Los indies de acá

Por Sebastían Scigliano
Este viernes empieza en Buenos Aires el festival “Indies del Sur”, un proyecto que se propone reunir músicos alternativos de todo el subcontinente y hacerlos girar juntos por distintos escenarios. Con producción de Matías Cella – que está detrás de Jorge Drexler y Kevin Johansen, por caso – la primer pareja en salir al ruedo son el sorprendente dúo peruano Alejandro y María Laura y el cordobés Luciano Levín, una ascendente figura del mundillo crooner local. Además de compartir música y escenario, los tres transitan las mismas experiencias con sus canciones, con la repercusión que ellas tienen y con los modos en que nacen y circulan. “Hay que ser buena onda con los músicos porque es una carrera difícil”, dicen.

¿Cómo se llevan con la Idea de lo “indie”?
Alejandro: lo primero que hay que decir es que el festival es una idea genial; es genial que pueda existir un circuito de música alternativa, que no esté hacha para el consumo masivo sin pensar. Son pequeños nichos que encontramos en cada ciudad y para los que hay público en cada lugar. Sobre la idea de lo indie, a mí y a María Laura siempre nos costó entrar en alguna categorización, pero poco a poco nos dimos cuenta de que era necesario ponernos en alguna, para que te ubiquen y te relacionen con bandas que te gustan. A mí me gusta lo que hace Luciano, entonces está bueno que me relacionen con eso. Creo que hay algo en común que, más allá de los instrumentos que utilices, que es la libertad y la independencia para hacer lo que a uno le parezca. Nosotros hacemos lo que queremos con la música, no porque tengamos muchas habilidades (risas); dentro de lo que podemos, claro, y dentro de los géneros y del tipo de música que queremos hacer, no le debemos nada a nadie, y no hay límites.

Luciano Levín: Lo del género por ahí es muy exquisito, encontrar la etiqueta precisa de qué hacés, a qué pertenece lo que hacés. Lo que hacen los chicos, por ejemplo, es precioso, y está entre varios géneros y es un género nuevo también, tiene un color particular, y lo mío también anda por eso lado. Que son canciones, que no es pop, necesariamente, ni tampoco rock, ni baladas. Tal vez solo la palabra indie nos haya unido esta vez, y estamos ahí adentro.

¿Lo Indie es un sonido o es la condición de un proyecto?
A: en Lima pasó ahora algo muy chistoso: indie significa ponerte un gorrito de costado y usar lentes, a pesar de que no lo necesites. Es eso, no sé si es un sonido. A mí me gustaría pensar que, si bien somos indie ahora, dentro de diez años cuando la fiebre indie haya pasado, yo pueda seguir haciendo música y que me digan que soy lo que quieran. Es como una excusa, solamente, para hacer música y que la gente te encuentre.

María Laura: es usar una categoría, aunque no te gusten las categorías, y poder llegar a más gente. Si alguien ha escuchado una banda indie que le gustó de Europa o de Estados Unidos y puede asociarla de esa forma a nuestra música, que llegue a nosotros a través de eso está bien.

A: no nos alimentamos, de todas formas, solamente de ese sonido indie. A mí me gustan los Beatles, y Spinetta, y Chabuca Granda.

¿Qué música escuchan?
L: ayer me escribía justamente con un periodista de Córdoba, que tiene una idea de la que yo me agarro mucho, que es que trato de escuchar lo que sé que no puedo componer, por una cuestión de desintoxicar un poco el oído, porque si escucho mucho lo que sé que puedo hacer, el desafío es cero. Y puedo escuchar mucho tango, o Tonny Benett, porque sé que no voy a cantar nunca una canción como ellos, y que es imposible componerla y va ser imposible de ejecutarla. Trato de equilibrar el oído, y también si es posible no escuchar canciones, también está bueno. Tengo la misma formación que pueden tener los chicos, Beatles, Beach Boys y esas cosas. Pero también puedo escuchar a Tito Schipa, un contemporáneo a Gardel que descubrí y que está buenísmo, y que se que eso que él hacía yo no lo voy a poder hacer, y está buenísimo.

