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- 12.03.2014
Macri aumentó el subte 80 por ciento en cuatro meses y aseguró que ese incremento "refleja la inflación"
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, justificó la suba de 80 por ciento en cuatro meses de la tarifa del subte que el 1 de noviembre costaba 2,50 pesos y el próximo viernes pasará a valer 4,50; al asegurar que "refleja la inflación".
Sin embargo, la medición que realiza el propio gobierno porteño dio como resultado que entre noviembre y febrero, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) registró una suba de 13,24 por ciento, es decir, 66,76 puntos porcentuales menos que el ajuste efectivamente realizado sobre la tarifa del subte.
Si, como dice Macri, el aumento reflejara la inflación, el costo por viaje debería haber pasado de 2,50 a 2,85 pesos, cifra aun inferior a los 3,50 que significó el ajuste aplicado en noviembre último, que ya había resultado de un 40 por ciento.
"Refleja la inflación, lamentablemente la inflación es un saque. La inflación ataca primero a los que menos tienen", aseguró Macri. El jefe de Gobierno porteño sostuvo que la suba del subte "no es un aumento, es un ajuste inflacionario", y argumentó que esto es así porque "la mayoría de las cosas que usa el subte son importadas", y por "el aumento de los salarios" de los trabajadores. "El aumento de los costos del subte reflejan la inflación que tenemos, con la devaluación", insistió Macri.
Si a partir de los dichos del jefe de Gobierno porteño se analizan los verdaderos impactos de los incrementos en los costos y su real incidencia en el valor de la tarifa, la ecuación da resultados muy diferentes a los cálculos macristas.
Según cifras de la propia Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), la mano de obra representa 58 por ciento del costo de explotación del servicio.
En 2013, los trabajadores del subte obtuvieron un aumento salarial de 23 por ciento, con lo cual el monto destinado a salarios representó un incremento de 10,34 en la estructura de costos.
Lo que podría ser material importado, que Macri asegura que es "la mayoría", está dentro de los gastos de mantenimiento y de operación que en su conjunto representan 16 por ciento del costo de explotación.
Si se tiene en cuenta que en un año el peso se devaluó 54,11 por ciento, al pasar de 5,10 pesos en marzo del año pasado a los actuales 7,86; la incidencia en el costo total de explotación del subte no debería ser mayor a 8,65 por ciento; y esto, haciendo de cuenta que todo el costo de operación y mantenimiento está atado al dólar, lo cual no es así, sino que ciertos insumos son de producción nacional.
En consecuencia, sumados ambos costos, salarios más mantenimiento y operación, la incidencia de la inflación y la variación del tipo de cambio en el total no supera 19 por ciento; muy lejos del 80 por ciento del incremento aplicado por el gobierno porteño en los últimos cuatro meses.
Teniendo en cuenta el impacto real de las variables que inciden en el costo de explotación del servicio, y no la inflación en general, la tarifa del subte debería haber pasado de 2,50 a 2,98 pesos.
Sin embargo, la medición que realiza el propio gobierno porteño dio como resultado que entre noviembre y febrero, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) registró una suba de 13,24 por ciento, es decir, 66,76 puntos porcentuales menos que el ajuste efectivamente realizado sobre la tarifa del subte.
Si, como dice Macri, el aumento reflejara la inflación, el costo por viaje debería haber pasado de 2,50 a 2,85 pesos, cifra aun inferior a los 3,50 que significó el ajuste aplicado en noviembre último, que ya había resultado de un 40 por ciento.
"Refleja la inflación, lamentablemente la inflación es un saque. La inflación ataca primero a los que menos tienen", aseguró Macri. El jefe de Gobierno porteño sostuvo que la suba del subte "no es un aumento, es un ajuste inflacionario", y argumentó que esto es así porque "la mayoría de las cosas que usa el subte son importadas", y por "el aumento de los salarios" de los trabajadores. "El aumento de los costos del subte reflejan la inflación que tenemos, con la devaluación", insistió Macri.
Si a partir de los dichos del jefe de Gobierno porteño se analizan los verdaderos impactos de los incrementos en los costos y su real incidencia en el valor de la tarifa, la ecuación da resultados muy diferentes a los cálculos macristas.
Según cifras de la propia Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), la mano de obra representa 58 por ciento del costo de explotación del servicio.
En 2013, los trabajadores del subte obtuvieron un aumento salarial de 23 por ciento, con lo cual el monto destinado a salarios representó un incremento de 10,34 en la estructura de costos.
Lo que podría ser material importado, que Macri asegura que es "la mayoría", está dentro de los gastos de mantenimiento y de operación que en su conjunto representan 16 por ciento del costo de explotación.
Si se tiene en cuenta que en un año el peso se devaluó 54,11 por ciento, al pasar de 5,10 pesos en marzo del año pasado a los actuales 7,86; la incidencia en el costo total de explotación del subte no debería ser mayor a 8,65 por ciento; y esto, haciendo de cuenta que todo el costo de operación y mantenimiento está atado al dólar, lo cual no es así, sino que ciertos insumos son de producción nacional.
En consecuencia, sumados ambos costos, salarios más mantenimiento y operación, la incidencia de la inflación y la variación del tipo de cambio en el total no supera 19 por ciento; muy lejos del 80 por ciento del incremento aplicado por el gobierno porteño en los últimos cuatro meses.
Teniendo en cuenta el impacto real de las variables que inciden en el costo de explotación del servicio, y no la inflación en general, la tarifa del subte debería haber pasado de 2,50 a 2,98 pesos.
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