Sandra Gugliotta, directora de 'La Toma': La película es "una foto de un momento histórico"

A cuatro años de realizado, el documental “La toma”, de Sandra Gugliotta, conserva la fuerza testimonial que surgió cuando los estudiantes de colegios secundarios porteños, como el Nicolás Avellaneda, comenzaron a reclamar por una mejor calidad de la educación pública y la infraestructura edilicia de sus escuelas.

La directora, responsable de títulos como "Un día de suerte" y "Las vidas posibles", mostró tanto los alumnos más concientizados en encarar una puja por esas mejoras y también a los indecisos.



LA TOMA - de Sandra Gugliotta. (2013) ESTRENO 24 de OCTUBRE! from 16M.films on Vimeo.

A propósito del estreno del filme, hace unos días, y con todos los devenires de las tomas que acaecieron este año encima, Nueva Ciudad le hizo una entrevista a Gugliotta.

¿Quería saber cómo surgió la idea de hacer la película, cómo llegaron a realizarla, por qué esa toma en particular y por qué en ese momento?

Yo estaba trabajando desde antes con un proyecto que era en el Nicolás Avellaneda que en principio tenía que ver con un proyecto sobre género – un documental sobre género –, el año anterior había estado dos meses en la escuela con una cámara muy chiquita, sola, y en ese año 2010 empecé a filmar. En realidad empecé a seguir al Centro de Estudiantes que estaba comandado por mujeres, por chicas – sobre todo las candidatas eran chicas, la presidenta había sido una chica, iba a haber elecciones y se estaban organizando -, y mientras estaba siguiendo eso empezaron a pasar las tomas. Ya habían tenido ellos una tradición de tomas, y durante el transcurso del año se fueron haciendo cada vez más fuertes, más importantes, los chicos fueron protagonistas. Y nosotros ya teníamos construido el vínculo y la relación con ellos.

¿La película cuándo la terminaron?

Costó mucho terminarla – también por otras cosas – porque había muchísimo material. Habíamos grabado entre 70 y 90 horas. No fue un material fácil de editar porque nosotros teníamos muchas asambleas grabadas y son larguísimas. Y es mucho material de gente hablando, y mucha charla. Fue un material difícil de resumir. Bueno, ganó un premio de “montaje”, ¡muy bien ganado!

¿Te llevó mucho tiempo el “armado” de la película?

Mirá había un guión previo por supuesto, como proyecto, como guión documental, como un proyecto de investigación, que la verdad que no se siguió nada. Lo único que siguió fueron algunos personajes y Enrique, el Vicerrector, que siempre había sido como un protagonista y un tipo que iba a narrar una historia, uno podía apostar a eso porque la verdad que es un personaje muy claro, muy interesante, muy atractivo.

Pero después, cada vez que nosotros íbamos, el trabajo te traía cosas nuevas, como que veníamos después y pensábamos lo que habíamos hecho en el día o había pasado y medio redefiníamos hacia dónde debíamos ir. Porque tenía varias complejidades el material que nosotros teníamos: hay como muchas películas posibles, muchas otras que no son las que elegimos hacer por distintos motivos. Esta estaba contada, estaban todos los elementos. Además es difícil trabajar con adolescentes

¿Por qué eligieron contar esta película de esta manera, entre otras películas posibles?

Mirá, había una película muy interesante sobre las desigualdades que se veían en ese año en particular en esa escuela. Pero me parece que no era la propuesta y no era quizás “la” escuela para contar eso, porque el Avellaneda tiene una tradición de Escuela Pública que era de un nivel elevado y una escuela donde tradicionalmente se debate política. Entonces era coherente con la escuela que hablemos de eso.

Después había historias que tienen que ver con historias o relatos posibles sobre muchas cosas que le pasan a los chicos y, bueno, si vos tenés alguna relación con eso…

Es muy duro a veces el tema de los adolescentes y de lo que éstas desigualdades produjeron en ellos. Entonces el hecho de estar en contacto con ellos, sea el docente o nosotros que pudimos ser observadores diarios, la verdad es que yo pensaba que era un lugar de privilegio - en el sentido que la gente no sabe lo que pasa adentro de esas paredes: las dificultades que tienen los chicos, los problemas que tienen; el trabajo de barricada que hacen los docentes para tratar de generar cosas, para tratar de llevarlos adelante, para tratar de igualar situaciones culturales, de aprendizaje, intelectuales y emocionales que están terriblemente desigualados.

