El pasaje Roberto Arlt en Palermo

En el barrio de Palermo existe el pasaje Roberto Arlt de tan solo 3 metros de extensión.

El pasaje Roberto Arlt con sus 3 metros de extensión, es el segundo más angosto del barrio de Palermo. Al margen de poseer peculiares características, su mayor particularidad es que no figura en los mapas de calles de la Ciudad de Buenos Aires.

En cuanto a su angostura, no hay ninguna cortada así en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. La gran mayoría de los pasajes porteños superan en casi todos los casos los 4 metros de extensión.

Después del pasaje Norte, también en Palermo, que es el más angosto viene el pasaje Roberto Arlt y está ubicado cerca del límite de las zonas conocidas como Palermo Viejo y Palermo Soho. Está situado exactamente en la calle Gurruchaga, entre Soler y Nicaragua. Muy pocos lo conocen. Las ramas de un árbol tapan la entrada y hacen difícil que se perciba la existencia de este callejón.

Su acceso exacto es por Gurruchaga 1957. A esa altura, escondido por una frondosa arboleda se encuentra el acceso de esta callejuela sin salida, que tiene un largo de 50 metros. Hay cinco inmuebles: dos productoras de cine y publicidad, y tres viviendas particulares de estilos disímiles. Su nombre se debe a que allí vivió el escritor argentino Roberto Arlt, cuando trabajaba en el diario Crítica.

Al caminar por Gurruchaga y pasar justo por el pasaje, no se advierten en el mismo características de tal. Al no tener salida, da más la sensación de ser un garaje perteneciente a las casas lindantes. Al tener la particularidad de tener un solo acceso, es común que los dueños de los inmuebles del pasaje estacionen sus vehículos allí. Una de las principales singularidades de la cortada Roberto Arlt es que no figura prácticamente en ningún mapa de la ciudad de Buenos Aires.

Su historia es tan particular como su estructura. A principios del siglo pasado, en Buenos Aires se habían comenzado a construir edificios de tres pisos llamados “villas”, eran los lugares donde la clase adinerada porteña se afincaba a medida que la ciudad se expandía del centro hacia afuera. Estas edificaciones eran fácilmente divisables a la distancia por su altitud, ya que en aquella época la mayoría de las construcciones eran de una sola planta.

Así fue como se construyó en pleno Palermo, en el año 1906, una fila de casas sobre la calle Gurruchaga con techos a dos aguas que remite a un estilo cuasi victoriano que difícilmente pueda hallarse todavía en pie en otro lugar de Buenos Aires. Por entonces no había casas lindantes ni viviendas. Hasta que, en 1910, un ingeniero de apellido Shine que ocupaba un alto cargo en la empresa de ferrocarriles ingleses compró el terreno de al lado, abriendo el camino para lo que hoy es la fisonomía actual del callejón.

Una de las hijas del ingeniero Shine se casó con el escritor Roberto Arlt y se mudaron a una de las viviendas que dan al frente de la calle Gurruchaga, uno de cuyos muros sirve de entrada al pasaje. En la actualidad, la casa tiene un aspecto de abandono fantasmal. Del patio de la casa donde vivió el escritor emerge una parra gigantesca que se extiende hacia el final del pasaje. De las cinco propiedades que en la actualidad se ubican en el callejón, hay una que mantiene intacto su techo de tejas.


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