COMUNA 7

Comenzó la obra del Centro de Transbordo Flores

Las obras del nuevo Centro de Trasbordo Flores ya ocupan los carriles centrales entre Nazca y Artigas. Estará listo a fines de agosto. Rechazo entre comerciantes y vecinos de la zona.


El que será uno de los centros de transbordo más grandes de la Ciudad empieza a crecer sobre la avenida Rivadavia, en el barrio de Flores. Las obras ya ocupan los carriles centrales de la arteria, entre Nazca-San Pedrito y General Artigas-Pedernera. Y llegarán hasta Membrillar-Caracas y Quirno-Argerich en agosto próximo, cuando quedará inaugurado, con una extensión de un kilómetro.
 
El objetivo del Gobierno de la Ciudad, que impulsa el nuevo nodo de transporte, es ordenar el tránsito en una zona caótica, donde hay embotellamientos y demoras: circulan por allí 22 de líneas de colectivos, además del subte A y el tren Sarmiento, que tiene la estación Flores a una cuadra. Ya se hicieron centros de trasbordo en los barrios de Chacarita, Constitución y Pacífico en Palermo.
 
El de Flores tendrá dimensiones similares al de Pacífico. Por los trabajos, el tránsito se ve afectado sobre Rivadavia. Según el proyecto del Gobierno porteño, también se pondrá en valor el entorno de la plaza General Pueyrredón (conocida como plaza Flores) y se construirán lugares de espera y cruces más seguros. El cambio busca beneficiar a los 55.000 pasajeros que por día circulan por la zona, donde se concretan unos 22.000 transbordos.
 
"Seguimos apostando a la prioridad del transporte público. Con las obras del Centro de Transbordo Flores vamos a mejorar la calidad de vida de 55.000 personas todos los días. A partir de agosto, van a poder viajar mejor, con lugares de espera más cómodos y cruces más seguros", dijo a La Nación Juan José Méndez, secretario de Transporte de la Ciudad.
 
Será a fines de ese mes cuando estaría terminada la obra que rediseñará el tránsito en la avenida Rivadavia, que tiene 25 metros de ancho promedio (varía entre 18 y 26 metros). Quedarán dos carriles de circulación por sentido para uso exclusivo de 22 líneas de colectivos, entre las que se enumeran 1, 2, 5, 8, 25, 36, 49, 53, 55, 76, 85, 86, 88, 92, 96, 104, 113, 132, 133, 136, 141 y 163.
 
Los paradores ocuparán las cuadras entre Nazca-San Pedrito y Rivera Indarte-Fray Cayetano Rodríguez, mientras que la delineación y la demarcación horizontal continuarán hasta Membrillar-Caracas y Quirno-Argerich. Como ocurre en otros puntos intervenidos, cada uno de los sentidos tendrá dos paradores. Estarán desfasados: dos en la mano hacia al Oeste y dos en la Este. Todos los refugios tendrán asientos, cestos para residuos, iluminación eléctrica nocturna y señalética.
 
A raíz de la instalación del centro de transbordo, se eliminará el actual giro a la izquierda de la calle Bolivia, que quedará únicamente habilitado para el transporte público. En cuanto al reordenamiento de la ubicación de las paradas de colectivos, desde el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte informaron que "las ubicaciones definitivas aún se encuentran en proceso de diseño".
 
En las cuadras de los 1000 metros que abarcará el nodo, los vehículos particulares tendrán entre uno y dos carriles de circulación, ya que el ancho de Rivadavia cambia y no es constante. En algunos tramos, incluso, el tránsito general compartirá el espacio con los colectivos. También está previsto generar lugares para carga y descarga.
 
Para los autos particulares quedará de la siguiente manera: en sentido Norte, habrá dos carriles entre las calles Fray Cayetano Rodríguez y Artigas; y un carril entre Artigas y Condarco, más un carril de eventual detención y carga y descarga. Entre Condarco y Nazca habrá dos carriles mixtos.
 
Y en sentido Sur habrá un carril de circulación entre Nazca y Condarco, más un carril de eventual detención y carga y descarga, y habrá dos carriles mixtos entre Condarco y Fray Cayetano Rodríguez.
 
La inversión total en la obra será de 91 millones de pesos, según datos oficiales.
 
Pero esta obra genera confusión y rechazo entre comerciantes y vecinos de la zona. Hay quejas por el caos de tránsito que provoca el obrador. La mayoría entiende erróneamente que se trata de una forma de Metrobus.
 
Valeria Berurena, que trabaja en un local de ropa, no ve la obra con aprobación y está molesta por el incordio que significa. "Yo vengo desde el lado de la avenida Nazca, y antes de las obras tardaba 15 minutos en llegar en colectivo; ahora tardo entre 35 y 40 minutos. Además, hay cuadras en las que estacionan sobre Rivadavia y queda un solo carril para transitar", afirmó a La Nación. Para ella, Rivadavia es demasiado angosta para los cambios.
 
Llegando a San Pedrito, Yanina Rabioglio atiende una juguetería, ni ella ni su compañera Florencia, están muy convencidas del beneficio del cambio. "Vamos a ver qué pasa, pero no sabemos muy bien cómo va a quedar. Vinieron una mañana y empezaron a trabajar. No sé si tiene sentido hacer un Metrobus en el mismo tramo que hace el subte", comentó Yanina a La Nación, en referencia al recorrido de la línea A. "Si me dijeras que se extendiera para uno u otro lado, puede ser", agregó.
 
Quienes se muestran algo más preocupados son los comerciantes. "Hay que ver por dónde va a caminar la gente, qué tanto de público nos puede quitar", dijo a La Nación Mariano Forschberg, comerciante de accesorios celulares y computación, a media cuadra de Artigas. "Nosotros no somos el tipo de negocio que la gente sale de su casa exclusivamente para venir a comprar: es más el que pasó, vio y compró. Mientras tanto, tenemos el caos de la obra", explicó.
 
Pablo, atiende una zapatería a pocas cuadras, "Bajó el movimiento por la obra, desde hace un mes. Y va a bajar, porque la gente camina por los paradores centrales y no por la vereda", dijo a La Nación. 

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