¿Cuándo y dónde la estrenaron?

La película se estrenó el 24 de octubre en el Cine Gaumont, pero nosotros decidimos con lo de las tomas ponerla libre en internet. Fue bastante bueno porque tuvimos un montón de bajadas y visualizaciones inmediatas y nos parecía que, por el tipo de material, es para que circule porque básicamente es un material que tiene – para mí – un valor de registro. Es difícil registrar eso con intimidad.

Haberlo puesto ahí desde el comienzo es una gran cosa.

Me parece que es como una foto de – como me decía una amiga - “una foto de un momento histórico”, de lo que le pasa a los chicos, y yo creo que les pasan muchas cosas. Yo creo que en esto de las tomas, ellos lo pueden expresar muy bien. Cuando uno los escucha, ellos expresan con claridad. Creo que nosotros, mediatizados por los medios, no tenemos exactamente la información de los que ellos están reclamando. Pero creo que ellos, en estos reclamos, están también haciendo un reclamo sobre un estado de las cosas de los adolescentes hoy. Me parece a mí, esta fue mi vivencia.

¿Cuál te parece que sería?

Yo siento que hay un abandono desde lo público y desde lo privado. De las situaciones familiares, como una no-escucha, como que los pibes están bastante solos. Y siempre hay esa dualidad en los adolescentes, como una especie de “yo puedo todo y yo soy grande y ya soy adulto y ya estoy de vuelta”, y hay una gran debilidad. Son muy especiales. Tienen esa esperanza y esa energía, por un lado. Y por el otro lado, que también hace difícil el rodaje: el caos, el desorden y la espontaneidad. Son todas cosas que conspiran contra una cierta planificación del trabajo de rodaje.

Calculo que, como vos decías, la subieron a partir de las tomas que hubo hace unas semanas.

Sí.

¿La vieron los chicos -los protagonistas-?

Están encantados. Además te generan, vinieron a las funciones – porque tuvimos varias, en el BAFICI y en distintos lugares que vamos haciendo funciones especiales – y es genial porque cuando ellos vienen te generan la situación de debate ahí mismo. Te producen las mismas situaciones en la sala. Ellos generan esa pasión. Los pibes que están involucrados en el tema o están militando y mismo, bueno ahora, siempre hay acá situaciones conflictivas en este país. Siempre hay algo porque la gente se apasiona (risas). Pero ellos se apasionan todavía mucho más.
Este debate es muy interesante, además generó la situación de debate permanente…

Se cruzan necesidades desde lo material hasta cuestiones del planeamiento de sus carreras, cuestiones de clase. Estoy pensando en el Nacional

Sí…

Con respecto al involucramiento político de los chicos, lo que me generó a mí, en algún punto, es como que no se involucraban todo lo que tendrían que haberse involucrado o no les importaba a todos por igual el tema de la toma. En un momento lo deja claro la película, en un momento hablan de cientos…

Hablan de números.

Hablan de cien sobre doscientos, que es un número. Estoy en la universidad pública todavía, y es un número. Y la película da la impresión de seguir a la gente que está involucrada, ¿y los “otros”?

Los “otros” es otra película. Otra película posible. Porque digamos, en ese año en particular había una Normativa de Educación Media – no la quiero explicar porque no la sé explicar claro -, era como que los chicos no se podían quedar sin escuela, entonces tenían que ponerlos en alguna escuela. En esta escuela en particular – si le preguntás a tu novia lo debe saber, creo que se cambió este año – estaban conviviendo chicos con situaciones muy diferentes. Entonces vos tenías a los alumnos tradicionales del Avellaneda, que todos imaginamos que son de una escuela pública bastante prestigiosa y demás, conviviendo con chicos muy diferentes.

De otras realidades socioeconómicas…

Sí. Entonces tenías dos películas. Tenías a estos pibes que son capaces de intelectualizar, argumentar, participar, apasionarse. Y después tenías esa desidia más otros tipos de problemas: del pibe que se dice “que a los chicos no les interesa nada”, eso estaba también. Pero, al mismo tiempo, vos escuchás a estos chicos protagonistas y ellos tienen una capacidad de articular que es sorprendente. La verdad que tienen una capacidad de todo, de síntesis, de articular. Y después tienen esa inocencia también.


COMENTARIOS