Habitantes del Elefante Blanco conviven con basura a un año de intimación judicial

Los habitantes del Elefante Blanco conviven con basura, ratas y falta de agua potable a un año de intimación judicial.

La convivencia con basura, ratas y la falta de agua potable y cloacas es cotidiana para las familias que habitan el edificio del "Elefante Blanco", lindero con la Ciudad Oculta, en el barrio porteño de Villa Lugano, a un año de que la jueza Elena Liberatori, tras una visita al lugar, intimara al Gobierno de la Ciudad a realizar obras para mejorar la calidad de vida de los vecinos.

La magistrada, junto a la Defensoría General de la Ciudad, que impulsa la causa para que los habitantes del Elefante Blanco tengan una mejor calidad de vida, realizaron una recorrida por el lugar para constatar el avance de las obras con la que se había comprometido el gobierno porteño ante la Justicia.

Ramiro dos Santos Freire, defensor adjunto, quien formó parte de la recorrida aseguró a Télam que el gobierno porteño "realizó algunas obras como la limpieza de la basura en el primer subsuelo del edificio pero aun resta sacar toneladas de residuos en el segundo y tercero".

Agregó además que uno de los elementos nuevos "es que se incrementó la cantidad de casas precarias montadas en los alrededores del edificio, que forman parte del predio y también son objeto de la causa judicial y que padecen los mismos problemas que los vecinos que habitan dentro del inmueble". En este sentido remarcó que estos vecinos, "que forman parte de la misma problemática aún no resuelta, conviven con un cementerio de autos".

"Esto es algo que pasa en muchas villas como la Rodrigo Bueno o lo que fue el barrio papa Francisco y constituye un gravísimo problema ambiental porque tornan a los terrenos inviables para una posible planificación urbana, mientras que son otro foco de contaminación para los habitantes", sostuvo el defensor.

Precisó además que otro factor grave aún no solucionado "es que los habitantes no tienen agua potable, ni cloacas. Logran proveerse de agua a través de cañerías clandestinas en pésimo estado y por su característica consumen agua contaminada. Esta es la razón por la que los chicos se enferman".

Dos Santos reconoció que el Gobierno de la Ciudad "a través de subsidios redujo la cantidad de personas que viven en el edificio y esto es algo positivo en la medida que las viviendas que consigan sean estables y con todos los servicios, es decir una vivienda digna, pero lo que más nos preocupa -apuntó- es la situación individual de los vecinos por eso apostamos a intensificar el diálogo con ellos y por supuesto con el Gobierno de la Ciudad para que cumpla con las obras prometidas".

El 20 de diciembre del 2013 la jueza Liberatori hizo lugar a un recurso de amparo presentado por los vecinos y le exigió al gobierno porteño la limpieza del basural y la provisión de agua potable dado que los habitantes del lugar habían referido que contraían todo tipo de enfermedades, especialmente por los niños, por la exposición constante con la basura.

En abril del año pasado, la magistrada intimó al Gobierno de la Ciudad a cumplir con las obras que había exigido a través de la cautelar tras realizar una nueva inspección ocular al lugar y constatar que se habían efectuado muy pocos avances en cuatro meses y que la situación sanitaria de las 120 familias residentes era grave.

En setiembre del 2014 la magistrada convocó al gobierno porteño a una audiencia, junto con los vecinos, ya que nuevas denuncias realizadas ante la Defensoría General de la Ciudad daban cuenta que el gobierno porteño no había avanzado en las obras y solo ofrecía subsidios a los habitantes para relocalizarlos.

Los vecinos rechazaban ese dinero ya que consideraban que era escaso en función de sus necesidades, aunque tras la nueva inspección ocular realizada hace pocos días la jueza constató que se había reducido la población que habitaba en el inmueble.

Fuentes de la Defensoría de la Ciudad dijeron a Télam que "Liberatori tiene previsto convocar a una nueva audiencia para evaluar el avance de las obras que, si bien algunas se hicieron, no alcanzan para satisfacer las necesidades de los vecinos".

En el barrio es común ver chicos aunque también gente grande padeciendo enfermedades respiratorias, trastornos gástricos y alteraciones dermatológicas, como ronchas y sarpullidos, provocados por la contaminación que trae aparejada la acumulación de basura y agua en los dos subsuelos del edificio.

Los vecinos manifestaron en reiteradas oportunidades el deseo de que se urbanice la zona pero saben que el gobierno porteño no planifica esta acción por lo que los delegados "pelean de mínima mejorar las condiciones ambientales", sostuvieron.

El Elefante Blanco es un edifico de 16 pisos a medio construir que estaba destinado a ser el hospital más grande de Latinoamérica, pero el proyecto, que data de 1923, fue abandonado por los sucesivos gobiernos, por lo que sus tres primeros pisos fueron ocupados por familias sin vivienda, algunas de ellas desde hace unos 40 años.

El edificio está ubicado en el cruce de las avenidas Eva Perón y Piedrabuena en el barrio de Villa Lugano y de acuerdo al último censo era ocupado por 312 personas, de las cuales el 47,1 por ciento eran niños y adolescentes que vivían en 75 precarias casillas construidas en los recovecos del inmueble.


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