Villas porteñas

La eterna promesa de la urbanización

Laura hace años que espera que se urbanice la villa. Entre pasillos angostos y viviendas con peligro de derrumbe, Francisco hace años que quiere que haya agua de red, para que los vecinos no tengan que acopiarla y se multipliquen los mosquitos en verano. Después los miles de casos de dengue de este año, Fabián sigue reclamando los servicios básicos, que abran calles y tener los mismos derechos que el resto de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. Los tres son vecinos de la Villa 20 de Lugano

Werner Pertot
 Entre una telaraña de cables que tapa el cielo, Laura hace años que espera que se urbanice la villa. Entre pasillos angostos y viviendas con peligro de derrumbe, Francisco hace años que quiere que haya agua de red, para que los vecinos no tengan que acopiarla y se multipliquen los mosquitos en verano. Después los miles de casos de dengue de este año, Fabián sigue reclamando los servicios básicos, que abran calles y tener los mismos derechos que el resto de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. Los tres son vecinos de la Villa 20 de Lugano y, como muchos porteños, están privados de los servicios básicos. El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta prometió este año que dará un giro en la política histórica del macrismo con respecto a las villas y se ocupará de urbanizarlas. Desde la oposición advierten que el PRO en los ocho años en los que fue jefe de Gobierno Mauricio Macri se subejecutó y recortó sistemáticamente las partidas destinadas a ese fin. Tanto dirigentes políticos como movimientos sociales ven que muchos de los proyectos de urbanización están asociados a negocios inmobiliarios y reclaman un plan integral.

El Gobierno porteño lanzó un plan ambicioso este año:  Larreta prometió en la Villa 31 que iba a mejorar 134 inmuebles y construir 1000 viviendas nuevas en un predio de YPF en el plazo de dos años . Allí deberán mudarse quienes viven bajo la autopista Illia, que no habían sido considerados en la primera versión de la ley que se votó este año. Son cerca de 100 familias. El terreno que quedará libre bajo la Illia se convertirá en un espacio verde. A los que se muden se les brindará créditos blandos del Banco Ciudad y del IVC para que puedan comprar sus viviendas. Larreta también prometió tendido de redes de agua, pavimentar las calles, colocar luces y cableado. Además, como confirmó la ministra de Educación, Soledad Acuña, ese ministerio se mudará a la 31. El macrismo estima que invertirá 6000 millones de pesos.

Similares fueron las promesas para la Villa 20 en Lugano: 1600 viviendas, trazado de calles, redes de agua, electricidad y cloacas. El Gobierno porteño indicó que beneficiará a más de nueve mil familias.  Por ahora, empezaron por el barrio Papa Francisco, en donde se construyen 552 viviendas a donde deberían mudarse aquellas personas que tienen los problemas edilicios más graves. Según el Instituto de Vivienda  de la Ciudad (IVC), un 10 por ciento de los edificios de la villa 20 son deficitarios. Los vecinos que consultó Nueva Ciudad expresaron su temor de que con esos nuevos edificios tapen la villa y luego las obras no continúen, sobre todo, después de que concluyan los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. También advierten que antes que surgiera ese evento deportivo no tenían ninguna respuesta del Gobierno porteño.

 “Nosotros empezamos con siete villas o asentamientos: la 31, la 20, la 15, sobre todo en lo que es el elefante blanco y su entorno, la Rodrigo Bueno, Fraga, el asentamiento Lamadrid, y la relocalización de todas las familias que están en el camino del sirga. El objetivo que tenemos es que para 2019 nadie viva arriba del riachuelo como tenemos hoy muchas familias”,  indicó a este portal Juan Maquieyra, presidente del IVC. El joven egresado de Harvard –algunos lo recordarán por las preguntas que le hizo a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner- comparte la tarea con Diego Fernández, ex jefe de Gabinete de Esteban Bullrich, a quien pusieron al frente de la secretaría de Integración Social y Urbana, una dependencia para la que contrataron unas 300 personas. Fernández dirige el think tank G25, uno de los grupos que el PRO usó para reclutar CEOs para la gestión. Para más datos, fue manager de las heladerías Persicco y es dueño de Sushi Bar Restó. Será ahora el encargado de urbanizar la villa 31.
Hasta aquí, las promesas del PRO.  La principal fuente de críticas y escepticismo de los opositores y movimientos sociales es cómo se manejó hasta ahora el macrismo. Un informe de la Auditoría General de la Ciudad indica que el presupuesto de Vivienda fue el que menos creció en ocho años de Macri: un 385%, contra un promedio general de 802%. El contraste es más fuerte cuando se lo compara con lo que creció la publicidad oficial (2365%) o las partidas de turismo (4393%). La inversión en vivienda cayó un 45% en los ocho años de Macri: en 2007 era el 2,9% del total y en 2015 quedaba solo el 1,6%.  
 

 
 
Para el año próximo, Larreta prevé un cambio en esa tendencia: en el Presupuesto 2017, se estipula inyectar 2400 millones de pesos en vivienda. Para que se vea la dimensión de esto, el dinero que el PRO tenía para utilizar y subejecutó en los ocho años de Macri asciende a 2.110 millones de pesos.


 
La cifra subejecutada equivale a 8400 viviendas sociales para unas 42 mil personas. En el informe de la Auditoría también se destaca la curva que hizo la partida destinada a “reintegración y transformación de villas”. En 2014 tuvo asignado cero pesos, aunque se ejecutaron obras por tres millones.  En 2015 tuvo asignado 935 mil pesos, pero no se ejecutó ni un solo peso.
 

