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- 12.06.2015
Películas argentinas y alemanas en el ciclo "Revolver Buenos Aires"
Hasta el domingo 21 de junio se presenta el ciclo “Revolver Buenos Aires. Afinidades entre películas argentinas y alemanas” en la Sala Lugones del Teatro San Martín.
“Revolver Buenos Aires. Afinidades entre películas argentinas y alemanas” se presentará hasta el domingo 21 de junio, en la Sala Lugones del Teatro San Martín, con una selección de duplas de películas de ambos países que establecen un diálogo creativo entre sí y que incluyen obras de autores como Martín Rejtman, Harun Farocki, José Campusano, Maren Aden, Adrián Caetano y Valeska Grisebach.
Se trata de establecer un vínculo lúdico y original entre ambas cinematografías, ya que “algunas de estas películas se vinculan por una cuestión asociativa, otras por un contenido parecido, otras incluso por contraposición y otras por mostrar dos variantes de un mismo tema. En todos los casos, fueron elegidas de manera intuitiva y no teórica ni académica”, explicó a Télam el cineasta alemán Franz Müller, uno de los curadores del ciclo.
Organizado por el Goethe-Institut de Buenos Aires, la revista de cine alemana Revolver y la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, el ciclo tendrá lugar en el décimo piso de la Av. Corrientes 1530 y ofrecerá diez pares de películas producidas a partir de los años 90, época de cambios importantes en ambos países.
En una entrevista con Télam, Müller señaló que “se trata de películas inéditas o poco difundidas en ambos países. Son filmes que no pertenecen al canon mundial ni tuvieron demasiada difusión. Hay una mezcla de obras desconocidas de directores muy conocidos como Harum Farocki, de quien se verá “Cómo vivir en la RFA”, y por otro lado hay obras de directores argentinos desconocidos en Alemania, como Campusano”.
El ciclo permite observar tensiones y conflictos entre modernidad y memoria histórica, así como constantes narrativas y visuales más allá de los rasgos históricos o culturales específicos de cada país.
Entre las películas alemanas inéditas en Argentina, el ciclo ofrecerá, justamente, “Cómo vivir en la RFA”, de Farocki (que se exhibirá en diálogo con “Balnearios”, de Mariano Llinás), y “Jesucristo Salvador”, un monólogo sobre la vida de Jesucristo interpretado por Kinski que se mostrará en diálogo con “Fango”, de Campusano.
Otros filmes en diálogo que componen el programa son “La vida por Perón”, de Sergio Bellotti, y “Detuvieron a Knut”, de Stefan Krohmer; “Fantasma”, de Lisandro Alonso, y “Adiós, invierno”, de Helke Misselwitz; “Bolivia”, de Adrián Caetano, y “Los árboles no dejan ver el bosque”, de Maren Ade; “La niña santa”, de Lucrecia Martel, y “Tótem”, de Jessica Krummacher.
A esas duplas argentino-alemanas se suman “Tan de repente”, de Diego Lerman, y “Mi estrella”, de Valeska Grisebach; “Tierra de los padres”, de Nicolás Prividera, y "Los archivos de la Media Luna”, de Philip Scheffner; “Rapado”, de Martín Rejtman, y “Todo el tiempo del mundo”, de Matl Findel; y “Viola”, de Matías Piñeiro, y “Los amigos de los amigos”, de Dominik Graf.
El programa reúne películas producidas en los últimos 30 años, en una época de cambios profundos en ambos países, ya que en Argentina surgía un nuevo cine basado en libertades reconquistadas, no sólo con la democracia sino también con la aparición de una generación formada en escuelas de cine que proponía un cambio radical en la manera de concebir y producir sus filmes.
En Alemania, en tanto, la muerte de Rainer Werner Fassbinder suponía, también, la muerte del Nuevo Cine Alemán, mientras que la televisión privada se imponía y el cine de autor tenía cada vez más dificultades para conseguir fondos, y era un momento de búsqueda de alternativas a un cine concentrado de grandes producciones televisivas.
Según recordó Müller, la idea del ciclo -que probablemente se replique como espejo en Berlín, aunque todavía no está confirmado- surgió durante el Bafici 2013 en una conversación entre Inge Stache, la curadora de Programación Cultural de la Cinemateca del Goethe, y el cineasta Hannes Brühwiler, uno de los redactores de Revolver.
“Ellos propusieron la idea de las duplas para encontrar similitudes y un diálogo entre películas. A partir de eso se nos ocurrió que no debíamos abarcar toda la historia del cine alemán ni únicamente lo último”, recordó Müller, para quien la referencia de fecha de inicio es la muerte de Fassbinder y los cambios producidos por la incorporación de la televisión en el cine alemán.
Con la colaboración del crítico y programador argentino Luciano Monteagudo, los miembros de la revista Revolver vieron una serie de películas argentinas y alemanas “pensando en cuáles interpelaban a los espectadores de cada país. No queríamos pasar películas que no significaran nada para los argentinos, y por eso rechazamos muchas películas con temáticas demasiado alemanas que aquí no interesarían”.
“No puedo decir que soy un experto en cine argentino, pero me llama la atención una suerte de correspondencia entre la Escuela de Berlín y películas como “Rapado”, de Rejtman, porque responden a modelos europeos similares como Bresson y Atonioni. Lo interesante es que además de esas similitudes entre escuelas también hay una cantidad de películas diferentes como “Historias Extraordinarias”, de Llinás, imposible de clasificar”, señaló Müller.
Y agregó: “Lo que me llama la atención es la gran variedad temática y estética del cine argentino, que va más allá de lo que se ve en festivales. Lo que sospecho es que estas películas, no sé si todas, trabajan de manera bastante clásica con el guión y los actores. Pero además lo interesante es que todas lo hicieron escapando de la forma de producción tradicional”.
