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- 10.06.2015
Murales a cielo abierto en el pasaje Hugo del Carril
El pasaje Hugo del Carril del barrio de Flores cuenta con una serie de murales a cielo abierto gracias al artista Marino Santa María.
Como el pasaje Lanín en el barrio de Barracas, el pasaje Hugo del Carril en Flores luce renovado con murales del artista Marino Santa María, que usó mosaico veneciano y homenajeó a glorias del barrio como Hugo del Carril y el Papa Francisco.
El artista Marino Santa María dio vida a esta calle olvidada de la Ciudad de Buenos Aires, el pasaje Hugo del Carril, entre Artigas y Bolivia, en el barrio de Flores, paralelo a las vías del tren Sarmiento y a metros de la estación Flores, es una nueva obra de arte. También un homenaje al cantante, actor y director de cine Hugo del Carril, que le da nombre al pasaje, y al Papa Francisco, ambos célebres vecinos del barrio.
“Se trata de una obra de cien metros de largo y casi 200 metros cuadrados. La pared de mayor altura me permitió instalar un gran retrato de Hugo del Carril en su imagen más popular, rodeado de partituras de sus canciones, a partir de las cuales introduzco imágenes de distintos rincones del barrio, frases del cantante y fragmentos de poemas de Baldomero Fernández Moreno, que llamo ‘Postales’”, cuenta Marino Santa María a La Razón.
Marino Santa María bocetó, creó e instaló los mosaicos, durante tres meses con la ayuda de seis mosaiquistas. La obra forma parte de un programa de la Secretaría de Gestión Comunal y Atención Ciudadana del Gobierno porteño, de la Dirección de Participación Ciudadana y de la Comuna 7, con el objetivo de recuperar esta calle peatonal.
Las postales elegidas proponen un recorrido a través del tiempo, los murales homenajean la locomotora “La Porteña”, que en 1857 inauguró los viajes en tren en el país y unió lo que hoy sería el Teatro Colón con la estación de Floresta; la poesía de Baldomero Fernández Moreno; la fe del Papa Francisco y los pentagramas que acompañan a Hugo del Carril con una de sus frases: “Siempre he actuado para el pueblo. Yo no creo en arte para minorías”.
“La obra está realizada en mosaico veneciano y ‘trencadís’, una técnica con cerámica partida que usaba Gaudí y que adopté en mis obras públicas desde 2005”, agrega el artista a La Razón, quien se declara enamorado del mosaico veneciano porque es “un material que posee virtudes de durabilidad, permanencia del color y fácil limpieza”.
Como el pasaje Lanín en el barrio de Barracas, el pasaje Hugo del Carril en Flores luce renovado con murales del artista Marino Santa María, que usó mosaico veneciano y homenajeó a glorias del barrio como Hugo del Carril y el Papa Francisco.
El artista Marino Santa María dio vida a esta calle olvidada de la Ciudad de Buenos Aires, el pasaje Hugo del Carril, entre Artigas y Bolivia, en el barrio de Flores, paralelo a las vías del tren Sarmiento y a metros de la estación Flores, es una nueva obra de arte. También un homenaje al cantante, actor y director de cine Hugo del Carril, que le da nombre al pasaje, y al Papa Francisco, ambos célebres vecinos del barrio.
“Se trata de una obra de cien metros de largo y casi 200 metros cuadrados. La pared de mayor altura me permitió instalar un gran retrato de Hugo del Carril en su imagen más popular, rodeado de partituras de sus canciones, a partir de las cuales introduzco imágenes de distintos rincones del barrio, frases del cantante y fragmentos de poemas de Baldomero Fernández Moreno, que llamo ‘Postales’”, cuenta Marino Santa María a La Razón.
Marino Santa María bocetó, creó e instaló los mosaicos, durante tres meses con la ayuda de seis mosaiquistas. La obra forma parte de un programa de la Secretaría de Gestión Comunal y Atención Ciudadana del Gobierno porteño, de la Dirección de Participación Ciudadana y de la Comuna 7, con el objetivo de recuperar esta calle peatonal.
Las postales elegidas proponen un recorrido a través del tiempo, los murales homenajean la locomotora “La Porteña”, que en 1857 inauguró los viajes en tren en el país y unió lo que hoy sería el Teatro Colón con la estación de Floresta; la poesía de Baldomero Fernández Moreno; la fe del Papa Francisco y los pentagramas que acompañan a Hugo del Carril con una de sus frases: “Siempre he actuado para el pueblo. Yo no creo en arte para minorías”.
“La obra está realizada en mosaico veneciano y ‘trencadís’, una técnica con cerámica partida que usaba Gaudí y que adopté en mis obras públicas desde 2005”, agrega el artista a La Razón, quien se declara enamorado del mosaico veneciano porque es “un material que posee virtudes de durabilidad, permanencia del color y fácil limpieza”.
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