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- 07.11.2013
El PRO presentó un proyecto para prohibir a los cuidacoches y los limpiavidrios
El PRO presentó en la Legislatura porteña un proyecto que busca la prohibición de la actividad de los cuidacoches y los limpiavidrios en la Ciudad de Buenos Aires y propone penas de arresto y multas económicas de hasta 2.000 pesos a quienes incumplan con la norma.
La iniciativa fue elevada al Parlamento por los diputados del PRO Cristian Ritondo y Roberto Quattromano tras la polémica que se generó por la muerte de un cuidacoches en la zona de Palermo, y pese a que el Ejecutivo había adelantado que el debate legislativo sería el año próximo.
El proyecto define como cuidacoche “a la persona que ofrece voluntariamente y sin guardar relación alguna con la administración pública, el servicio de estacionamiento o cuidado para un vehículo que se estacione o se halle estacionado en la vía pública, ya sea ésta en forma gratuita, onerosa o a cambio de una retribución voluntaria de quien recibe el servicio”.
Asimismo, califica a los limpiavidrios como quien “ofrece voluntariamente y sin autorización de la autoridad de aplicación, la limpieza de vidrios de cualquier tipo de automotor en la vía pública, ya sea ésta en forma gratuita, onerosa o a cambio de una retribución de quien recibe el servicio”.
En ese marco, plantea la modificación del artículo 79 del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires para establecer que “cuidar coches, limpiar vidrios o prestar otros servicios sin autorización legal” será “sancionado con uno a cinco días de arresto o multa de 200 a 2.000 pesos”.
La propuesta del PRO también introduce otra reforma al Código Contravencional para sancionar a las personas que “porten armas no convencionales en la vía pública, sin causa que lo justifique, palos, cadenas, bastones, fierros o cualquier tipo de arma no convencional, de aire o gas comprimido, arma blanca u objetos cortantes o contundentes aptos para ejercer violencia física o psíquica, o agredir” o quienes lleven “injustificadamente ganzúas o elementos para forzar cerraduras”.
Según explicó Ritondo, “los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires viven momentos tensos a diario, producto de grupos de personas que se adueñan de la vía pública realizando actividades ilegales y generando episodios de alta violencia en zonas densamente transitadas. Necesitamos dar una respuesta a ello y poner límites para que los vecinos sientan que el Estado se pone de su lado”.
“El proyecto que se remite establece como principio esencial la prohibición de la actividad de trapitos en toda la Ciudad y sólo podrán desarrollar la actividad aquellos a quienes el Gobierno les conceda autorización, conforme las normas vigentes”, agregó.
La iniciativa fue elevada al Parlamento por los diputados del PRO Cristian Ritondo y Roberto Quattromano tras la polémica que se generó por la muerte de un cuidacoches en la zona de Palermo, y pese a que el Ejecutivo había adelantado que el debate legislativo sería el año próximo.
El proyecto define como cuidacoche “a la persona que ofrece voluntariamente y sin guardar relación alguna con la administración pública, el servicio de estacionamiento o cuidado para un vehículo que se estacione o se halle estacionado en la vía pública, ya sea ésta en forma gratuita, onerosa o a cambio de una retribución voluntaria de quien recibe el servicio”.
Asimismo, califica a los limpiavidrios como quien “ofrece voluntariamente y sin autorización de la autoridad de aplicación, la limpieza de vidrios de cualquier tipo de automotor en la vía pública, ya sea ésta en forma gratuita, onerosa o a cambio de una retribución de quien recibe el servicio”.
En ese marco, plantea la modificación del artículo 79 del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires para establecer que “cuidar coches, limpiar vidrios o prestar otros servicios sin autorización legal” será “sancionado con uno a cinco días de arresto o multa de 200 a 2.000 pesos”.
La propuesta del PRO también introduce otra reforma al Código Contravencional para sancionar a las personas que “porten armas no convencionales en la vía pública, sin causa que lo justifique, palos, cadenas, bastones, fierros o cualquier tipo de arma no convencional, de aire o gas comprimido, arma blanca u objetos cortantes o contundentes aptos para ejercer violencia física o psíquica, o agredir” o quienes lleven “injustificadamente ganzúas o elementos para forzar cerraduras”.
Según explicó Ritondo, “los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires viven momentos tensos a diario, producto de grupos de personas que se adueñan de la vía pública realizando actividades ilegales y generando episodios de alta violencia en zonas densamente transitadas. Necesitamos dar una respuesta a ello y poner límites para que los vecinos sientan que el Estado se pone de su lado”.
“El proyecto que se remite establece como principio esencial la prohibición de la actividad de trapitos en toda la Ciudad y sólo podrán desarrollar la actividad aquellos a quienes el Gobierno les conceda autorización, conforme las normas vigentes”, agregó.
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