PASEOS Y MILITANCIA

Restaurantes con temática peronista

En los últimos cinco años abrieron varios locales gastronómicos que explotan la iconografía partidaria; convocan tanto a militantes como a turistas.


En los últimos cinco años, el boom gastronómico también se expresó en la Ciudad de Buenos Aires con la apertura de bares y restaurantes "peronistas", y aunque en un principio convocaban a militantes y a funcionarios, hoy son una atracción para visitantes del interior y para turistas extranjeros.
 
Perón Perón está situado en Carranza 2225, en el corazón del barrio de Palermo. Abrió en 2010 y es uno de los tantos espacios que pretenden conservar la liturgia peronista y ser, además, escenario de encuentros militantes o de reuniones familiares.
 
Un Café con Perón, en Austria 2593 en el barrio de Recoleta; Los Octubres, en Thames 1788, y el Museo Evita, en la calle Lafinur 2988, ambos en Palermo, son otros de los espacios elegidos por peronistas de raza, turistas curiosos y familias porteñas.
 
En la entrada de Perón Perón, un bombo de plástico transparente, ilustrado con una caricatura de Perón, Evita, Néstor Kirchner y Agustín Tosco, entre otras figuras tradicionales del movimiento justicialista, invita a entrar.
 
También se impone un cuadro pintado al óleo de Cristina Fernández de Kirchner, obra del artista Sergio Tosoratti. En un televisor se transmite el programa 6, 7, 8. Los mozos llevan uniformes negros con la cara de Perón y en unos paneles del fondo se lee "Perón cumple, Eva dignifica".
 
"No soy un tipo de la gastronomía; este restaurante nació en 2010 por mi tradición peronista. Lo pensé como un espacio clásico, pero luego fue virando hacia el kirchnerismo. Muchas veces los clientes traen regalos, cuadros u objetos, que son los que ambientan el lugar y definen la tendencia peronista del momento", cuenta a La Nación Daniel Narezo, dueño y fundador de Perón Perón.
 
Un Café con Perón es el bar temático más clásico de la ciudad. Funciona en la planta baja de la casona que fue parte de la residencia presidencial hasta 1955, situada en Austria 2395, en Recoleta.
 
El café se inauguró el 17 de octubre de 2010, tras un trabajo de restauración que rescató del abandono los pisos en damero, la boiserie de las paredes y los vidrios biselados de los ventanales. Recupera la liturgia peronista de la primera época y es una propuesta mucho menos moderna que Perón Perón.
 
La casona, de techos altos, pisos de cerámica blanca y negra y ventanales enormes, conserva una heladera Siam antigua y cientos de fotos de Perón y Evita. En una de las mesas, una escultura del general invita a tomar un café o sacarse, al menos, una foto.
 
"Acá mismo vivió Irma Cabrera de Ferrari, ama de llaves de Perón y de Evita. En este lugar rememoramos la tradición y añoramos y reivindicamos el valor histórico que esta casa tuvo para la historia argentina", contó a La Nación Lorenzo Pepe, director del Instituto Nacional Juan Domingo Perón.
 
Los Octubres, Thames 1788, se inauguró a fines de 2012. En la planta baja hay unas pocas mesas para disfrutar de una cerveza artesanal JP o comer una picada; las firmas gigantes de Perón y Evita invitan a subir la escalera hacia el entrepiso, donde está la tienda peronista.
 
"La idea originaria fue trasladar el espíritu del peronismo a un multiespacio gastronómico y cultural. La iconografía lo hace un lugar único, y creo que para Dante (Gullo, el dueño) fue todo un desafío hacerlo en pleno Palermo, un barrio que no es peronista de tradición", contó a La Nación Fernanda Teves, encargada de Los Octubres.
 
En el sur de la ciudad, el tradicional restaurante El General fue una insignia y el primero en iniciar esta corriente de espacios gastronómicos peronistas, en 2005. Fue fundado por empresarios duhaldistas y kirchneristas y se convirtió en un ícono gastronómico del barrio de San Telmo. Nació en Belgrano al 500, se mudó a México 972 y allí funcionó hasta que en mayo pasado cerró sus puertas por problemas económicos y financieros.
 
El restaurante del Museo Evita, en pleno barrio de Recoleta, completa la serie de espacios litúrgicos en la ciudad. El lugar, situado en Lafinur 2988, al lado del museo, conserva recuerdos de Eva, cuadros, fotos y un gran mural en su honor dedicado a ella, la imagen de Perón no aparece.
 
"Si bien es un espacio vinculado al Museo Evita, este restaurante es principalmente una buena opción para comer rico en Recoleta. En un principio los vecinos, tradicionalmente antiperonistas, no querían ni entrar. Luego se dieron cuenta de que ofrecemos calidad y que no hacemos un culto del peronismo, por eso hoy son nuestros principales clientes" contó a La Nación Diego Martin, el encargado del bar.


COMENTARIOS