Informe desacredita el mito de que los subsidios generan vagancia

A partir de investigaciones de campo la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizaron un informe que derriba el mito de que los subsidios generar la vagancia de quienes los reciben.

La asignación universal por hijo es un ejemplo de los programas de transferencia condicionadas que se aplicaron en toda América Latina como políticas sociales para reducir la pobreza. Estas iniciativas son cuestionadas por los sectores conservadores con el argumento de que dichas subvenciones desalientan a quienes la reciben a progresar, por ejemplo con la búsqueda de un empleo.

El estudio indicó que el 21,1% de los latinoamericanos recibe este tipo de subsidios. En nuestro país son beneficiados el 8,8% de la población. “Difícilmente las familias pobres que participan en los programas pueden quedarse ‘con los brazos cruzados’, pues los montos de las transferencias monetarias que reciben no son muy altos y por lo general poseen una limitada capacidad de cubrir su déficit de ingresos”, indicaron la CEPAL y la OIT.

Según el país el dinero recibido oscila entre 0,50 y 60 dólares, por lo que "aun recibiendo transferencias a través de los programas, las familias seguirán dependiendo de su propio esfuerzo para salir de la condición de pobreza y mantenerse fuera de ella”, indicaron los organismos que realizaron el estudio.

Dentro del informe se realizaron evaluaciones de impacto de los planes en Argentina, Brasil, Chile, Honduras, México, Nicaragua y Paraguay. En ninguna de ellas se han encontrado los supuestos desincentivo a la inclusión laboral de quienes reciben los planes.

Lo que si se logró desalentar es el trabajo infantil, ya que al recibir sus padres dinero pueden enviar a sus hijos a la escuela y no a trabajar.

Otro impacto que se observó gracias al informe es que los programas han hecho elevar los salarios de los trabajadores. Esto se debe a que las personas ya no aceptan un salario bajo porque tienen asegurado un ingreso mínimo, que son las transferencias condicionadas.

Una nota de Alejandro Rebossio en el portal de El País indicó que los organismos de la ONU difundieron que la informalidad laboral disminuyó 54,6% en 1990 al 49,1% en 2009 en Latinoamérica. “Por lo tanto, no parece acertado atribuir a la protección social no contributiva el aumento de la informalidad”, señaló le estudio de la CEPAL y la OIT.

Sin embargo, desde el mismo estudio informan que hay resultados ambiguos, ya que por ejemplo en Uruguay se detectó que algunos trabajadores prefieren estar trabajando "en negro",es decir, de manera informal, para mantener el beneficio de parte del Estado. Lo que la CEPAL y la OIT recomendaron en el informe es que no se castigue al trabajador que consigue un trabajo formal sino que se lo estimule. Además de que "el trabajador pobre con baja calificación suele carecer de la opción entre emplearse en la formalidad o la informalidad y acaba siempre en la economía sumergida", conluyó la nota de EL País.


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