ML: antes de comenzar el proyecto con Alejandro, yo estuve en una escuela de jazz, y empecé a escuchar mucho jazz de los años 20´, pero sobre todo de voces, esos grupos vocales a 5 voces o 6 voces, y también las solistas, como Ella Fitzgerald o Nina Simone, que me encantaban. Ahí empecé a agarrarle el gusto a hacer solos con la voz, de poner a la voz como protagonista de una banda, porque antes había estado en esas bandas que te ponen el micrófono que no suena, y que tienes que luchar contra el baterista para que te escuchen, y esas cosas. Y el mundo del jazz fue descubrir eso, que me podían escuchar, que se escuchen los matices. Cuando lo conocí a Alejandro comencé a escuchar más rock, a Spinetta, por ejemplo, que me encantó. A veces, como dice Luciano, es bueno escuchar cosas más alejadas del sonido propio. Yo hago eso, y puedo escuchar Talking Heads, por ejemplo, o algo que yo no vea nunca interpretando, pero que pueda ayudar a afirmar el estilo.

A: Yo siento que hay algo con el lenguaje, que a pesar de que hablo inglés y de que entiendo inglés muy bien, cada vez disfruto más del folclor de las canciones, no como un género, sino en el sentido de la historia de las canciones, para entender de qué va, o de dónde vienen. Por ejemplo, me encanta Velvet Underground, pero escucho a Lou Reed hablar sobre prostitutas y travestis de Nueva York y siento que es algo tan específico, que por más que me encante, se me escapa. Siento que tengo que ir ahí, a la calle donde vivió él. Tengo una predisposición a que me gusten cosas que encuentro cercanas. Por eso es tan bonito poder viajar, poder conocer otros sitios.

Vienen de lugares con tradiciones musicales muy fuertes, Perú, Córdoba, pero que ustedes no transitan musicalmente. ¿Cómo se llevan con eso?
ML: a mí me encanta la música criolla de Perú. Chabuca Granda, como canta autora, es lo mejor que se vio en Perú. Y no se escucha tanto, más allá de El Puente de los suspiros o La flor de la canela. Hay mucho más, que a mí me parece muy rico, y creo que sí está en nuestra sangre. Justamente, hicimos ahora una canción que se llama Jaula, y que escribimos con una porción de ese sonido más tradicional, con el cajón y eso, y cantó Susana Baca ahí, que un poco la legitimó. Lo disfrutamos mucho, pero quizás está tan mezclado con el resto de las cosas que escuchamos del mundo, que no está tan presente en nuestro lenguaje como grupo.

A: cuando conversábamos sobre el disco, que se llama Fiesta para los muertos, y que eso ya representa en sí una tradición folclórica, pensamos que en realidad no es un disco de música folclórica, sino que tiene una deuda con el folclor, o con la tradición, y que eso es muy distinto, porque te acercas desde algo mucho más sensible, y no algo académico, no algo estudiado.

ML: incluso en la entrevista que le hacen a Susana Baca en el programa Encuentro en el estudio, ella menciona algo que decía Chabuca, que ella no componía landó, sino que componía “por landó”, porque le gustaba y porque quería hacer algo como tributo, como homenaje. Porque el landó ella no lo tenía en la sangre, sino en la cultura, igual que nosotros. Era más música de callejón, y ella era una señora más pituca, de barrio lindo. Nos ha pasado que le tenemos mucho respeto a esa música, y por eso el homenaje.