 
En particular, el presupuesto del IVC fue subejecutado sistemáticamente a lo largo de los años macristas. “Durante los ocho años del macrismo, Macri había prometido que iba a construir 10 mil viviendas por año, y no solo eso sino que iba a urbanizar todas las villas de la Ciudad. No solamente que no hizo eso, sino que si analizás la política de vivienda, vas a ver que hubo un fuerte proceso de desinversión. Lo hacen primero reduciendo las partidas presupuestarias y después subejecutándolas”, advirtió la presidenta de la Auditoría, Cecilia Segura, quien ejemplificó: “Si hubieran mantenido la misma participación en el presupuesto que tenían cuando él asumió, hubiera podido urbanizar la villa 20 y la villa 15”. “Si durante todo este tiempo, el IVC no ejecutaban las partidas –en 2014 bajó 45% la participación de vivienda en el presupuesto- ahora le triplican el presupuesto: ¿tienen la capacidad de ejecutar esas partidas?”, se preguntó Segura.


Maquieyra atribuyó la subejecución a lo largo de los años a problemas burocráticos internos del IVC y no a una decisión política: “Sí ha sido un problema del Instituto –y lo tenemos claro- que tuvo en algún momento niveles altos de subejecución y estamos trabajando a fondo para poder llegar a niveles altos de ejecución, pero además a procesos sociales que nos permitan que las cosas salgan”, indicó el flamante presidente del IVC.  “Estamos haciendo un trabajo muy fuerte durante los últimos tres meses para que todos los procesos internos para invertir esa plata lo podamos hacer. Vamos a tener que hacer algunos cambios. Tenemos mucha gente buena trabajando en el Instituto que, durante mucho tiempo, estuvo desmotivada. Y hoy, viendo que el instituto vuelve a tener el peso que alguna vez tuvo en la Ciudad, en parte por los fondos que vienen de Nación y también porque nos podemos endeudar todo eso hace que nos estemos preparando”, señaló.


Segura no se mostró tan confiada: “No vemos que el Estado haya incorporado los técnicos, los especialistas, los ámbitos, las organizaciones, para poder llevar adelante este proceso, salvo que ellos piensen hacerlo en un negocio con una megaconstructora que lleve adelante todo”. La idea de que la urbanización de las villas está atada a negocios inmobiliarios atraviesa a los distintos sectores de la oposición. "Festejamos que el Gobierno de la Ciudad haya cambiado de posición y del primer Macri, que decía que a la 31 había que reubicarla, y que pasaron a plantear urbanizar", indicó el dirigente del Partido Social Facundo Di Filippo, quien advirtió: "Repudiamos que el Estado venda tierra pública con el fin loable de urbanizar. Podría tener otro mecanismo para llevar adelante esas obras".


En los hechos, las asociaciones que hacen los opositores son posibles: con la villa 20, se da la construcción de la Ciudad Olímpica y se venden terrenos; con la Villa 31 se abre la posibilidad de desarrollos inmobiliarios en Retiro; con la Rodrigo Bueno, hubo un intento –que fracasó en la Legislatura-  de avanzar con el barrio que busca construir IRSA; con el Playón de Chacarita (Villa Fraga) se dará la ampliación de avenida Triunvirato y dos manzanas quedarán para los negocios inmobiliarios. El titular del IVC se defiende de estas acusaciones: “Lo que siempre digo ante ese punto de vista, que me parece válido que alguien opine así, porque ata la realidad así, es que hay que mirar todo el mapa de lo que vamos a hacer. Si vos miras los siete lugares no en los siete hay trabajos cerca que pueden ser vistos como especulación inmobiliaria. Si uno mira la política integral de la Ciudad, es claro que nuestro objetivo es la integración y no tiene que ver con otros intereses”, afirmó Maquieyra.


No obstante, existen dudas en algunas ONG que trabajan con la problemática de la vivienda. En un encuentro de organizaciones políticas convocado por Claudio Lozano se expresaron algunas de estas problemáticas. Allí se acordó enfrentar la política del Gobierno porteño de entrega de tierras públicas.  “El problema acá es que el PRO está planteando una asociación perversa entre urbanización de las villas y negocio inmobliario. Solo se urbaniza aquella villa que está asociada a un interés vinculado al negocio inmobiliario”, indicó Lozano en unas jornadas en las que también participaron integrantes del Observatorio por el Derecho a la Ciudad, TECHO, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ).


Sebastián Pilo, codirector de ACIJ, indicó que  “evidentemente, hubo un cambio de política del Gobierno para estos barrios. Esto es el producto de la lucha histórica de los vecinos. Como primer paso, es sumamente positivo”.  “El principal problema es que no se sabe si este cambio de política tiene aspiraciones de integralidad: por ejemplo, si el vecino de la 1.11.14 puede esperar que el Estado va a avanzar con un plan de urbanización”, advirtió Pilo.

“Hasta ahora no hay un anuncio integral. En los barrios, suele haber oportunidades vinculados al mercado inmobiliario tradicional: Rodrigo Bueno atada al proyecto de IRSA, la Villa 20 atada a la Villa Olímpica, el playón de Fraga atada a la extensión de la avenida Triunvirato y refuncionalizar comercialmente esa zona, la 31 atado a la autopista ribereña y el valor comercial de la zona. Los otros proyectos son más chicos o tienen que ver con un fallo de la Corte que ordena recuperar el camino de sirga”, recordó.  “En la medida de que solo haya proyectos de urbanización en los que uno pueda advertir que hay oportunidades del mercado inmobiliario, es negativo. Eso se soluciona con un plan integral”, destacó. El director de ACIJ también expresó dudas sobre las fuentes de financiamiento y la participación de los vecinos: “En la Villa 20, el proceso se llevó relativamente bien. En otros ha sido muy pobre. En la 31 no tenemos ningún documento que permita contrastar el anuncio con las propuestas concretas. Se viene resistiendo hace años la aprobación del dictamen que impulsan los vecinos para la urbanización”.

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