ECONOMÍA FEMINISTA

Brecha salarial: los hombres ganan un 35% más que las mujeres

La consultora Accenture indicó en su estudio que la diferencia en los salarios desaparecería en 88 años.

Veintiocho mil personas de todo el mundo y de tres generaciones distintas formaron parte de un estudio de la consultora Accenture sobre la diferencia económica que existe entre hombre y mujeres en los mismos puestos de trabajo. Los resultados fueron que por cada $140 que gana un hombre, una mujer gana $100 en el mundo. En la Argentina, los hombres ganan en promedio un 35% más que las mujeres.

Alejandra Ferraro, directora de Recursos Humanos de Accenture para América Latina, indicó: "La brecha se amplía cuando la mujer empieza a escalar puestos, y allí es donde aparece el techo de cristal". El techo de cristal es la metáfora que significa el freno en el crecimiento laboral de las mujeres cuando se habla de puestos gerenciales.

En la presentación del estudio en Buenos Aires, la consultora también apuntó a la existencia de una brecha salarial "oculta". Cuando se considera que las mujeres sin trabajo ganan cero pesos, el hombre saltaría a ganar $206 en la proporción, y la diferencia de salarios se amplía. Esto sucede cuando las mujeres son responsables de trabajo no remunerado, como el cuidado de sus hijos o la limpieza de la casa.

Sobre la brecha oculta, la feminista y teórica Silvia Federici explica: “El salario amplía la explotación, porque no solamente toma el trabajo del hombre que está en la fábrica o en la oficina, sino que también el trabajo de la mujer que lo reproduce diariamente, la que cocina, la que cría a los hijos. El capital acumula, porque hay mujeres que trabajan por casi nada, no completamente para nada, porque de la mujer comen, etc. Con el salario se puede controlar directamente el trabajo de las mujeres a través del sistema de la familia y el matrimonio”.

Federici entiende el matrimonio como un “sistema fundamentalmente laboral” que funciona como “medio por el cual el capitalismo hace trabajar a las mujeres para que reproduzcan su fuerza de trabajo obrero”. De esta manera, “cuando se ve esto se comprende por qué se puede hablar de un patriarcado del salario, porque el salario toma el trabajo de la mujer y también la controla a ella”, explica y ejemplifica: “El hombre se convierte en el delegado, porque el capital y el Estado delegan en el trabajador el poder de controlar y golpear las mujeres si no cumplen con esa función. Así como los señores que dominaban las plantaciones tenían a los supervisores que controlaban el trabajo de los empleados, se puede decir que los hombres controlan a las mujeres”.

Según Accenture si la tendencia actual continúa hacia delante, esta brecha oculta en la Argentina recién se cerrará en el 2105, dentro de 88 años. Y las comparaciones aquí ya resultan impactantes. Una joven que hoy empieza sus primeros años en la universidad verá cerrar esa brecha cuando cumpla 109 años.

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