TRANSITO

Realizan cambios para mejorar la seguridad de los peatones

Estrechamiento de calzada, desvíos o isletas son algunas de las modificaciones que se hicieron hasta ahora en 66 cruces de calle peligrosos.


Hay cruces confusos o mal ubicados, veredas angostas, avenidas anchas sin descansos intermedios y tránsito intenso, con conductores que no respetan la prioridad peatonal. A esto se suma gente que cruza por lugares prohibidos o distraída con su celular o con auriculares. El resultado de esta combinación es que de los 92 muertos en siniestros viales durante 2015, hubo 33 peatones.
 
Desde el Gobierno de la Ciudad explican a Clarín que están realizando una serie de intervenciones en esquinas conflictivas, para que sean más seguras, incorporando elementos de "traffic calming" o tránsito calmado, como estrechamientos de calzada, desvíos, isletas, rotondas o demarcaciones con pintura. El objetivo es orientar el tránsito y que los conductores bajen la velocidad. Otra estrategia es observar por dónde cruza naturalmente la gente, para reubicar las sendas en forma acorde.
 
Un ejemplo es la convergencia de Diagonal Sur con Alsina y Perú, en cuyo centro está el monumento al General Roca. Antes, los autos y colectivos pasaban y doblaban a alta velocidad. Los peatones bajaban a la calzada y cruzaban por lugares no habilitados. Algunos usaban al monumento de descanso, aunque éste no tenía  vereda. Como parte de la intervención, le construyeron una que quedó conectada con nuevas sendas peatonales. Y otra senda ya existente fue reubicada. Además, en medio de Diagonal Sur pusieron una isleta para que se pueda cruzar la avenida en dos tiempos. En total se ganaron 236 m2 para el peatón.
 
Los especialistas en seguridad vial sostienen que este tipo de acciones son positivas. "En la avenida Ramos Mejía, que es la que corre junto a las estaciones de tren en Retiro, la gente siempre cruzó por cualquier lado. Los peatones siempre buscan el lugar más cómodo para hacerlo y a veces ven al cordón como un obstáculo. Ahora ensancharon las sendas peatonales y a su altura alinearon el nivel de la vereda con el de la calzada. El lugar del cruce quedó más notorio y nivelado y ahora la gente tiende naturalmente a usarlo. Este tipo de intervenciones son útiles", explica a Clarín Gustavo Brambati, subgerente de Seguridad Vial de Cesvi.
 
Otro recurso, dice Brambati, es demarcar bolsones de espera en lugares donde la gente habitualmente invade la calzada. "Es una infracción que el peatón baje a la calle, pero que en algunos puntos se genera naturalmente. Por otra parte, cuando el conductor empieza a ver que los cruces están bien organizados y las sendas están bien demarcadas, también empieza a respetar la prioridad peatonal en forma natural", opina el experto.
 
Hasta el momento, la Secretaría de Transporte de la Ciudad intervino 66 cruces problemáticos en 12 ejes: Diagonal Norte; Diagonal Sur; las cinco esquinas de Libertad, Juncal y Quintana; Warnes; San Martín; Fernández de Enciso; Emilio Castro y Larrazábal; Brandsen; Bolívar; Escalada; Gascón, y Bartolomé Mitre y Larrea. En total, se sumaron 17.060 m2 para los peatones, un espacio equivalente a dos estadios de fútbol. Entre octubre y fines de 2017, proyectan intervenir otras 40 intersecciones. Y el presupuesto estimado de acá a 2019 para hacerlas es de $ 84 millones.
 
"Buscamos readecuar los cruces para que sean a prueba de error. Para eso, les cambiamos el diseño en función de los cruces naturales, que son por donde la gente tiende a cruzar más allá de dónde esté ubicada la senda peatonal. Se trata de obras de rápida ejecución y bajo costo", explica a Clarín el secretario de Transporte porteño, Juan José Méndez.
 
En la Av. Warnes incorporaron 2.134 m2 de espacios peatonales y también se reorganizaron las sendas de paso. Después de la obra, Transporte hizo un estudio en la zona que reveló que las velocidades de giro de los automóviles bajaron entre un 25% y un 35% y los siniestros viales disminuyeron un 39%.
 
"En algunos lugares habría que analizar qué impacto tienen estas intervenciones sobre la congestión vehicular. Me parece que es una política interesante estudiar cuál es el comportamiento peatonal para facilitar el cruce, pero también hay que hacer un trabajo más integral, que no contemple sólo al peatón. Generar un caos de tránsito también afecta a la seguridad vial", concluye Brambati.

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