Inés Barrionuevo compite en el Bafici con "Atlántida", su ópera prima

La cineasta cordobesa entrará en la Competencia Argentina del 16to. Bafici con su primer largometraje, "Atlántida", título que -según afirmó- alude a "una metáfora del mundo adolescente como un universo idílico o una ciudad ideal perdida debajo del mar".

La primera película de Barrionuevo llega a Buenos Aires después de ganar la Mención Especial del Jurado en la Competencia Internacional del 26to. Festival Internacional de Cine Latino de Toulouse, en Francia, y de competir en la sección Generation del último Festival Internacional de Cine de Berlín.

La película transcurre en un pueblo rural de la provincia de Córdoba, donde dos hermanas adolescentes -cuyos padres están ausentes desde hace días- se enfrentan a los temores y a la incertidumbre que les produce su despertar sexual y la necesidad de satisfacer sus deseos más profundos.

"Es una edad que está llena de conflictos y también de mucha vida, en la que uno debe atravesar cosas muy complicadas. La película se refiere a cómo uno vive los primeros amores en la adolescencia, que siempre es una forma de experimentar esas cosas de manera muy intensa", señaló Barrionuevo, quien trabajó durante siete años para plasmar esta historia en imágenes.

En una entrevista con Télam, la cineasta señaló que en el largometraje "hay algunas cosas mías y otras de mi propia historia, como algunos recuerdos de mis amigos y otros de mi madre. Es como si fuera un rompecabezas compuesto por historias personales y otras ajenas a mí que me interesaba incorporar".

Protagonizada por Florencia Decall (joven cordobesa que había debutado en "El espacio entre los dos", de Nadir Medina), Melissa Romero y Guillermo Pfening, "Atlántida" transcurre en un pequeño pueblo de casas bajas donde Elena y Lucía comparten momentos con sus amigas, y mientras una se aburre mirando TV con una pierna enyesada, la otra pasa el tiempo nadando y estudiando para ingresar a la Facultad de Arquitectura.

La rivalidad e incomprensión mutua las va separando y las deja solas frente a sus desesos y temores más íntimos: mientras una se enamora del médico que la atiende, varios años mayor que ella, la otra va descubriendo su verdadera orientación sexual.

"Quería describir un mundo de adolescentes y sabía que era importante el espacio, por lo que elegí un pueblo del sur de Córdoba rodeado de campos. Me parecía importante poner a las protagonistas en ese contexto, porque creo que da cuenta de sus conflictos personales", explicó Barrionuevo.

La directora, que antes de dedicarse al cine se licenció en Ciencias de la Comunicación, agregó que buscaba "que ellas vivieran un paréntesis, un día diferente en el que los adultos están ausentes y así pueden ocurrir cosas distintas y seguir más sus deseos".

"Cuando uno atraviesa la adolescencia es muy difícil pensar sobre su propia situación. Quería arrojarlas ahí, en ese universo, y que se fueran moviendo. Me parecía importante contar ese momento donde hay que tomar muchas y hay que dar un primer paso", añadió.

Ganadora del concurso Raymundo Gleyzer del Incaa, Barrionuevo sostuvo que al escribir la película "pensaba a los personajes moviéndose a través de un deseo. Hay una cuestión muy sensual entre los personajes. Sobre todo en cosas que son descubrimientos, cosas prohibidas y muchas veces tabú".

"Me interesaba indagar más sobre el descubrimiento y el deseo que sobre la sexualidad. La puse en fuera de campo a la sexualidad, en off, porque si bien hay mucho sexo, siempre está latente o por detrás, justamente porque la película tiene que ver más con la exploración del deseo que atraviesa a las protagonistas", añadió la directora, que había competido en el Festival de Locarno con su corto "La quietud".

Con respecto a la puesta en escena señaló que "quería una cámara bastante flotante en relación a los movimientos de los personajes, ya que tenía que seguirlos muy libremente porque son adolescentes".

"Puse mucho el acento en lo actoral, sabía que ese era el punto más importante y decidí que la puesta en escena fuera funcional a las actuaciones", agregó.

Barrionuevo se asume como parte de una gran movida cinematográfica en Córdoba, donde existe un grupo de realizadores cada vez más amplio y con más talento, entre los que figuran algunos que vienen filmando hace años, como Santiago Loza y Liliana Paolinelli, y otros más nóveles como Rosendo Ruiz y Mariano Luque.

"Cine cordobés hubo siempre pero ahora hay mucha más visibilidad. Debido a un acompañamiento del Estado y a un fomento más federal hay mucha más producción que antes. Pero además hay mucha gente que está trabajando de manera independiente haciendo cosas totalmente por afuera del Incaa, un poco ayudados por las nuevas tecnologías que son más accesibles", afirmó.



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