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- 20.11.2014
Comienza el X Festival de Títeres para Adultos
El evento a cargo de la productora ejecutiva, Carolina Erlich, se realizará en las salas porteñas Celcit y Pan y Teatro. Comienza hoy y finaliza el domingo 30, participarán elencos locales y del interior del país.
Carolina Erlich es discípula de Julio Chávez, Lorenzo Quinteros, Cristina Banegas. Es actriz y titiritera de la Escuela de Titiriteros del Teatro San Martín, supo ser fundadora del grupo El Bavastel. En esta oportunidad toma las riendas de esta acontecimiento anual que cambia al habitual público infantil por personas mayores.
"Yo me inicié estudiando actuación en mi adolescencia ya que tomé la decisión de ser actriz y tuve un paso universitario por Historia, pero en algún momento decidí que lo mío no iba a pasar por otro lado que el teatro; así que encontré un curso de títeres en 1993 y formamos la compañía El Bavastel, que ya cumplió 21 años", dijo Erlich en diálogo con Télam.
En relación a las características del títere para adultos, Erlich indicó: "La diferencia entre ellos y los niños es básicamente el lenguaje, la codificación: cuando uno se expone a un nene utiliza un lenguaje especial, unos tiempos más lentos, una manera 'simpática' de dirigirse al niño, y eso es diferente al enfrentar a un par".
"Si bien hay cosas que son universales (espectáculos para adultos que los niños pueden ver y viceversa, que tienen mucho material para que el adulto disfrute y se enganche), en el teatro queda clara la situación; en el teatro se hace la aclaración al revés, en los títeres solemos aclarar cuando es para adultos", expresó.
Otra distinción en el público adulto es que se pueden tocar temas que Erlich califica de "ríspidos, oscuros, angustiantes, comprometidos, de terror, un abanico enorme que no quiere decir que los títeres sean de terror ni que sean políticos, ni pornográficos, aunque puedan serlo y son asuntos que dejan al niño bastante afuera porque hay que protegerlo", estimó la directora.
"Todo tiene que ver qué se quiere expresar, cómo y con qué, hay espectáculos que no se pueden contar con otra cosa -señaló- y también con el recorrido de cada intérprete, yo me siento muy cómoda con el títere de mesa y con el teatro de objetos."
Erlich dijo sentir un gran respeto por los marionetistas, por su paciencia, "porque el hilo es algo complicado y están entrenados para hacer eso, tienen un temple particular; pero es como el teatro de Oriente, que uno lo mira y dice: es muy bueno pero yo no lo puedo hacer".
Carolina Erlich es discípula de Julio Chávez, Lorenzo Quinteros, Cristina Banegas. Es actriz y titiritera de la Escuela de Titiriteros del Teatro San Martín, supo ser fundadora del grupo El Bavastel. En esta oportunidad toma las riendas de esta acontecimiento anual que cambia al habitual público infantil por personas mayores.
"Yo me inicié estudiando actuación en mi adolescencia ya que tomé la decisión de ser actriz y tuve un paso universitario por Historia, pero en algún momento decidí que lo mío no iba a pasar por otro lado que el teatro; así que encontré un curso de títeres en 1993 y formamos la compañía El Bavastel, que ya cumplió 21 años", dijo Erlich en diálogo con Télam.
En relación a las características del títere para adultos, Erlich indicó: "La diferencia entre ellos y los niños es básicamente el lenguaje, la codificación: cuando uno se expone a un nene utiliza un lenguaje especial, unos tiempos más lentos, una manera 'simpática' de dirigirse al niño, y eso es diferente al enfrentar a un par".
"Si bien hay cosas que son universales (espectáculos para adultos que los niños pueden ver y viceversa, que tienen mucho material para que el adulto disfrute y se enganche), en el teatro queda clara la situación; en el teatro se hace la aclaración al revés, en los títeres solemos aclarar cuando es para adultos", expresó.
Otra distinción en el público adulto es que se pueden tocar temas que Erlich califica de "ríspidos, oscuros, angustiantes, comprometidos, de terror, un abanico enorme que no quiere decir que los títeres sean de terror ni que sean políticos, ni pornográficos, aunque puedan serlo y son asuntos que dejan al niño bastante afuera porque hay que protegerlo", estimó la directora.
"Todo tiene que ver qué se quiere expresar, cómo y con qué, hay espectáculos que no se pueden contar con otra cosa -señaló- y también con el recorrido de cada intérprete, yo me siento muy cómoda con el títere de mesa y con el teatro de objetos."
Erlich dijo sentir un gran respeto por los marionetistas, por su paciencia, "porque el hilo es algo complicado y están entrenados para hacer eso, tienen un temple particular; pero es como el teatro de Oriente, que uno lo mira y dice: es muy bueno pero yo no lo puedo hacer".
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