CONFLICTO

Denuncian a la concesionaria del Zoológico porteño por maltrato a los animales

Unos 200 trabajadores responsabilizaron a la empresa que tiene la concesión del paseo ubicado en Palermo por la muerte prevenible de animales, deterioro y sufrimiento de las especies, falta de personal, y la persecución de la protesta.

"Amamos a los animales, por eso es esta lucha", reza el cartel que encabeza la entrada principal al Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires, hoy cerrado al público en el marco de un paro de actividades de sus trabajadores, que rechazan el vaciamiento que generó la empresa concesionaria desde que se hizo cargo, en 2007.

Los trabajadores leyeron esta tarde un comunicado, en el playón interno del predio, en el que denunciaron "una falta total de comunicación con la empresa" que los "obligó a tener que continuar en estado de alerta permanente y de realizar una serie de medidas que hasta hoy no cumplieron".

"No somos nosotros los que no invierten en el bienestar de los animales o los que dejan caer a pedazos los edificios, algunos de ellos históricos. Nosotros cuidamos, atendemos y amamos a estos animales, que no tienen voz para pedir un bebedero o un techo para refugiarse; ellos no eligieron vivir en cautiverio pero mientras lo estén, debemos garantizarles buenas condiciones de vida", leyó la integrante del colectivo de empleados, muchos de ellos estudiantes avanzados o graduados de la Facultad de Veterinaria.

Desde el paro anterior, el pasado 14 de septiembre, la empresa se había comprometido a una serie de mejoras que a la fecha no se cumplieron, según la denuncia pública de la que participaron hoy integrantes del Centro de Estudiantes de la Facultad de Veterinaria de la UBA y de la asociación SINzoo, entre otras agrupaciones ecologistas.

El legislador porteño Marcelo Ramal (FIT) lamentó tras la lectura del comunicado el estado actual del Zoo -que él mismo constató en una recorrida en oportunidad del paro anterior- y advirtió que "faltan dos años para que finalice el plazo de la concesión".

Por su parte, su colega Gustavo Vera (Bien Común) estimó que "este es un modelo de cárcel medieval para los animales que debe reconvertirse en un parque ecológico con animales libres, propios del ecosistema".


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