L: en Córdoba la presencia del cuarteto es una cosa muy determinante, y hay poco espacio para el resto. Yo me incluyo en el cuarteto también desde lo cultural, y no desde lo musical. Para mí es imposible componer eso, porque tampoco es algo que yo esté viviendo. Lo que sí me ha llegado del cuarteto, en todo caso, es el tipo de humor, y el tipo de historia que ellos cuentan. Alguna vez La Mona Jiménez decía que si venías a Buenos Aires, y te dejaba una mujer, un porteño escribía un tango y un cordobés hacía un cuarteto, que el cordobés se reía y bailaba con eso.

ML: igual que el festejo, la música afroperuana, también tiene eso. Hay uno que dice “llora que te llora, mueve su cucú”, que es la negrita que baila porque acaban de enterrar a su esposo.

L: en las letras de cuarteto por ahí encontrás historias de tipos que están presos y le escriben a sus esposas, historias crueles, que la gente baila con una sonrisa.

¿Les parece que la colaboración entre músicos es un rasgo de su generación?
ML: para mí es natural, sobre todo en los viajes. En Argentina o en Chile no somos tan conocidos como en Perú, y de alguna forma nos “conviene” asociarnos con músicos que nos gusten y que tengan su público, y con los que nos puedan asociar.

A: al mismo tiempo creo que también hay algo de buena onda, de que hay que ser buena onda con los músicos porque es una carrera difícil. Lo digo para nosotros pero también para los demás. En Lima, por ejemplo, vamos a hacer un concierto en el que invitamos a una chica de 17 año que canta increíble, que compone increíble y que escuchamos en sound cloud y la invitamos por correo. Sabemos también que empezar es muy difícil, y está bueno que hay bandas un poquito más grandes que ayuden a las otras.

L: esa sociedad está buenísima, siempre, y como dice Ale, es muy espontáneo. Ayer pensaba de hecho, que hay una canción de ellos que me gusta mucho, que es Estrellas de Hollywood, y que yo tengo una letra en un disco anterior que también es una historia parecida, como audiovisual, como teatral. Y ayer pensaba que nos podíamos encontrar en un ascensor y en un trayecto componer una canción que hable de lo mismo, pero por afinidad misma, ni siquiera por la cuestión estratégica de asociar unos músicos con otros.

¿Y qué esperan de los shows como resultado de este encuentro?
A: espero que la pasemos bien nosotros y el público, y que sí haya ese encuentro. Regreso a lo que decía de Lou Reed: que la gente entienda un poco de dónde venimos.

L: las expectativas son geniales, incluso después de estos cinco conciertos, yo me saco la ciudadanía peruana (risas). Va a estar buenísimo, la unión entre las dos propuestas, Matías Cella como productor de los dos, no tengo dudas de que va a ser precioso.

¿Qué esperan para sus carreras?

ML: hemos venido creciendo lento y seguro, con el facebook que nos viene dando las estadísticas correspondientes, para saber que no es que todo está en nuestras cabezas, sino que es real. En estos próximos dos años queremos viajar mucho, y seguir construyendo una base de público en diferentes lugares, que nos ayuden a poder seguir haciendo discos.

A: estamos componiendo la música de una película, en Lima, del primer largo del director de nuestros videos, Brian Jacobs. Y que va a ser un musical, con lo que la música va a ser muy importante. Queremos sacar un libro para chicos, también, que se va a llamar El pez cachetón de China, que es un tema del segundo disco. Y como dice María Laura, viajar, tocar y componer, que son un poco las tres bases de los años que se vienen.

L: por mi lado, la idea de mostrar mis canciones, y sentarme a grabar canciones que completen este EP, que se llama Los dos. Y tocar hasta abajo del agua, como dice Matías, nuestro productor, porque por una parte está ese proceso de sentarse a componer y a grabar, y está esto, que es sacar la canción afuera para que termine de crecer y cumpla su ciclo.

ML: es muy lindo cantar tus canciones con otros y que sigan mutando. Con cada músico que tocamos, aparece una idea que va cambiando la canción, la va transformando, y eso es bonito. O interpretarlo en el momento, según cómo te toque el público esa noche.

 


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