“Revolver Buenos Aires. Afinidades entre películas argentinas y alemanas” se presentará hasta el domingo 21 de junio, en la Sala Lugones del Teatro San Martín, con una selección de duplas de películas de ambos países que establecen un diálogo creativo entre sí y que incluyen obras de autores como Martín Rejtman, Harun Farocki, José Campusano, Maren Aden, Adrián Caetano y Valeska Grisebach.
Se trata de establecer un vínculo lúdico y original entre ambas cinematografías, ya que “algunas de estas películas se vinculan por una cuestión asociativa, otras por un contenido parecido, otras incluso por contraposición y otras por mostrar dos variantes de un mismo tema. En todos los casos, fueron elegidas de manera intuitiva y no teórica ni académica”, explicó a Télam el cineasta alemán Franz Müller, uno de los curadores del ciclo.
Organizado por el Goethe-Institut de Buenos Aires, la revista de cine alemana Revolver y la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, el ciclo tendrá lugar en el décimo piso de la Av. Corrientes 1530 y ofrecerá diez pares de películas producidas a partir de los años 90, época de cambios importantes en ambos países.
En una entrevista con Télam, Müller señaló que “se trata de películas inéditas o poco difundidas en ambos países. Son filmes que no pertenecen al canon mundial ni tuvieron demasiada difusión. Hay una mezcla de obras desconocidas de directores muy conocidos como Harum Farocki, de quien se verá “Cómo vivir en la RFA”, y por otro lado hay obras de directores argentinos desconocidos en Alemania, como Campusano”.
El ciclo permite observar tensiones y conflictos entre modernidad y memoria histórica, así como constantes narrativas y visuales más allá de los rasgos históricos o culturales específicos de cada país.
Entre las películas alemanas inéditas en Argentina, el ciclo ofrecerá, justamente, “Cómo vivir en la RFA”, de Farocki (que se exhibirá en diálogo con “Balnearios”, de Mariano Llinás), y “Jesucristo Salvador”, un monólogo sobre la vida de Jesucristo interpretado por Kinski que se mostrará en diálogo con “Fango”, de Campusano.
Otros filmes en diálogo que componen el programa son “La vida por Perón”, de Sergio Bellotti, y “Detuvieron a Knut”, de Stefan Krohmer; “Fantasma”, de Lisandro Alonso, y “Adiós, invierno”, de Helke Misselwitz; “Bolivia”, de Adrián Caetano, y “Los árboles no dejan ver el bosque”, de Maren Ade; “La niña santa”, de Lucrecia Martel, y “Tótem”, de Jessica Krummacher.
A esas duplas argentino-alemanas se suman “Tan de repente”, de Diego Lerman, y “Mi estrella”, de Valeska Grisebach; “Tierra de los padres”, de Nicolás Prividera, y "Los archivos de la Media Luna”, de Philip Scheffner; “Rapado”, de Martín Rejtman, y “Todo el tiempo del mundo”, de Matl Findel; y “Viola”, de Matías Piñeiro, y “Los amigos de los amigos”, de Dominik Graf.
El programa reúne películas producidas en los últimos 30 años, en una época de cambios profundos en ambos países, ya que en Argentina surgía un nuevo cine basado en libertades reconquistadas, no sólo con la democracia sino también con la aparición de una generación formada en escuelas de cine que proponía un cambio radical en la manera de concebir y producir sus filmes.
En Alemania, en tanto, la muerte de Rainer Werner Fassbinder suponía, también, la muerte del Nuevo Cine Alemán, mientras que la televisión privada se imponía y el cine de autor tenía cada vez más dificultades para conseguir fondos, y era un momento de búsqueda de alternativas a un cine concentrado de grandes producciones televisivas.
Según recordó Müller, la idea del ciclo -que probablemente se replique como espejo en Berlín, aunque todavía no está confirmado- surgió durante el Bafici 2013 en una conversación entre Inge Stache, la curadora de Programación Cultural de la Cinemateca del Goethe, y el cineasta Hannes Brühwiler, uno de los redactores de Revolver.
“Ellos propusieron la idea de las duplas para encontrar similitudes y un diálogo entre películas. A partir de eso se nos ocurrió que no debíamos abarcar toda la historia del cine alemán ni únicamente lo último”, recordó Müller, para quien la referencia de fecha de inicio es la muerte de Fassbinder y los cambios producidos por la incorporación de la televisión en el cine alemán.
Con la colaboración del crítico y programador argentino Luciano Monteagudo, los miembros de la revista Revolver vieron una serie de películas argentinas y alemanas “pensando en cuáles interpelaban a los espectadores de cada país. No queríamos pasar películas que no significaran nada para los argentinos, y por eso rechazamos muchas películas con temáticas demasiado alemanas que aquí no interesarían”.
“No puedo decir que soy un experto en cine argentino, pero me llama la atención una suerte de correspondencia entre la Escuela de Berlín y películas como “Rapado”, de Rejtman, porque responden a modelos europeos similares como Bresson y Atonioni. Lo interesante es que además de esas similitudes entre escuelas también hay una cantidad de películas diferentes como “Historias Extraordinarias”, de Llinás, imposible de clasificar”, señaló Müller.
Y agregó: “Lo que me llama la atención es la gran variedad temática y estética del cine argentino, que va más allá de lo que se ve en festivales. Lo que sospecho es que estas películas, no sé si todas, trabajan de manera bastante clásica con el guión y los actores. Pero además lo interesante es que todas lo hicieron escapando de la forma de producción tradicional”.
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