MONUMENTO HISTÓRICO NACIONAL

Pese a las promesas, aún no comenzó la restauración de la Confitería del Molino

El edificio fue inaugurado el 9 de julio de 1916 y está clausurado hace 20 años. En 2014 se prometió su restauración y reapertura para los festejos del bicentenario de la Independencia, pero las obras no comenzaron.

Pese a las promesas de recuperación y su reapertura para el Bicentenario de la Independencia, el deterioro de la Confitería del Molino continúa.

El edificio ubicado frente al Congreso de la Nación, en la intersección de las avenidas Callao y Rivadavia, cumplirá 100 años y sigue esperando el inicio de las obras. Hasta el momento sólo se colocó una malla protectora para evitar la caída de escombros sobre los peatones que caminan por la zona.

La Confitería es obra de Francisco Gianotti y está deshabitada y clausurada desde hace 20 años. El edificio fue inaugurado el 9 de julio de 1916, con motivo del centenario de la Independencia. Cinco leyes y decretos buscaron revivirla pero ninguna logró hacer real su restauración.

En 2014 fue expropiada y se anunció su reapertura para este año. Sin embargo, el Tribunal de Tasaciones de la Nación -organismo encargado de valuar la propiedad- no ingresó todavía para determinar el monto que el Estado deberá abonar a los actuales dueños, descendientes de los fundadores, los Rocatagliatta, informa hoy el diario La Nación.

"El Molino es parte de un complejo de tres edificios, de ocho pisos cada uno, construidos con hormigón armado. El conjunto estaría valuado en 15 millones de dólares, pero dudo de que el Gobierno quiera desembolsar en estos momentos ese dinero y, por eso, estarían demorando la tasación", aseguró el ex director del Casco Histórico de la Ciudad, Luis Grossman.

Como los dueños prohibieron la entrada al edificio hace años, los técnicos encargados de las obras no pudieron ingresar. Desde afuera, observaron el debilitamiento estructural, desprendimiento de cielo razzo, pérdida de revoques y hormigón y  una escalera de caracol corrida, entre otros detalles de infraestructura.

En la década del 90, decretaron la quiebra; en 1992 el inmueble fue declarado área de protección histórica de la ciudad y, en 1997, el conjunto arquitectónico se convirtió en monumento histórico nacional.

En 2014 la ley 27.009 lo declaró sujeto a expropiación para su puesta en valor. El entonces presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, prometió reabrirlo para los festejos del Bicentenario. Tras el recambio gubernamental, en febrero de este año se estableció que el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda debe liderar el trámite de expropiación.

Una vez comprado el inmueble a sus dueños, se lo transferirá en forma definitiva y sin cargo al Congreso de la Nación, que será la dependencia encargada de restaurarlo.

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