifra resultó incongruente para el organismo fiscal, ya que en ese período se observó una transferencia hacia el vendedor por $ 2 millones.

En septiembre de 2017, el diario Tiempo Argentino vinculaba a Remorino, uno de los punteros históricos del PRO dentro de la Villa 31 de Retiro, con la compra en subasta un edicio de la ex SIDE. “Oscar Remorino, alias ‘Gitano’, progresó económicamente como uno de los principales proveedores de materiales para sus vecinos del barrio ubicado en Retiro”, decía la publicación.

En 2015, el mismo medio detallaba el accionar de Remorino. "Es el titular del Centro de Materiales para la Construcción (CEMACO), un corralón radicado dentro de ese barrio popular que en el año 2008 fue clausurado por el gobierno porteño, en momentos en los que el macrismo buscaba detener la expansión de la villa”, aseguraba.

“A partir de ese momento, El Gitano no sólo consiguió la reapertura de su negocio, sino que además logró formalizarse como proveedor del Estado local prestando diferentes servicios relacionados a la resolución de problemas de infraestructura en las villas de la ciudad. Según el Sistema Integrado de Administración Financiera del gobierno porteño (SIGAF), al año siguiente de la clausura de su corralón, Remorino comenzó a facturar por servicios adjudicados mediante contrataciones directas y licitaciones, que desde 2009 a la fecha suman más de 45 millones de pesos”, decía el artículo.  

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